En una tarde tranquila, Maite decidió buscar a su hermano Christopher para hablar sobre algo que la había estado preocupando. Lo encontró en la sala de su casa, sentado en el sofá y hojeando un libro.—Hola, Chris —saludó Maite, tomando asiento junto a él—. ¿Podemos hablar un momento?
Christopher cerró el libro y la miró, notando la seriedad en su rostro.
—Claro, Maite. ¿Qué pasa?
Maite tomó un respiro profundo antes de hablar. Sabía que esto no sería fácil.
—Es sobre Dulce y lo que está pasando entre ustedes —comenzó, su tono directo y preocupado—. He estado pensando mucho en esto, y creo que necesitas escuchar algunas cosas que podrían ser difíciles de oír.
Christopher frunció el ceño, sintiendo que la conversación se estaba volviendo más complicada de lo esperado.
—¿Qué es lo que necesitas decirme? —preguntó, tratando de mantener la calma.
Maite lo miró fijamente, buscando las palabras adecuadas.
—Mira, Chris, sé que estás en una situación complicada —dijo con firmeza—. Pero lo que realmente me preocupa es que tienes una novia, Laura, y sin embargo, sigues involucrado con Dulce. Esto no es justo para nadie, especialmente para Laura. ¿No te das cuenta del daño que estás causando?
Christopher se inclinó hacia adelante, su expresión preocupada.
—Lo sé, Maite. Laura y yo estamos pasando por un momento difícil, pero lo de Dulce es... complicado. No se trata solo de una simple aventura. Hay una conexión entre nosotros que nunca ha desaparecido.
Maite levantó una ceja, escéptica.
—¿Una conexión? Chris, estás jugando con fuego. Si tanto te importa Dulce, ¿por qué no lo aclaras con Laura primero? No puedes tener a las dos.
Christopher suspiró, su frustración evidente.
—No es tan simple. No es solo cuestión de decidir entre una y otra. Con Laura, todo se ha vuelto predecible, como si estuviera siguiendo un guion. Pero con Dulce... todo se siente real, intenso. No puedo simplemente apagar esos sentimientos.
—Entiendo que sea complicado, pero piensa en Tessa —insistió Maite—. Ella está viendo todo esto. Está aprendiendo de ti, Chris, y lo que le estás enseñando ahora no es lo correcto.
—¿Y qué sugieres que haga? ¿Terminar con Laura solo porque no estoy seguro de mis sentimientos? —replicó Christopher, frustrado—. No quiero hacerle daño a ella tampoco.
Maite negó con la cabeza.
—No estoy diciendo que sea fácil. Pero mantener a las dos solo empeora las cosas. ¿Recuerdas cómo era cuando tenías 24 años y Dulce 18? Pasaron por mucho, y parece que no has aprendido nada de eso. Ahora Tessa está sufriendo por los mismos conflictos que ustedes vivieron.
Christopher levantó la vista, su mirada llena de confusión y frustración.
—¿Qué quieres decir con eso?
—Lo que quiero decir es que estás arrastrando a Tessa en medio de tu caos —explicó Maite—. Ella está observando cómo te comportas con Dulce y Laura, y eso le está causando dolor. Si no puedes resolver tu situación, al menos deberías ser honesto con todos y no hacerle más daño.
—No estoy intentando hacerle daño a nadie —dijo Christopher, levantándose de su asiento—. Estoy tratando de manejar todo esto lo mejor que puedo, pero es difícil cuando los sentimientos están tan mezclados.
Maite se puso de pie también, su expresión preocupada.
—¿Entonces qué vas a hacer? ¿Vas a seguir dando vueltas sin definir nada? —preguntó, tratando de mantener la calma—. Si sigues así, solo vas a empeorar las cosas para todos. Necesitas decidir qué quieres realmente y actuar en consecuencia.
Christopher caminó hacia la ventana, mirando hacia el jardín mientras pensaba en sus palabras.
—No sé si tengo todas las respuestas —admitió—. Pero sé que lo que estoy haciendo no está funcionando. Laura se siente herida, Tessa está en el medio, y Dulce y yo estamos atrapados en un ciclo que parece no tener fin.
Maite se acercó a él, poniendo una mano en su hombro.
—La decisión más difícil es a veces la más necesaria —dijo con ternura—. Necesitas ser claro con Dulce sobre lo que quieres y necesitas arreglar tu relación con Laura. No puedes seguir viviendo en un limbo emocional. Es hora de que todos enfrenten la realidad y hagan lo que es correcto.
Christopher asintió, tomando un profundo respiro.
—Tienes razón. Necesito enfrentar esto de una vez por todas. Gracias por ser honesta conmigo, Maite.
Maite le sonrió, aliviada de ver que su hermano estaba dispuesto a escuchar.
—Espero que encuentres la claridad que necesitas, Chris. Todos merecen ser tratados con honestidad y respeto, y eso incluye a Tessa, Laura y a ti mismo.
Christopher miró a su hermana, reconociendo la verdad en sus palabras. Sabía que tenía mucho en qué reflexionar y que el camino a seguir no sería fácil. Sin embargo, al menos había tomado el primer paso hacia una resolución.
—¿Sabes qué es lo que más me duele? —dijo Christopher finalmente, rompiendo el silencio—. Que aún siento algo por Dulce, algo profundo. Pero no quiero destruir lo que tengo con Laura. ¿Y si pierdo a ambas?
Maite lo miró con empatía.
—Ese es el riesgo que corres, Chris. A veces, tomar una decisión significa aceptar que podrías perder algo. Pero al menos, serás honesto contigo mismo y con los demás. Y eso, en el largo plazo, es lo que más importa.
Christopher asintió, sus ojos fijos en el horizonte.
—Gracias, Maite. Por siempre estar ahí para mí, incluso cuando no merezco tu apoyo.
Maite sonrió y le dio un abrazo.
—Siempre estaré aquí para ti, hermano. Solo haz lo correcto.
Christopher se quedó en silencio, abrazando a su hermana, sabiendo que la decisión que tomara definiría no solo su futuro, sino también el de aquellos que amaba.
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Amor a la medianoche
Fiksi PenggemarDulce María Espinoza Saviñón, una pelirroja rebelde y popular, vive en un estricto internado para chicas, donde sueña con libertad y aventuras más allá de las paredes del colegio. Su mejor amiga, Anahí, la acompaña en sus escapadas nocturnas para ex...