Dulce y Christopher se encontraban en su pequeño apartamento en el corazón de la Ciudad de México. Habían pasado algunas semanas desde que Alfonso compró las acciones de la empresa de la familia Espinoza, estabilizando la situación y dando un respiro tanto a Dulce como a su familia. Pero ahora, mientras la situación financiera de la empresa parecía resuelta, surgía un nuevo desafío personal: ¿Dónde vivirían y cómo comenzarían su vida juntos con su bebé en camino?Sentados en el sofá, Dulce acariciaba su vientre, ya notoriamente redondeado, mientras Christopher hojeaba un catálogo de apartamentos. Habían estado discutiendo sobre mudarse juntos, pero no habían llegado a una decisión definitiva.
—Chris, ¿tú crees que estamos listos para dar este paso? —preguntó Dulce con voz suave, mirando a su esposo con una mezcla de emoción y preocupación.
Christopher levantó la vista del catálogo y le sonrió, tomando su mano.
—Dulce, no puedo pensar en otra cosa que quiera más que comenzar esta nueva etapa contigo y con nuestro bebé. Sé que es un gran cambio, pero creo que es el momento de construir nuestro hogar juntos.
Dulce asintió, sus ojos brillando con una mezcla de lágrimas y emoción.
—Estoy de acuerdo. Quiero que nuestro bebé crezca en un lugar donde ambos nos sintamos seguros y felices. Pero no puedo evitar sentirme un poco asustada. Todo está pasando tan rápido...
Christopher se acercó más a ella, envolviendo su brazo alrededor de sus hombros.
—Lo sé, y es completamente normal sentirse así. Pero tenemos el apoyo de nuestras familias, y sobre todo, nos tenemos el uno al otro. No estamos solos en esto.
Dulce sonrió y apoyó su cabeza en el hombro de Christopher, sintiéndose más tranquila con su cercanía. Sabía que, a pesar de los miedos y las dudas, estar juntos era lo correcto.
—Entonces, ¿dónde crees que deberíamos buscar? —preguntó ella, mirando el catálogo que Christopher tenía en sus manos.
Christopher se animó al escuchar la pregunta.
—He estado pensando que tal vez deberíamos buscar un lugar un poco más alejado del centro, en un vecindario más tranquilo. Hay algunas opciones aquí que parecen perfectas para empezar nuestra vida juntos. —Pasó algunas páginas del catálogo y señaló un apartamento en particular—. Mira este. Tiene dos habitaciones, un pequeño jardín y está cerca de un buen parque. Creo que sería ideal para nosotros y para el bebé.
Dulce miró la imagen del apartamento, imaginándose a sí misma y a Christopher decorando las habitaciones, eligiendo muebles y preparando el cuarto del bebé. Una cálida sensación de esperanza la invadió.
—Parece perfecto —dijo finalmente, asintiendo con determinación—. Creo que deberíamos ir a verlo.
Christopher sonrió y besó la frente de Dulce con ternura.
—Entonces, está decidido. Iremos mañana a ver el apartamento. Quiero que esta sea nuestra primera gran decisión como familia.
Dulce asintió, sintiendo una oleada de emoción al escuchar a Christopher referirse a ellos como una familia. Aunque la idea de mudarse juntos era emocionante, también significaba dejar atrás algunas cosas. Suspiró, mirando alrededor del apartamento en el que se encontraban, el cual era pequeño pero lleno de recuerdos.
—Chris, ¿crees que estaremos bien? —preguntó en voz baja—. ¿Crees que seremos buenos padres?
Christopher la miró fijamente, su rostro lleno de convicción.
—No tengo ninguna duda de que seremos los mejores padres. Tenemos mucho amor para dar, y eso es lo más importante. No sé cómo será el camino, pero estoy seguro de que, mientras estemos juntos, todo estará bien.
Dulce sintió que su corazón se llenaba de amor y gratitud. Sabía que no importaban los desafíos que enfrentaran, siempre que tuvieran el apoyo mutuo y la fuerza de su amor.
—Entonces, vamos a hacerlo —dijo con una sonrisa decidida—. Vamos a construir nuestro hogar y a preparar todo para nuestro bebé.
Christopher asintió, contento de ver a Dulce tan segura y entusiasmada. La abrazó con fuerza, sabiendo que este era solo el comienzo de una nueva etapa en sus vidas, una que estaban más que listos para enfrentar juntos.
**Al día siguiente...**
Dulce y Christopher visitaron el apartamento que habían visto en el catálogo. La propiedad era incluso mejor de lo que habían imaginado: un espacio acogedor con luz natural que llenaba cada rincón, un jardín trasero perfecto para futuros juegos con su hijo, y un vecindario tranquilo que parecía ideal para comenzar su familia.
—Es perfecto, Chris —susurró Dulce mientras recorrían el lugar, con lágrimas de felicidad en sus ojos.
Christopher asintió, con una gran sonrisa en su rostro.
—Lo es, Dulce. Este será nuestro hogar. Aquí empezaremos nuestra familia.
Y con esa decisión, Christopher y Dulce comenzaron una nueva etapa en su vida, listos para construir un futuro lleno de amor, esperanza y felicidad juntos.
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Amor a la medianoche
FanfictionDulce María Espinoza Saviñón, una pelirroja rebelde y popular, vive en un estricto internado para chicas, donde sueña con libertad y aventuras más allá de las paredes del colegio. Su mejor amiga, Anahí, la acompaña en sus escapadas nocturnas para ex...