Los Fantasmas Del Pasado

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El silencio cayó en la habitación, denso como una neblina que ningún viento podría disipar. Las palabras de Naruto, llenas de una verdad que Sasuke había evitado enfrentar durante tantos años, ahora se cernían sobre ellos como una sentencia. Era demasiado tarde, había sido demasiado tarde desde hacía mucho tiempo.

Naruto se quedó quieto, sus hombros tensos, su respiración agitada. El fuego en la chimenea continuaba crepitando, ajeno a la tormenta emocional que se había desatado en esa pequeña habitación.

La luz naranja y dorada bailaba sobre sus rostros, proyectando sombras que parecían reflejar el peso de los recuerdos, de las decisiones que los habían llevado a este punto.

Sasuke, de pie frente a Naruto, sentía como si el suelo se hubiera desmoronado bajo sus pies. Todo lo que había sido, todo lo que había construido en su mente sobre ellos, sobre su relación, ahora se hacía añicos.

El pasado no era algo que pudiera enterrar fácilmente, no cuando cada palabra de Naruto le recordaba sus propias decisiones, las elecciones que lo habían llevado a apartarse de la persona que más había amado.

-Naruto... -murmuró Sasuke, su voz ronca, cargada de una mezcla de arrepentimiento y desesperación- No sabía que te estaba perdiendo. Pensé que... pensé que el tiempo arreglaría todo, que podríamos encontrarnos de nuevo, pero... te fallé.

Las palabras salían con dificultad, como si cada una fuera un peso insoportable. Sasuke no estaba acostumbrado a la vulnerabilidad, y mucho menos a admitir que había cometido un error. Pero en ese momento, bajo la mirada rota de Naruto, no podía hacer otra cosa más que enfrentarse a la verdad.

Naruto se giró lentamente, sus ojos aún nublados por la ira y el dolor. Había tanto que decir, tanto que nunca había salido a la luz. Y ahora, frente a Sasuke, no podía evitar que el resentimiento que había acumulado durante todos esos años se desbordara.

-¿Sabes lo que más duele, Sasuke? -preguntó Naruto, su voz apenas un susurro, pero cada palabra era afilada como una cuchilla - No fue solo perder mi apellido, mi lugar en el mundo, ni siquiera fue tener que vivir en este monasterio cuando yo nunca quise estar aquí. No, lo que más me destrozó fue que, cuando más te necesitaba, tú me diste la espalda. Te alejaste cuando prometiste que estarías a mi lado, y esa traición es algo que nunca podré olvidar.

Sasuke cerró los ojos por un momento, tragando el nudo en su garganta. Naruto no estaba solo sacando a la luz los fantasmas de su pasado, también estaba desenterrando los de Sasuke.

Esa decisión, el momento en que se apartó de Naruto, había sido una sombra constante en su vida, algo que nunca pudo justificar plenamente, ni siquiera para sí mismo. Pese a haber sido amenazado de muerte por su padre, no tenía justificación alguna.

-Lo sé... -respondió Sasuke, su voz quebrada - Sé que te fallé, y he vivido con esa culpa todos estos años. Pensé que, si me alejaba, si no estaba allí, te estarías mejor sin mí. Pensé que te estaba protegiendo de algo peor, de mí mismo padre que estaba dispuesto a todo con tal de...alejarte de mí.

Naruto soltó una risa amarga, una risa que estaba cargada de un sufrimiento profundo. El eco de esa risa resonaba en la habitación, mezclándose con el crepitar del fuego, haciendo que el aire se sintiera pesado.

-¿Protegerme? -Naruto sacudió la cabeza, incrédulo-. Protegerme de ti mismo... Sasuke o de tu padre, no necesitaba protección, te necesitaba a ti. Lo único que quería era que estuvieras a mi lado, pero fuiste el primero en huir. Y cuando me arrojaron a las calles, cuando lo perdí todo, no estabas allí. De todos los que me traicionaron, la tuya fue la puñalada más profunda.

Sasuke bajó la cabeza, sus manos apretadas en puños. Sabía que no había palabras que pudieran reparar lo que había roto entre ellos, pero estar frente a Naruto, escuchar ese dolor de primera mano, era más de lo que podía soportar. El aire en la habitación era denso, lleno de una historia que nunca se resolvió, de heridas que aún sangraban.

Naruto se volvió hacia la ventana, sus ojos clavados en la oscuridad exterior. La ira que había sentido momentos antes comenzaba a disiparse, dejando un vacío amargo en su lugar.

El dolor de tantos años estaba allí, aún latiendo en su pecho, pero también estaba la realidad de lo que había construido desde entonces. Boruto estaba aquí ahora, su hijo, al que finalmente había recuperado, y ese pensamiento era lo único que lo mantenía anclado a su presente.

-He tratado de seguir adelante -continuó Naruto, su voz más suave ahora, aunque aún cargada de tristeza - Pero siempre has estado allí, en el fondo de todo. Aunque me doliera, nunca pude olvidarte, Sasuke. Pero también sé que no puedo volver atrás. Ya no puedo ser el Naruto que fui antes. Ese Naruto murió el día que lo perdí todo.

Sasuke levantó la vista, su corazón latiendo con fuerza. Sentía el peso de lo que Naruto decía, y por primera vez, comprendía que el hombre que tenía frente a él ya no era el mismo joven con el que había compartido su vida en la aristocracia.

Naruto había cambiado, había sido moldeado por el dolor, por la traición, por la soledad. Y ahora, ese hombre estaba más allá de su alcance, al menos de la manera en que Sasuke siempre había imaginado.

-Naruto... -empezó Sasuke, pero las palabras se le quedaron atascadas en la garganta. No sabía qué más decir. Todo lo que quería, todo lo que siempre había querido, estaba allí, frente a él, pero sentía que lo estaba perdiendo una vez más, esta vez para siempre.

Naruto se volvió hacia él, su rostro sereno pero lleno de una tristeza infinita.

- No puedo irme contigo, Sasuke -dijo, su voz suave pero firme - No puedo dejar este lugar. Aquí es donde he encontrado algo de paz, aunque sea pequeña. Aquí es donde tengo a Boruto, donde puedo ser su padre, donde puedo empezar de nuevo. Y aunque me duele todo lo que pasó entre nosotros, sé que lo que tenemos... lo que tuvimos... ya no puede ser.

Sasuke sintió cómo su corazón se rompía, pero también sabía que Naruto tenía razón. El pasado no podía ser deshecho, y los caminos que ambos habían tomado los habían llevado a lugares diferentes.

Por un largo momento, ninguno de los dos habló. Solo el crepitar del fuego rompía el silencio, mientras la distancia entre ellos parecía crecer con cada segundo que pasaba. Finalmente, Sasuke asintió lentamente, aceptando la verdad que había tratado de evitar durante tanto tiempo.

-Lo entiendo -murmuró Sasuke, su voz baja, llena de resignación - Si esto es lo que quieres, entonces lo aceptaré.

Naruto no respondió de inmediato. En su corazón, sabía que parte de él siempre querría a Sasuke, siempre lo amaría de una manera que nunca podría explicar completamente. Pero también sabía que su camino ahora era diferente, que había otra vida que debía construir, una que giraba en torno a Boruto, no a los fantasmas del pasado.

-No es lo que quería, Sasuke -dijo finalmente Naruto, con una leve sonrisa melancólica - Pero es lo que necesito.

Con esas palabras, el espacio entre ellos se hizo tangible, un abismo que ninguno de los dos estaba preparado para cruzar. Sasuke, con el corazón destrozado pero aceptando la realidad, dio un paso hacia la puerta. Antes de salir, se detuvo un momento, su mano en el marco, sin atreverse a mirar atrás.

-Si alguna vez cambias de opinión, Naruto... - susurró Sasuke - Yo estaré esperando.

Y con esas palabras, Sasuke salió de la habitación, dejando a Naruto solo frente al fuego, el eco de lo que había sido y lo que nunca sería entre ellos desvaneciéndose en la noche.

Fuera del monasterio, Sasuke se colocó la capucha. La noche había caído con todo su peso. Mirando la oscuridad del firmamento, Sasuke pensó:

No estoy dispuesto a aceptar tu adiós Naruto. Siempre fuiste tan terco, no has cambiado en nada. Si para arrancarte de este lugar necesitas recuperar tu apellido aristocrático, haré que lo recuperes. Y para ello necesitaré nuevamente la ayuda de Hidari .

Entre Rejas Y Secretos (MitsuBoru) (SasuNaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora