La Liberación De Neji

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Neji se dejó caer hacia atrás sobre la cama, el sudor perlaba su frente y su pecho subía y bajaba con rapidez, como si hubiese corrido una maratón mental de la que finalmente había salido vencedor.

El dolor aún estaba allí, una sombra en su mente, pero la opresión, ese peso asfixiante que Sai había impuesto sobre él, se había disuelto. El control mental había sido roto, gracias a la persistencia de Long, quien seguía observándolo con una mezcla de satisfacción y seriedad.

-Sai... -susurró Neji, con la voz rasposa, aún debilitado por la dura batalla que había librado- Fue él quien me encerró en esa prisión mental... Quería que dañara a mi sobrino, que... que acabara con Boruto.

Las palabras de Neji eran un hilo de voz, cargadas de arrepentimiento, culpa y dolor. Sus ojos, aunque ahora llenos de lucidez, estaban marcados por la angustia de lo que había sido forzado a hacer. Sai había manipulado su mente, lo había utilizado como un peón en su juego cruel, y Neji había sido incapaz de resistirse.

-Lo sé, Neji - dijo Long en voz baja, colocándole una mano en el hombro para brindarle algo de consuelo - Pero estás libre ahora, y vamos a asegurarnos de que Sai no vuelva a tener poder sobre ti ni sobre nadie más.

Neji asintió lentamente, pero el peso emocional de lo que había sucedido seguía aplastándolo. Había secuestrado a Boruto, su propio sobrino, y aunque no era su culpa directamente, el sentimiento de responsabilidad seguía ardiendo en su pecho. Era una herida profunda, que no se curaría fácilmente.

-¿Y Boruto? -preguntó Neji, con esfuerzo - ¿Está bien?

-Está a salvo - respondió Long, con una pequeña sonrisa tranquilizadora - Mitsuki lo ha cuidado bien, y ahora están juntos. Lo más importante es que Boruto no te guarda rencor. Entiende que todo esto fue obra de Sai.

Neji exhaló un largo suspiro, aliviado por saber que su sobrino estaba bien, pero la culpa seguía arraigada profundamente en su ser.

Long, observando el remolino de emociones en los ojos de Neji, decidió que por ahora, lo más importante era que Neji descansara.

-Descansa, Neji - le dijo Long, con una voz suave - Tu mente ha pasado por mucho. Necesitas recuperarte. Todo estará bien ahora.

Mientras tanto, en la habitación de Mitsuki, el ambiente era completamente distinto. Boruto y Mitsuki seguían envueltos en la calidez de su amor, en ese pequeño rincón donde el tiempo parecía detenerse solo para ellos.

El aire estaba cargado de una quietud reconfortante, donde cada suspiro, cada mirada, decía mucho más que cualquier palabra.

La brisa nocturna, que entraba por la ventana abierta, traía consigo el aroma fresco de la noche, mezclándose con el calor que irradiaba de los cuerpos de ambos.

El sonido del viento susurraba suavemente, como una canción de cuna para los enamorados, mientras las cortinas se movían delicadamente al compás de ese ritmo natural.

Boruto apoyó su cabeza sobre el pecho de Mitsuki, cerrando los ojos mientras el latido constante del corazón de su amado llenaba su mundo.

Ese simple sonido era un recordatorio de que estaba a salvo, de que el amor que compartían era su refugio, su hogar. El calor de la piel de Mitsuki bajo sus dedos le brindaba una sensación de calma que había estado buscando durante tanto tiempo.

-Este es el único lugar en el que quiero estar -murmuró Boruto, su voz apenas un susurro en la quietud de la noche.

Mitsuki sonrió, acariciando suavemente el cabello de Boruto, dejando que sus dedos recorrieran su piel con la misma delicadeza que el viento rozaba las hojas de los árboles afuera. El tacto era suave, reconfortante, y en ese simple gesto, ambos encontraban una paz profunda.

La conexión entre ellos no necesitaba palabras. El amor que compartían era algo tangible, algo que se respiraba en el aire y que latía en cada parte de sus cuerpos.

Boruto sentía el calor del cuerpo de Mitsuki bajo su piel, y en cada susurro del viento, en cada caricia, encontraba una sanación que iba más allá de lo físico.

El pasado reciente, lleno de dolor, miedo y desesperación, parecía desvanecerse lentamente. Boruto sabía que había sufrido, que había estado al borde del abismo, pero ahora, en los brazos de Mitsuki, todo eso parecía tan lejano como una pesadilla que finalmente había terminado.

-Mitsuki... - dijo Boruto suavemente, alzando la mirada para encontrarse con los ojos de su amado - gracias por estar siempre aquí.

Los ojos de Mitsuki eran como dos faros brillando en la oscuridad, iluminando todo a su alrededor. El amor que sentía por Boruto estaba escrito en cada línea de su rostro, en cada mirada profunda que le lanzaba.

Con solo mirarse a los ojos, ambos sabían lo que significaban el uno para el otro. El amor los había salvado de la oscuridad, los había mantenido unidos cuando todo parecía desmoronarse.

-Siempre estaré aquí para ti, Boruto - respondió Mitsuki, con una firmeza que hacía que cada palabra pareciera una promesa irrompible - Siempre.

El sonido de sus respiraciones suaves llenaba el espacio entre ellos, una melodía que solo ellos podían escuchar. Boruto se acurrucó más cerca de Mitsuki, dejando que el calor de sus cuerpos entrelazados lo envolviera por completo. El amor que sentían, profundo y sincero, era como un bálsamo que sanaba todas las heridas de su alma.

La luz suave de la luna bañaba la habitación con su resplandor plateado, proyectando sombras delicadas sobre las paredes. El viento continuaba soplando, pero ahora era un susurro tranquilo, como si supiera que en ese pequeño rincón del mundo, dos almas habían encontrado finalmente la paz.

Mientras en la habitación contigua, Long finalmente liberaba a Neji de las cadenas mentales de Sai, en la habitación de Mitsuki y Boruto, el amor seguía siendo el eje que los mantenía unidos. El calor de la piel, el sonido de sus corazones latiendo juntos, y la conexión profunda de sus almas, eran todo lo que necesitaban.

La tormenta había pasado, y ahora, bajo el resplandor de la luna y el susurro del viento, Boruto y Mitsuki encontraban la calma y la certeza de que, pase lo que pase, siempre estarían juntos.

La tormenta había pasado, y ahora, bajo el resplandor de la luna y el susurro del viento, Boruto y Mitsuki encontraban la calma y la certeza de que, pase lo que pase, siempre estarían juntos

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Entre Rejas Y Secretos (MitsuBoru) (SasuNaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora