El Renacimiento del Viento

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La mañana en el monasterio despertaba lentamente, el cielo aún teñido de un gris suave que prometía la llegada de la luz, pero la pesadez de la incertidumbre seguía envolviendo el corazón de Naruto.

Cada día sin noticias de Boruto era una batalla interna, una herida que no terminaba de sanar. Pero en esa mañana en particular, había algo distinto en el aire, un susurro del viento que traía consigo una sensación de cambio.

Naruto, perdido en sus pensamientos, se encontraba sentado frente a la ventana de su habitación, el viento rozando su piel como una caricia lejana.

Las sombras del dolor que había sentido durante semanas aún lo envolvían, pero en el fondo de su ser, sentía una pequeña chispa de esperanza. Sin saber exactamente por qué, había despertado con una sensación diferente, como si algo importante estuviera por revelarse.

Sasuke entró en la habitación con pasos silenciosos, pero la intensidad en su mirada traía consigo una noticia que cambiaría todo. Naruto lo miró, como siempre lo hacía, buscando en sus ojos la calma y el consuelo que había encontrado durante estas semanas de búsqueda desesperada. Sin embargo, hoy había algo más en los ojos de Sasuke, algo que no podía descifrar del todo.

-Naruto -dijo Sasuke suavemente, acercándose a él-. Tengo algo que decirte.

Naruto lo miró con curiosidad y una pizca de ansiedad, temiendo lo que pudiera ser. Las emociones en su pecho eran turbulentas, pero Sasuke, siempre tan constante, colocó una mano sobre su hombro con una firmeza tranquilizadora.

-Hidari lo logró -comenzó Sasuke, su voz llena de algo que Naruto no había visto en él en mucho tiempo: alegría contenida-. Has recuperado tu apellido, Naruto. Vuelves a ser un Uzumaki.

Las palabras golpearon a Naruto con la fuerza de una ráfaga de viento, llevándose con ellas el peso de una vida marcada por la traición, la pérdida y el exilio. Durante tanto tiempo, había vivido sin ese nombre que significaba tanto para él. El apellido Uzumaki no era solo un título, era parte de su identidad, el legado de una familia que había sido arrebatada de él, junto con su lugar en el mundo.

Naruto sintió cómo su corazón se aceleraba, sus pensamientos confusos mientras intentaba procesar lo que acababa de escuchar. ¿Podía ser cierto?

Después de todo este tiempo, después de todas las cicatrices y la soledad, ¿podía realmente volver a ser quien había sido? Una parte de él, la más herida, se negaba a creerlo, pero la mirada sincera de Sasuke lo anclaba a la realidad.

-¿Cómo... cómo es posible? -preguntó Naruto, su voz quebrada por la mezcla de incredulidad y esperanza.

Sasuke respiró hondo, y en ese momento, supo que debía compartirle toda la verdad, incluso aquella que traía consigo sombras de tristeza.

-Hidari habló con el líder del clan -explicó Sasuke-. Fue difícil, pero logró que reconocieran el error de haberte despojado de lo que era tuyo por derecho. -Sasuke hizo una pausa, sabiendo que las siguientes palabras no serían fáciles-. Y tu madre...

El corazón de Naruto se detuvo un segundo, el recuerdo de su madre, Kushina, invadiendo su mente. Una mezcla de amor y resentimiento lo llenó, y aunque había intentado olvidar el dolor de lo que ella había hecho, esa herida nunca había cicatrizado del todo.

-¿Qué pasó con ella? -preguntó, su voz más suave, casi temerosa de la respuesta.

Sasuke bajó la mirada por un momento, antes de continuar.

-Murió, Naruto. Murió de tristeza y culpa. Después de todo lo que te hizo, después de ver en lo que se convirtió su vida con ese hombre, se dio cuenta del terrible error que había cometido. No pudo soportar la culpa de haberte echado. Y al final... dejó todo para ti.

Entre Rejas Y Secretos (MitsuBoru) (SasuNaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora