El Pasado En La Aristocracia

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La ciudad aristocrática, con sus calles empedradas y mansiones majestuosas, había sido un lugar que Naruto dejó atrás hacía tanto tiempo que ahora, al volver, le parecía un reino extraño.

El viento que soplaba a través de los pasillos de las casas elegantes traía consigo un murmullo de voces, de rumores que, a pesar del tiempo transcurrido, seguían aferrándose a su nombre como sombras que nunca desaparecían.

Naruto Uzumaki había regresado. Después de tantos años, después de haber sido arrancado de ese mundo de privilegios, su apellido había sido restaurado, y con él, su lugar en la aristocracia. Pero los rostros que lo miraban, las sonrisas que le dirigían, estaban cargadas de una intriga que Naruto no podía ignorar.

Las miradas de los aristócratas lo seguían, llenas de curiosidad, como si no supieran cómo reconciliar al joven que fue expulsado con el hombre que ahora se alzaba ante ellos, un hombre que había sido el padre rector del monasterio de la ciudad, un hombre que había recuperado su nombre, pero que seguía siendo un misterio.

Los susurros circulaban a través de las salas y pasillos, como un viento invisible que acariciaba cada rincón de la aristocracia. Había quienes lo recordaban como un adolescente, y esos recuerdos no eran amables.

Había sido el joven que su madre había despreciado, el chico que había sido arrojado de su círculo privilegiado sin más que las sombras del rumor para acompañarlo. Y ahora, su regreso causaba una mezcla de sorpresa y desdén entre los miembros de la alta sociedad.

—¿Has oído? Naruto Uzumaki ha vuelto —decían algunos, con una sonrisa torcida en los labios.

—El padre rector del monasterio —respondían otros, susurrando en voz baja, como si fuera un escándalo que se hubiera infiltrado en sus delicados salones.

Muy pocos lo habían conocido verdaderamente cuando era joven, y aquellos que lo hicieron fueron los que ayudaron a extender los rumores que lo habían marginado.

La historia de su expulsión, el acto de su madre quitándole el apellido, había sido una oportunidad demasiado tentadora para la aristocracia, siempre hambrienta de drama y traiciones. Y ahora, su regreso levantaba una nueva ola de especulación, como una marea que no se podía contener.

Sasuke, a su lado, no era inmune a los rumores tampoco. Su reputación como el rebelde del clan Uchiha, la "oveja negra", solo alimentaba las conversaciones.

Aunque la aristocracia lo despreciaba por ser el rebelde que siempre había sido, su misterio y su aura oscura atraían las miradas curiosas de las damas, que veían en él un desafío, una oportunidad de domar a la bestia que nunca se había dejado atrapar.

—Sasuke Uchiha, el eterno rebelde —se burlaban algunos caballeros, ocultando su envidia detrás de copas de vino—. Nunca fue como el resto de su clan.

Pero era precisamente esa rebeldía la que hacía que las jóvenes aristócratas se sintieran atraídas por él, como polillas hacia una llama. Mientras tanto, los caballeros no podían evitar fijar sus miradas en Naruto, intrigados por el hombre que había regresado del monasterio con un aire de sabiduría y poder, pero también con un pasado lleno de tragedias.

Kawaki, por su parte, se sentía desbordado por la atención que recibía. Aunque los rumores sobre Naruto, su padre adoptivo, intentaban mancillar su nombre, él fue recibido con entusiasmo por los jóvenes aristócratas. Las jóvenes damas lo miraban con admiración, y los chicos de su edad lo rodeaban con curiosidad, ansiosos por conocer al hijo adoptivo de Naruto Uzumaki.

Sin embargo, Kawaki no lograba sentirse cómodo con tanta atención. Las miradas coquetas de las damas y las risas de los jóvenes aristócratas lo hacían sentirse fuera de lugar. Prefería centrarse en sus estudios y en la búsqueda de Boruto, en lugar de perderse en los juegos sociales de la aristocracia.

Entre Rejas Y Secretos (MitsuBoru) (SasuNaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora