La habitación estaba envuelta en una penumbra pesada, como si el aire mismo hubiera sido contaminado por la oscuridad mental que había atrapado a Naruto.
El viento apenas susurraba a través de las ventanas cerradas, pero su presencia era suficiente para que Boruto y Mitsuki supieran que la batalla que estaban por librar no era física, sino psicológica.
Boruto miró a su padre con una mezcla de tristeza y determinación. Naruto, que una vez había sido tan fuerte y vibrante, ahora se veía atrapado en la prisión más cruel de todas: una prisión sin barrotes visibles, construida con los hilos invisibles de la manipulación psicológica.
Sai, con su conocimiento profundo de la mente, había tejido esa jaula meticulosamente, con paciencia y precisión, derrumbando poco a poco la cordura de Naruto, encerrándolo en un laberinto de paranoia y miedo.
Pero Boruto y Mitsuki no estaban allí solo para observar la devastación. Ellos, con su conexión profunda y su propio entendimiento de la mente, estaban preparados para luchar contra esa jaula mental, desmantelarla ladrillo por ladrillo, hasta liberar el espíritu de Naruto de las garras insidiosas de Sai.
Mitsuki, con su tranquilidad característica, se acercó al lado de Boruto, sus ojos brillando con una calma serena que ocultaba la fuerza interior que lo definía. La mente de Mitsuki era como un océano en calma, profundo y lleno de secretos, pero siempre bajo control. Sabía lo que enfrentaban y cómo debían abordarlo: destruir la obra maestra de Sai, ese complejo entramado mental que había consumido a Naruto.
-Sai construyó su jaula con hilos de miedo y paranoia, cada uno cuidadosamente tejido -murmuró Mitsuki, su voz baja pero firme, mientras observaba a Naruto, quien temblaba bajo el peso de su propio terror -. Pero lo que Sai no calculó fue que nosotros entendemos la mente tan bien como él.
Boruto asintió, entendiendo perfectamente. Él mismo había sentido el poder de la mente, el viento que traía consigo no solo sonidos y palabras, sino también emociones y pensamientos. Ahora usaría ese mismo viento para liberar a su padre.
-Vamos a empezar por destruir los primeros barrotes -dijo Boruto con suavidad, tomando la mano de Naruto - Cada miedo, cada sombra que Sai plantó, los vamos a desenredar, uno a uno.
Los barrotes que encerraban la mente de Naruto eran invisibles, pero Boruto y Mitsuki los sentían claramente, como si fueran sombras pesadas que envolvían el espacio.
Sai había utilizado las propias dudas de Naruto, sus miedos más profundos, para crear esas barreras. Cada vez que Sai aparecía, plantaba una semilla de paranoia, y esas semillas habían crecido hasta convertirse en una red impenetrable que lo mantenía atrapado en su propia mente.
Boruto cerró los ojos, sintiendo el viento que lo rodeaba. El viento era su aliado, un puente entre él y su padre. Envió su propio chakra a través del viento, proyectando su energía en las corrientes que se movían a su alrededor, envolviendo a Naruto en un manto suave pero firme.
-Papá, escucha mi voz -murmuró Boruto, su voz resonando a través del viento - Todo lo que Sai te hizo creer no es real. Cada una de esas sombras, cada uno de esos miedos, fueron plantados por él. Pero no tienen poder sobre ti.
El viento comenzó a arremolinarse suavemente, como si respondiera al llamado de Boruto, llevando consigo las palabras y la energía hacia la mente de Naruto. Los barrotes de miedo que Sai había construido temblaron ligeramente, como si sintieran la presencia de una fuerza que podía desafiarlos.
Mitsuki, a su lado, permanecía sereno, su mente trabajando en sincronía con la de Boruto. Mitsuki entendía cómo funcionaba el miedo, cómo la mente podía ser manipulada para creer en cosas que no eran reales.
El control que Sai ejercía sobre Naruto no era directo, sino sutil, basado en pequeñas sugerencias, en percepciones distorsionadas que alimentaban la inseguridad.
-Sai ha jugado con tu mente, Naruto - dijo Mitsuki suavemente-. Ha convertido cada pequeño temor en una montaña insuperable. Pero esos miedos no son reales. Lo que ves, lo que sientes, es solo una ilusión que él creó.
Naruto, acurrucado en la cama, temblaba bajo el peso de esas ilusiones, pero las palabras de Boruto y Mitsuki comenzaron a penetrar en la niebla que lo rodeaba. Por primera vez en semanas, Naruto sintió una pequeña chispa de claridad, un rayo de luz que atravesaba la oscuridad espesa que lo había envuelto.
-No puedes esconderte de él... está en todas partes -murmuró Naruto, su voz temblorosa, llena de la paranoia que Sai había implantado en lo más profundo de su mente.
-Él no está aquí, papá - respondió Boruto con firmeza, apretando la mano de su padre -. Esa es la mentira que te hizo creer. Pero nosotros estamos aquí, contigo. Y vamos a deshacer cada una de esas mentiras.
El viento alrededor de ellos se fortaleció, como si el propio elemento respondiera a la determinación de Boruto. Los primeros barrotes de la jaula mental de Naruto comenzaron a desmoronarse, el control de Sai sobre la mente de Naruto se debilitaba, como si la sombra que había lanzado sobre él comenzara a disiparse.
Mitsuki observaba con atención, sus ojos analíticos viendo cómo la red mental que Sai había construido comenzaba a mostrar grietas. Sai, en su maestría, había manipulado los miedos más profundos de Naruto, pero lo que no había calculado era que Boruto y Mitsuki podían conectarse con Naruto a un nivel más profundo, más emocional.
El amor que Boruto sentía por su padre, y la conexión que compartía con Mitsuki, era una fuerza que Sai no podía haber previsto.
-Cada vez que Sai te hizo dudar, vamos a devolver esa duda a la realidad, papá -continuó Boruto - Tu mente es tuya, no de él. Lo que ves, lo que sientes, es una construcción falsa.
Naruto respiraba con dificultad, pero poco a poco, las palabras de su hijo comenzaron a penetrar la oscuridad. Cada miedo que Sai había alimentado comenzaba a desvanecerse, como un humo que se disipa con la brisa. El viento a su alrededor ahora soplaba con más fuerza, y Boruto lo guiaba, desintegrando cada ilusión, cada trampa mental que Sai había dejado en su padre.
Mitsuki se inclinó hacia Naruto, su voz suave pero poderosa:
-Todo lo que sientes ahora, Naruto, es el peso de las mentiras de Sai. Él te hizo creer que estás solo, que estás atrapado. Pero no lo estás. La jaula que construyó solo puede atraparte si sigues creyendo en ella. Boruto y yo vamos a ayudarte a desmantelarla.
Los barrotes mentales comenzaron a ceder, cada uno destruyéndose bajo la fuerza combinada de Boruto y Mitsuki. El control de Sai, que antes parecía inquebrantable, ahora se estaba desmoronando, incapaz de soportar la luz que Boruto y Mitsuki traían consigo.
-Voy a sacarte de aquí, papá -susurró Boruto, con los ojos llenos de lágrimas, mientras miraba a Naruto - Ya no tienes que temer más. Sai no tiene poder sobre ti.
Naruto, por primera vez en semanas, levantó la mirada, sus ojos encontrándose con los de su hijo. El terror que lo había consumido comenzó a desvanecerse, y en su lugar, apareció una chispa de esperanza.
La jaula de Sai se desmoronaba, barrote por barrote, mientras el viento, con la ayuda de Boruto y Mitsuki, destruía las sombras que lo habían mantenido prisionero.
-Ayúdame... -murmuró Naruto, su voz llena de fragilidad, pero también de una renovada fuerza.
-Siempre, papá -respondió Boruto, apretando la mano de su padre.
Y así, bajo el cuidado de su hijo y de Mitsuki, la mente de Naruto comenzó a liberarse. La jaula de Sai se desintegraba, barrida por el viento y el amor que Boruto y Mitsuki compartían.
La oscuridad se disipaba. Los miedos se desvanecían. Y la luz, lenta pero segura, volvía a iluminar el corazón de Naruto.
![](https://img.wattpad.com/cover/375287361-288-k151975.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Entre Rejas Y Secretos (MitsuBoru) (SasuNaru)
FanficEn el corazón de una sociedad aristocrática regida por las tradiciones y el honor, Boruto Hyuuga vive una vida de restricciones y secretos. Hijo ilegítimo de una noble fallecida al nacer y de un padre desconocido, Boruto ha sido criado en la sombra...