Entre Rejas Y Secretos (MitsuBoru) (SasuNaru)

El Viento Trae De Vuelta Al Sol

La noche caía sobre la mansión Uchiha, envuelta en sombras y susurros, como si el mundo mismo estuviera conteniendo el aliento en espera de algo.

El viento, cargado de frío y silencios, soplaba con suavidad, pero en su corriente se escondía el eco de un llamado, un grito desgarrador que había atravesado la distancia y llegado hasta el alma de Boruto. Era el grito de su padre, Naruto, quien, desde la profundidad de su oscuridad, había enviado un último clamor al viento.

Boruto lo había sentido con una intensidad abrumadora. Estaba lejos, refugiado con Mitsuki en un rincón apartado del mundo, intentando encontrar su propio camino, cuando el viento le trajo la desesperación de Naruto, un grito que no solo atravesaba el aire, sino también su alma. Era un dolor crudo, un grito de ayuda que se mezclaba con el viento, llevándose consigo toda la angustia de su padre.

-Naruto... -murmuró Boruto, su mirada fija en el horizonte mientras su pecho se llenaba de angustia - Él está en peligro. Lo siento.

Mitsuki, siempre a su lado, observó a Boruto con sus ojos llenos de comprensión. Sabía que no podían ignorar ese llamado. Habían estado ocultos, alejados del caos que la aristocracia y el mundo habían creado a su alrededor, pero ahora, el lazo entre padre e hijo los estaba llamando de vuelta.

-Debemos regresar -dijo Boruto, decidido, su voz firme pero cargada de un dolor profundo-. Él me necesita, Mitsuki. Mi padre está siendo devorado por algo que ni él puede combatir solo.

Mitsuki asintió sin dudarlo. Su amor por Boruto era inquebrantable, y sabía que donde Boruto fuera, él lo seguiría. Ambos estaban ligados no solo por el amor, sino por una fuerza más profunda, una conexión que los había mantenido juntos a lo largo de su dolor y sus batallas. Ahora, esa misma fuerza los llevaría de vuelta al hogar que Boruto había dejado atrás.

El viento los guió hasta la mansión de Sasuke Uchiha, donde la oscuridad parecía haberse instalado desde hacía tiempo. El aire a su alrededor estaba cargado de tensión, como si el mundo supiera lo que estaba por suceder. Boruto y Mitsuki se detuvieron frente a la imponente puerta, ambos con el corazón acelerado, sabiendo que lo que les esperaba al otro lado sería difícil de enfrentar.

Boruto levantó una mano temblorosa y golpeó la puerta, el sonido resonando en el silencio de la noche. El eco de los golpes parecía extenderse hacia el interior de la mansión, como si también golpeara las almas de quienes habitaban dentro.

La puerta se abrió lentamente, y allí, bajo el umbral, estaba Kawaki, sus ojos llenos de asombro al ver a su hermano perdido frente a él. Los segundos se alargaron, como si el tiempo mismo se hubiera detenido para darles un momento para asimilar lo que estaba ocurriendo.

El aire entre ellos estaba cargado de emociones que no necesitaban palabras. Kawaki sentía una mezcla de incredulidad, alivio y amor al ver a Boruto nuevamente, después de todo lo que había sucedido. Durante tanto tiempo, había temido por él, había deseado su regreso, y ahora, frente a sus ojos, Boruto estaba allí, más fuerte, más decidido que nunca.

-Boruto... -susurró Kawaki, su voz quebrándose por la emoción contenida-. Has vuelto hermano.

Boruto lo miró con una mezcla de alivio y culpa, pero en su mirada había una promesa silenciosa:

No dejaré que vuelva a pasar. Estoy aquí para quedarme.

Sin más palabras, los dos hermanos se abrazaron, un abrazo que cerraba la distancia que el tiempo y el dolor habían creado entre ellos. Kawaki apretó a Boruto contra su pecho, sintiendo cómo el peso de su ausencia se desvanecía poco a poco. Boruto lo abrazó de vuelta, sintiendo que, por fin, algo de la paz que había perdido volvía a él.