La noche se cernía suavemente sobre la mansión, envolviéndola con su manto de estrellas y luna. El aire era fresco, pero en la habitación donde Boruto y Mitsuki se encontraban, el calor de sus cuerpos y el amor que los rodeaba hacía que el frío fuera una memoria distante.
La luz plateada de la luna entraba por la ventana, proyectando sombras suaves sobre las paredes, mientras una brisa ligera movía las cortinas con la delicadeza de una caricia.
Boruto se encontraba recostado en la cama, su cuerpo aún vulnerable por lo que había vivido, pero en los brazos de Mitsuki, todo ese peso parecía desvanecerse poco a poco.
El tiempo se había detenido en ese pequeño rincón del mundo, y el silencio que llenaba la habitación no era de soledad, sino uno lleno de comprensión y amor profundo.
Los ojos de Mitsuki miraban a Boruto con una devoción que iba más allá de las palabras. En sus ojos, reflejaba un mar de emociones que palpitaban con fuerza. Amor, alivio, y una necesidad de cuidar a su sol que lo llenaba por completo.
Boruto, por su parte, se dejaba envolver por esa mirada, sabiendo que en esos ojos podía perderse sin miedo. Sus almas estaban conectadas desde antes, pero en ese instante, ese lazo invisible que los unía se hacía más fuerte, más palpable.
-Mitsuki... -susurró Boruto, su voz era suave, como un susurro del viento.
La voz de Boruto vibraba en el aire, y Mitsuki, con una sonrisa apenas perceptible, lo miró sin necesidad de responder con palabras. Era en esos momentos, donde las palabras eran innecesarias, donde el tacto, el calor, y el sonido de sus respiraciones eran todo lo que necesitaban para comunicarse. El amor flotaba en el aire, palpable, tan real como el viento que acariciaba sus rostros a través de la ventana.
Mitsuki extendió una mano, su tacto era ligero como una pluma, y acarició suavemente la mejilla de Boruto. El calor de su piel era reconfortante, y la suavidad de sus dedos trazaba líneas invisibles sobre el rostro de Boruto.
Ese simple gesto era suficiente para hacer que el corazón de Boruto latiera un poco más rápido, pero de una manera que no estaba ligada al miedo, sino al amor más puro.
-Eres lo más hermoso que he visto -murmuró Mitsuki finalmente, sus palabras llenas de sinceridad.
Boruto cerró los ojos por un momento, dejando que el peso de esas palabras cayera sobre él. Era una sensación nueva, sentir que alguien lo miraba no solo por lo que era exteriormente, sino por la esencia misma de su ser.
El miedo y el dolor que lo habían acosado durante los últimos días comenzaban a desvanecerse, disipados como la niebla bajo la luz del sol.
La habitación estaba llena de un silencio delicado, pero dentro de ellos, el mundo bullía con emociones. Cada respiración, lenta y sincronizada, era una melodía que solo ellos podían escuchar. El sonido de sus corazones latiendo al unísono era como el tamborileo suave de una lluvia de verano, constante y lleno de vida.
Mitsuki acercó su rostro al de Boruto, sus respiraciones mezclándose en el aire, creando un puente invisible entre ambos. El aroma de la piel de Boruto llenaba el espacio entre ellos, una mezcla sutil de frescura y calor que hacía que Mitsuki se sintiera aún más conectado a él.
El viento, que siempre había sido su aliado, ahora parecía susurrar a su alrededor, como si los alentara a seguir adelante, a dejar que el amor hiciera el resto.
Boruto abrió los ojos lentamente, encontrándose de nuevo con la mirada suave y cálida de Mitsuki. Esa mirada lo hacía sentir seguro, como si, en ese momento, nada malo pudiera alcanzarlo. El pasado y sus sombras se desvanecían lentamente, reemplazados por el calor del presente, por el amor que los rodeaba.
-Te amo, Mitsuki -dijo Boruto, con la voz apenas un susurro, pero cargada con el peso de sus emociones.
Esas palabras flotaron en el aire, y Mitsuki las recibió con el corazón abierto, sabiendo que cada sílaba contenía más de lo que cualquier otra cosa podría decir. No era solo el amor de dos personas, era la fusión de dos almas que se habían encontrado y que, contra todo, habían decidido estar juntas.
Boruto levantó una mano, y con delicadeza, acarició la nuca de Mitsuki. El tacto de su piel era cálido, y el cabello de Mitsuki caía suavemente sobre sus dedos.
El contacto entre ellos era eléctrico, pero no de la manera en que algo quema, sino de la manera en que algo vivo te llena por dentro. Boruto sentía cómo la conexión entre ellos se hacía más fuerte, más profunda, con cada caricia, con cada roce de piel contra piel.
El sonido de sus respiraciones llenaba el espacio que los rodeaba, un sonido que, en su simplicidad, transmitía todo lo que necesitaban saber. Mitsuki bajó la mirada, observando cada detalle de Boruto con una reverencia silenciosa.
Sus dedos siguieron un camino suave, desde la mejilla hasta el cuello, trazando líneas invisibles que solo Boruto podía sentir. El calor de su piel, la manera en que su pecho subía y bajaba con cada respiración, todo se entrelazaba en ese momento de intimidad.
Boruto se hundió en los brazos de Mitsuki, dejando que la calidez lo envolviera. La cercanía de Mitsuki, su aliento rozando suavemente su piel, le daba una sensación de paz que nunca antes había sentido.
El dolor de su experiencia traumática comenzaba a desvanecerse, como si el amor de Mitsuki fuera una medicina para las heridas que su alma había sufrido.
-Eres mi sol -dijo Mitsuki suavemente, con una sonrisa suave en sus labios - No importa cuán oscura sea la noche, siempre iluminarás mi mundo.
Boruto sintió cómo su corazón se expandía con esas palabras. No había miedo, no había dolor, solo el calor que irradiaba el amor de Mitsuki. El pasado se disolvía lentamente en el fondo de su mente, y en ese momento, todo lo que importaba era la conexión que compartían.
El viento seguía susurrando a su alrededor, acariciando sus pieles con suavidad, como si quisiera participar en ese momento íntimo. El aire estaba lleno de promesas no dichas, de sentimientos que se comunicaban con el tacto, con las miradas. Las palabras eran innecesarias, porque en el lenguaje de sus cuerpos, todo estaba claro.
Boruto se permitió perderse en el calor de Mitsuki, en el sonido de su respiración y en el latido constante de su corazón. Era como si todo lo que había pasado se desvaneciera, dejándole espacio para sentir solo el presente, para sumergirse completamente en el amor que compartían.
-Nunca me dejes -murmuró Boruto, sus labios rozando suavemente el cuello de Mitsuki.
-Nunca lo haré -respondió Mitsuki, con una certeza que resonaba en el aire.
Los dos permanecieron en ese abrazo, envueltos en una burbuja de amor y calidez, mientras el mundo exterior se desvanecía a su alrededor.
El amor que sentían era más fuerte que cualquier tormenta, más luminoso que cualquier oscuridad, y en ese momento, el tiempo se detuvo. Sus corazones latían al unísono, y el sonido de sus respiraciones llenaba el espacio, creando una melodía suave que envolvía sus almas.
Boruto había encontrado su hogar en los brazos de Mitsuki, y en ese abrazo, supo que todo estaría bien.
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Entre Rejas Y Secretos (MitsuBoru) (SasuNaru)
FanficEn el corazón de una sociedad aristocrática regida por las tradiciones y el honor, Boruto Hyuuga vive una vida de restricciones y secretos. Hijo ilegítimo de una noble fallecida al nacer y de un padre desconocido, Boruto ha sido criado en la sombra...