Falling love again [Terminado]

Capitulo 34

||Imperfect for You||

La luz de su mirada, esa chispa se había apagado. Volvía de nuevo el hombre frio y apático con barreras altas, muros inmensos que siempre estaba enfurruñado o que apenas y le hablaba. Volvió el hombre que solo le tomaba para complacerse y hacerla sentir miserable. Y también la vida en su propia mirada estaba desapareciendo. Desde aquella migraña no volvió al estudio. Estaba encerrada en si misma y en su habitación, sabía que era de noche cuando Luke la visitaba en su alcoba y le tomaba, salia y se iba a su habitación. Se sentía miserable, se sentía sin valor.

-Habra un evento mañana, por la tarde. Necesito que te bañes y que intentes ponerte lo más agradable. Y que quites esa horrible mirada perdida.-Luke termino de vestirse y Nic se quedó enredada en las sabanas con el camisón y su ropa interior a mitad de su muslo.

-No me siento bien...-Luke se giro y al verla estaba tan perdida que le dolió el corazón. Su rostro se enfureció y salió de la habitación.

No le era repulsivo que le tocará le era repulsivo como le tocaba. Asociar su amor a mera necesidad era simplemente devastador por qué se sentía cosificada, sentía que quizá cualquiera mueble de esa habitación valía más que ella misma.

Había tomado una decisión, escucho a la señora Kalahan entrar para abrazarla.

-Mi señora. ¿me permite llorar con usted?-Nic abrazo al ama de llaves con los ojos llenos de lágrimas.

Aun cuando no soportaba la idea de separarse nuevamente de Luke, simplemente era lo mejor... quizá lejos estarían mejor.

-Necesito mi mejor vestido para mañana, ya escucho al señor. Señora Kalahan y una maleta.-La señora Kalahan asintió

-Yo me voy con usted mi señora.-Nic abrió los ojos sorprendida.-Vamos mi señora, que yo sé trabajar. Y vamos a encontrar trabajos. Tengo dinero para pasajes de tren. Y si tiene al médico en Marbella podemos ir con el.-Nic abrazo a la señora Kalahan.

-Quiero que vayamos al cobertizo y busquemos mis cosas.-La señora Kalahan asintió y Nic acomodo su ropa y ambas salieron hacia la otra parte de la mansión.

La señora Kalahan alumbró el cobertizo con las lámparas del lugar y la llevo hasta donde estaban las cajas con su nombre. Y los recuerdos volvieron a ella cuando tocó los muebles, las fotos. Tomo la foto enmarcada de la boda, de su boda. Las lágrimas rodaron por sus mejillas. La señora Kalahan la rodeo con los brazos, Nic dejo a un lado la foto de ellos, tomo la foto de Claudia y Luke, su familia.

-Voy a tomar el rumbo de mi vida. Lo prometo. Y cuando eso pase... voy a volver.-Sollozo.

Volvió a guardar la foto de su boda y llevo consigo a su familia, Luke Thompson y Claudia. Llevar a su esposo sería una debilidad, continuo buscando y encontró su preciado frasco, tenía dinero para viajar a Marbella junto a la señora Kalahan y pagar una pensión por lo menos 2 meses y comida.

-Mi tesoro.-Lo tomo como si fuera un seguro de vida.-Mis ahorros.

La señora Kalahan asintió.

-Yo también tengo ahorros mi señora y se que viviremos bien. -Nic asintió y llevo una mano a su vientre.

Esa noche durmió, después de llorar. Cada día, cada noche y cada hora antes de tomar una decisión importante.

Despertó temprano como cada día, tan cotidiano, tan rutinario. Sin Nicola junto a el. Se había acostumbrado a despertar junto a ella, a ver su rostro apacible al dormir, a detallar sus facciones con sus dedos, a escuchar su respiración, a despejar su rostro de traviesos cabellos rubios que se escapaban de su lugar. Y traviesamente reír cuando picaba sus mejillas y Nic se enfurruñaba entre sueños. Había hecho adaptar el gimnasio con un área de boxeo, para evitar su ansiedad y correr hacia ella y rogarle. Fue hacia su nuevo lugar seguro y destrozó sus puños en aquel lugar hasta desafallecer. Después de un rato de entrenar, se preparo para salir a trabajar. Y la vio, la vio pasar junto a el, estaba hermosa con su ropa de dormir, parecía un sueño. Caminaba junto al ama de llaves después de haber bajado a desayunar. Tenía el cabello recién alisado por las manos de la señora ama de llaves, el rostro recién lavado y llevaba el camisón de dormir con un chal enredado entre sus brazos.