Entre Clases y Fiebres

17 4 0
                                    

|Mackenzie| °Meses a tu lado°


Desperté esa mañana con la alarma vibrando suavemente bajo mi almohada. La luz aún no había entrado del todo por las cortinas, pero ya sabía que el día sería largo. Tenía clases en la universidad, y entre exámenes y trabajos pendientes, mi mente ya estaba enfocada en lo que tendría que enfrentar hoy. Sin embargo, un suave quejido a mi lado me sacó de esos pensamientos.

Anthony estaba acurrucado entre las sábanas, su carita más pálida de lo habitual y las mejillas sonrojadas de manera inusual. Al principio pensé que tal vez solo estaba teniendo una de esas noches en las que dormía inquieto, pero al acercarme para acariciarle el cabello, noté que su piel estaba más caliente de lo normal. Mi corazón se detuvo por un segundo.

—Anthony —susurré—. ¿Cómo te sientes, amor?

Él abrió los ojos lentamente, y sin decir nada, se giró hacia mí, buscando consuelo. Sabía lo que eso significaba: mi pequeño estaba enfermo. Coloqué mi mano en su frente, y la fiebre era evidente. Intenté mantener la calma, pero mi mente empezó a correr. Tenía que llevarlo al médico, pero al mismo tiempo tenía una clase importante que no podía faltar.

Me levanté de la cama rápidamente, tomé el termómetro del botiquín y volví junto a Anthony. Mientras esperaba el resultado, mi mente seguía debatiendo qué hacer. El termómetro confirmó lo que temía: fiebre alta, 39 grados. Respiré profundamente, intentando calmarme.

Sabía que no podía dejarlo solo. Anthony necesitaba atención, y cualquier otra cosa podía esperar. Marqué el número del médico de inmediato, esperando poder conseguir una cita para esa mañana. Me sentía en una encrucijada, dividida entre mis responsabilidades como estudiante y como madre.

Mientras esperaba la llamada del médico, decidí enviar un mensaje a mis profesores, explicándoles la situación. Sabía que perderme una clase justo ahora podría ser complicado, pero también entendía que Anthony era mi prioridad.

"Buenos días, soy Mackenzie. Lamento informar que no podré asistir a la clase de hoy, mi hijo está enfermo y debo llevarlo al médico. Agradecería cualquier material o indicaciones para ponerme al día."

Lo envié a cada profesor, esperando que fueran comprensivos. Afortunadamente, el médico me respondió poco después, ofreciéndome una cita para dentro de dos horas. Eso me daría tiempo suficiente para organizarme un poco en casa antes de llevar a Anthony.

—Mamá... —la voz de Anthony sonaba débil—. Me duele la barriga...

Me senté a su lado en la cama, acariciando su cabello suavemente mientras lo miraba con ternura. No había nada más angustiante que ver a tu hijo enfermo, tan frágil, y no poder hacer mucho más que estar ahí para él.

—Lo sé, mi amor. Ya vamos a ir al médico, él te hará sentir mejor, ¿sí? —Le di un beso en la frente, sintiendo el calor que aún emanaba de su piel.

---------------------------------------------------------------------------------------------

Antes de salir, lo ayudé a cambiarse de ropa, y lo abrigué bien. Anthony apenas tenía energía para moverse, y cada pequeño gemido de incomodidad me hacía sentir más impotente. Mientras lo preparaba, mi teléfono vibró con una respuesta de uno de mis profesores.

"Lo siento mucho por la situación. No te preocupes, te enviaré las diapositivas de la clase y cualquier tarea. Lo importante es que tu hijo se recupere."

Sentí una oleada de alivio. Sabía que tendría que trabajar duro para ponerme al día, pero al menos había recibido el apoyo que necesitaba en ese momento. Con Anthony listo, lo cargué hasta el auto, colocándolo cuidadosamente en su asiento. Su pequeña cabecita reposaba contra la ventana, y aunque no se quejaba, su carita me decía lo incómodo que se sentía.

NUESTROS CAMINOS CRUZADOSWhere stories live. Discover now