"Entre Sombras y Luces"

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°Mackenzie° | °meses a tu lado°


Al principio, lo acepté, porque pensaba que todos teníamos nuestros secretos, y que la verdad no siempre era necesaria para ser felices. Pero ahora, con cada día que pasaba, me encontraba buscando respuestas, esperando que alguna de esas preguntas obtuviera una respuesta clara.

La situación con Anthony también me hacía pensar más en todo esto. Jack había sido tan cariñoso con él, tan atento, y la relación entre ellos parecía tan natural, tan fluida. 

Pero, ¿y si todo esto no era tan real? ¿Y si Jack solo estaba actuando, jugando un papel que pensaba que debía interpretar? ¿Y si no estaba dispuesto a quedarse? 

Pensar en todo esto me hacía sentir como si estuviera caminando sobre una cuerda floja, esperando que se rompiera en cualquier momento.

Mientras los días pasaban, la distancia entre nosotros se hacía más evidente. No era una distancia física, no, eso nunca cambió. Estábamos cerca, más cerca que nunca. Pero había algo invisible, algo intangible, que nos separaba. Algo que ni él ni yo queríamos admitir. Las palabras no eran suficientes, los gestos tampoco. Estábamos atrapados en un ciclo de amor y desconfianza, sin saber cómo romperlo.

Finalmente, una noche después de que Anthony se fue a dormir, me encontré en la terraza del apartamento, mirando las luces de la ciudad. Jack me había dejado sola allí por unos minutos, y en ese espacio vacío, me di cuenta de lo lejos que estábamos. No en kilómetros, sino en emociones. Todo parecía perfecto, pero nada lo era. Y lo peor de todo es que no sabía si quería enfrentarme a la verdad.

Me levanté del borde de la terraza y entré al apartamento. Jack estaba sentado en el sofá, mirando su teléfono. Cuando me vio entrar, me sonrió, pero esa sonrisa no llegó a sus ojos. Algo había cambiado. Y aunque no sabía qué era exactamente, sentí que era el momento. El momento de enfrentarnos a todo, de hablar sobre lo que realmente importaba.

—Jack, tenemos que hablar —dije, y mi voz sonó más firme de lo que me sentía.

Él me miró, sus ojos azules brillando con una mezcla de sorpresa y algo más que no pude identificar.

- ¿A donde se fue el mi amor?- pregunto en broma

Lo mire seria por lo que no demoro en poner el seño fruncido 

—¿De qué se trata? —preguntó, dejando el teléfono a un lado.

Me senté frente a él, mi corazón latiendo con fuerza. Sabía que este momento había llegado. Sabía que era el momento de finalmente hacerle las preguntas que había estado evitando. Las preguntas que necesitaba responder, no solo para mí, sino para nuestra relación.

—Jack, necesito saber más de ti. No sé por qué, pero siento que me has estado ocultando cosas. ¿Por qué nunca me has hablado de tu pasado? ¿Por qué no me dices nada sobre cómo lograste conseguir todo esto? —dije, mi voz temblando con la mezcla de frustración y miedo.

Hubo un largo silencio, y en ese silencio, mi corazón se aceleró. Jack me miraba fijamente, su rostro serio, su mandíbula tensa. Por un momento, pensé que me iba a dar la respuesta que tanto temía, que todo lo que había creído sobre él no era real.

Finalmente, habló, pero sus palabras no me tranquilizaron.

—No es tan sencillo, Mack. No todo es lo que parece. Y si te dijera la verdad, no sé cómo reaccionarías.

Mi corazón latía con fuerza. Las palabras de Jack me dejaron paralizada por un instante. No era lo que esperaba escuchar. La incertidumbre se convirtió en un peso en mi pecho, y las preguntas que me habían estado atormentando solo se multiplicaron. 

NUESTROS CAMINOS CRUZADOSWhere stories live. Discover now