|Mackenzie| °meses a tu lado°
La mañana siguiente llegó con un cielo gris y nublado, reflejando la confusión que aún reinaba en mi mente. Anthony seguía en casa, aún algo débil, pero por lo menos su fiebre había bajado. Me senté a su lado mientras veía sus dibujos animados favoritos, el sonido de la televisión era un intento de traer un poco de normalidad a un día que prometía ser anything but normal.
—¿Te sientes mejor, cariño? —le pregunté, acariciando su cabeza.
—Un poco. —respondió, aunque su voz seguía siendo suave y débil.
—¿Quieres algo de desayuno? Puedo hacerte tus pancakes favoritos. —le ofrecí, y una sonrisa se dibujó en su rostro.
—Sí, por favor. —dijo con entusiasmo, su energía pareciendo regresar lentamente.
Mientras preparaba los pancakes, mis pensamientos vagaban de un lado a otro. La conversación con Alecc la noche anterior seguía pesando en mi corazón. No podía ignorar el hecho de que él era el padre de Anthony, y aunque su regreso había traído caos, también había algo que me decía que tal vez era el momento de abrir la puerta a una conversación sincera sobre su lugar en la vida de nuestro hijo. Pero, ¿estaba lista para eso?
Una vez que Anthony terminó su desayuno, decidí que era hora de hablar con Jack. Necesitaba su apoyo, pero también quería ser honesta acerca de mis temores.
—Jack, ¿puedes venir un momento? —llamé desde la cocina.
Él apareció poco después, con una mirada de preocupación en su rostro.
—¿Qué pasa? —preguntó, notando la seriedad en mi voz.
—Quiero hablar sobre Alecc. —comencé, sintiendo que el aire se volvía más denso—. Necesito entender cómo nos enfrentamos a esto.
—¿Te sientes bien con él siendo parte de la vida de Anthony? —preguntó Jack, su tono cauteloso.
—No lo sé. —respondí, sintiendo una mezcla de incertidumbre y responsabilidad—. Siento que si no le doy la oportunidad de conocer a su padre, lo estoy privando de algo importante. Pero también me aterra que eso cambie nuestra vida.
—Entiendo. —dijo Jack, dando un paso hacia mí—. Pero también tienes que pensar en ti y en lo que eso significa para nosotros.
Su preocupación me tocó, y sentí una conexión profunda entre nosotros. Sabía que Jack había estado a mi lado durante todo este tiempo, apoyándome y cuidando de Anthony como si fuera su propio hijo.
—No quiero que esto afecte lo que hemos construido. —dije, mi voz casi un susurro.
—Mack, lo que importa es que estés feliz. Anthony necesita un padre, y si Alecc está dispuesto a serlo, quizás deberías considerar lo que eso implica. —dijo Jack, su tono sincero y comprensivo.
—Tienes razón. —asentí, aunque mi corazón seguía dividido—. Solo necesito que estés a mi lado, sin importar lo que pase.
—Siempre estaré aquí para ti. —dijo, dando un paso más cerca y tomándome de la mano.
Con una decisión en mente, finalmente llamé a Alecc. No podía seguir evitando la conversación.
—Hola, Alecc. —dije, tratando de mantener la calma en mi voz.
—Hola, Mackenzie. —respondió, y podía escuchar la tensión en su tono—. ¿Cómo está Anthony?
—Está mejor, gracias. —dije, sintiendo que era el momento adecuado—. Quiero hablar contigo sobre tu lugar en la vida de Anthony.
—Entiendo. —dijo Alecc, y pude sentir su nerviosismo a través de la línea—. Estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario.
—Te necesito honesto. —le pedí, sintiendo que la claridad era esencial—. No quiero que esto se convierta en un conflicto. Necesito saber que estás aquí para ser un buen padre.
Hubo un momento de silencio, y luego su voz resonó con una sinceridad que me sorprendió.
—Quiero ser parte de su vida, pero también entiendo que no será fácil. No estoy aquí para causar problemas entre tú y Jack. Solo quiero conocer a mi hijo.
Sus palabras resonaron en mí, y aunque mi mente seguía agitada, una parte de mí se sentía aliviada. Quizás Alecc estaba dispuesto a ser lo que Anthony necesitaba.
—Podemos hacer esto juntos. —le dije, sintiendo que la conversación comenzaba a tomar forma—. Pero necesito que también respetes la relación que tengo con Jack. Él es importante para nosotros.
—Lo entiendo. —dijo Alecc, su tono ahora más calmado—. Estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario.
Después de colgar, me sentí un poco más ligera. Tal vez este sería el primer paso para establecer una nueva normalidad. Pero el verdadero desafío aún estaba por venir.
Al caer la tarde, Jack y yo salimos al parque con Anthony. El aire fresco y la risa de los niños a nuestro alrededor crearon una atmósfera reconfortante. Jack caminaba a mi lado, sosteniendo la mano de Anthony, mientras este corría adelante, lleno de energía renovada.
—Parece que está mucho mejor. —dijo Jack, sonriendo mientras miraba a Anthony jugar.
—Sí, creo que los pancakes realmente hicieron su magia. —respondí, sintiendo una oleada de amor por ambos.
De repente, Anthony se detuvo y miró hacia una figura que se acercaba: era Alecc. Sentí que el corazón se me detuvo un segundo.
—¡Mamá, mira! —gritó Anthony, señalando a Alecc con una sonrisa en su rostro.
Mi corazón se llenó de una mezcla de emociones. No sabía cómo reaccionar. Jack se tensó a mi lado, y podía ver que la incomodidad era palpable.
—Hola, Anthony. —dijo Alecc, agachándose para estar a su altura—. Me alegra verte mejor.
Anthony sonrió, y vi cómo la sorpresa brillaba en sus ojos.
—¿Eres mi papá? —preguntó, inocente y sin saber lo que significaba la pregunta.
La atmósfera se volvió pesada, y sentí que todos los ojos estaban sobre nosotros.
—Sí, soy tu papá. —respondió Alecc, su voz firme pero suave—. Estoy aquí para conocerte.
Jack se quedó en silencio, su mirada fija en Alecc. Yo traté de sonreír, pero mi corazón estaba en un torbellino.
—¿Puedo jugar contigo? —preguntó Anthony, lleno de energía.
—Claro, ¿te gustaría que jugáramos a la pelota? —respondió Alecc, su tono lleno de emoción.
Mientras veía a Anthony correr hacia Alecc, una parte de mí se sintió aliviada. Tal vez esto era lo que Anthony necesitaba. Pero la otra parte de mí se sentía inquieta, preguntándose cómo se vería nuestro futuro con Alecc en él.
Jack me miró, y pude leer su preocupación en su rostro. Sabía que esto era solo el comienzo de una nueva etapa en nuestras vidas. Con cada decisión que tomáramos, se formaría el camino hacia adelante. Pero por ahora, mientras veía a Anthony reír y jugar con su padre, comprendí que estaba dispuesta a enfrentar lo que viniera. Tenía que hacerlo, no solo por mí, sino también por Anthony.
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NUESTROS CAMINOS CRUZADOS
Teen Fiction¿Quién dijo que después de la tormenta sale el sol cuando puede haber un rayo? Leer es una gran palabra, para mi leer es... transportarme. Al leer la primera pagina ya estoy en otra realidad, donde tengo una vida. Dejo de ser la antagonista de la m...