Revelaciones en la Lluvia

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|Mackenzie| °meses a tu lado°

                                                        MARATÓN 5/5


La semana transcurrió tranquila, pero el ambiente estaba cargado de una energía vibrante, como si algo importante estuviera a punto de suceder. Jack y yo habíamos pasado más tiempo juntos, redescubriendo la alegría de nuestra conexión, pero también había una sensación de incertidumbre flotando en el aire.

Era un sábado por la tarde, y el cielo estaba cubierto de nubes grises. En lugar de quedarnos en casa, decidimos salir a caminar. Las gotas de lluvia empezaron a caer mientras nos dirigíamos hacia un pequeño café que habíamos descubierto recientemente. Sin embargo, antes de llegar, una tormenta se desató, obligándonos a buscar refugio en un pequeño parque.

Nos resguardamos bajo un árbol, riendo mientras el agua caía sin piedad. Jack extendió su brazo y me atrajo hacia él, y sentí el calor de su cuerpo en contraste con el aire fresco y húmedo.

—Así que, ¿qué hacemos ahora? —pregunté, mirando cómo las gotas resbalaban por las hojas.

—Creo que deberíamos quedarnos aquí hasta que pase la tormenta —dijo Jack, sonriendo. —Y, quién sabe, tal vez podamos crear un recuerdo inolvidable.

—¿Como quedarnos atrapados bajo un árbol en medio de una tormenta? —repliqué, bromeando.

—Exacto. Pero en realidad, estoy pensando en un par de cosas.

Mientras hablaba, su expresión se tornó seria, lo que me hizo fruncir el ceño. Jack siempre tenía esa habilidad de cambiar de un momento alegre a uno profundo, y en ese instante, sabía que quería hablar de algo importante.

—¿Qué pasa? —le pregunté, sintiendo la inquietud en mi pecho.

—Mack, he estado pensando en nosotros, en todo lo que hemos pasado. —Hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas—. Y, honestamente, no puedo evitar sentir que esto es algo más grande de lo que hemos dejado entrever.

Me sentí un poco nerviosa ante su sinceridad, pero también emocionada. A medida que el agua seguía cayendo, sentí que la presión de la semana anterior se desvanecía, dejándonos un espacio para abrir nuestros corazones.

—Yo también he estado pensando mucho en esto —admití, tratando de organizar mis pensamientos—. Ha sido un camino difícil, pero quiero ser honesta contigo. Cada vez que estamos juntos, siento que todo es posible.

Jack se inclinó hacia mí, con su mirada profunda y sincera.

—Exactamente. Y creo que ambos sabemos que lo que hemos compartido no es solo una aventura pasajera. Me importas, Mack. Y me importa lo que esto significa para nosotros.

En ese momento, la tormenta parecía cobrar vida a nuestro alrededor, pero la conexión entre nosotros brillaba con fuerza. Jack acercó su rostro al mío, y antes de que pudiera darme cuenta, sus labios estaban sobre los míos, robándome el aliento. Fue un beso tierno, lleno de promesas, y sentí que todo el peso del mundo se desvanecía.

—¿Sabes? —dijo, apartándose un poco, respirando con dificultad—. A veces, tengo miedo de que esta felicidad se termine, pero no quiero que eso nos detenga. Quiero que sigamos construyendo esto juntos, pase lo que pase.

—Yo también tengo miedo —confesé, sintiendo que las palabras fluían de mi boca—. Pero creo que vale la pena arriesgarse. Vale la pena luchar por esto.

En ese instante, la lluvia empezó a amainar, y el cielo comenzó a despejarse. Podíamos ver algunos rayos de sol luchando por salir entre las nubes. Jack sonrió, y me sentí llena de esperanza al pensar en lo que significaba ese momento.

—¿Sabes qué? —dijo, tomando mi mano—. Deberíamos hacer de este lugar nuestro refugio secreto. Cada vez que necesitemos recordarnos lo que sentimos, podemos volver aquí.

—Me encanta la idea —respondí, sintiéndome inspirada. Jack siempre sabía cómo encontrar la magia en los momentos cotidianos.

Pasamos un rato más bajo el árbol, hablando de sueños y metas, de lo que significaba para nosotros ser una familia, incluso en medio de las dificultades. Compartimos risas y recuerdos, fortaleciendo el vínculo que habíamos creado.

Cuando finalmente la lluvia se detuvo por completo, decidimos continuar nuestro camino hacia el café. El suelo brillaba, y los aromas frescos de la naturaleza llenaban el aire. Mientras caminábamos juntos, mi corazón se sentía ligero y lleno de amor.

Llegamos al café, y encontramos una mesa junto a la ventana. Con una taza de chocolate caliente en cada mano, nos acomodamos en los sillones suaves, disfrutando de la calidez que nos rodeaba. La conversación fluyó con naturalidad, como si no hubiera interrupciones en nuestra historia.

Mientras Jack hablaba sobre sus planes futuros, algo en su tono me hizo reflexionar. Había un matiz de determinación que no había notado antes, y eso me llenó de confianza. Sabía que no solo éramos dos personas enamoradas, sino un equipo que podía enfrentar cualquier cosa juntos.

—Mack, quiero que sepas que estoy aquí para lo que necesites. Lo que hemos pasado solo nos ha hecho más fuertes, y estoy listo para enfrentar cualquier desafío que venga —dijo Jack, mirándome a los ojos.

—Y yo estoy aquí para ti —respondí, sintiendo una oleada de emoción—. Vamos a hacerlo juntos. No importa lo que venga, estaremos listos.

Nos miramos con una mezcla de amor y determinación. Habíamos superado mucho, y aunque sabíamos que el camino aún tenía sus baches, estábamos listos para enfrentarlos juntos.

Al salir del café, la luz del sol comenzaba a iluminar el día, y supe que, sin importar lo que pasara, siempre tendríamos el refugio de aquel árbol, donde nuestras almas se habían entrelazado en una tormenta de amor.

NUESTROS CAMINOS CRUZADOSWhere stories live. Discover now