°Mackenzie° | °meses a tu lado°
Me estiré lentamente, dejando que la calma de la mañana me envolviera por completo. Después de las últimas semanas, todo había sido un torbellino de emociones, de dudas, de decisiones que cambiaban mi vida de manera irreversible. Pero esa mañana, por primera vez en mucho tiempo, sentí que el aire era más liviano, que la carga en mi pecho había disminuido.
Tomé mi teléfono, algo que había dejado de hacer durante las últimas 48 horas, y vi un mensaje de Jack. Estaba corto, pero claro:
"¿Nos vemos hoy? Me gustaría hablar."
Mis dedos temblaron ligeramente al leerlo. ¿Qué quería decir con "hablar"? ¿Acerca de lo que habíamos discutido la última vez? ¿Sobre su pasado oscuro? Aún no me sentía lista para abordar todo eso, pero lo único que sabía era que no podía seguir evitando el hecho de que, más allá de su pasado, Jack seguía siendo parte de mi vida, y en este momento, me necesitaba tanto como yo a él.
Suspiré y me levanté de la cama, decidiendo que debía afrontar esto, por mí misma, por él, por lo que nos quedaba.
El día pasó rápidamente. No fue tanto por la cantidad de cosas que tenía que hacer, sino porque mi mente no dejaba de pensar en él. En Jack. En sus palabras. En lo que había compartido conmigo la noche anterior, con la ayuda de Naya y Will. Yo estaba dividida entre comprender lo que había pasado en su vida, pero también sintiendo que algo seguía sin encajar, algo que no entendía por completo.
Decidí salir a caminar, como una forma de despejar mi mente. Las calles estaban tranquilas, el viento era suave, y el sol comenzaba a descender en el horizonte, tiñendo todo con tonos naranja y rosa. Estaba tomando una bocanada de aire fresco cuando mi teléfono vibró nuevamente. Esta vez, era una llamada.
—Mack, soy Jack —su voz sonaba un poco cansada, pero clara.
—Hola... ¿Cómo estás? —respondí, tratando de sonar tranquila, aunque mi corazón empezaba a latir más rápido.
—Bueno, mejor ahora que te escucho. He estado pensando mucho en lo que hablamos. En lo que tú has dicho. Y... necesito que nos veamos. Hay algo que debo decirte.
El tono de su voz me hizo pensar que no estaba listo para hablar de lo que pasaba por su cabeza, como si se estuviera preparando para algo importante. Algo que quizás ni él mismo sabía cómo explicar.
—De acuerdo. ¿Dónde nos encontramos? —respondí, mi tono cambiando a uno más serio.
—Te espero en el parque cerca de la vieja estación de trenes, en una hora —dijo, y antes de que pudiera decir algo más, colgó.
Mi mente comenzó a divagar mientras caminaba hacia el parque. Podía sentir cómo el aire frío se colaba entre mis ropas, y aunque el sol ya se estaba ocultando, todo parecía estar inmerso en una calma inquietante.
¿Qué me iba a decir Jack? ¿Acerca de qué hablaba cuando decía que había algo que "debía decirme"? Las preguntas se apoderaban de mí, pero, al mismo tiempo, sentí una extraña calma. Quizás, después de todo, este era el paso necesario para que las piezas de este rompecabezas encajaran.
Cuando llegué al parque, lo vi allí, apoyado contra un árbol, mirando al frente, como si estuviera esperando algo o alguien, pero al mismo tiempo perdido en sus propios pensamientos. Su figura era imponente, su rostro serio, pero cuando me vio acercarme, su expresión cambió a una ligera sonrisa, algo que me hizo sentir que, por un momento, todo lo demás podía esperar.
—Mack, gracias por venir —dijo con suavidad, su voz un poco más suave que antes.
Me acerqué a él, un poco cautelosa, pero también dispuesta a escuchar todo lo que necesitaba decirme.
—¿De qué querías hablar? —pregunté, sin rodeos, intentando no mostrar el remolino de emociones que sentía en mi interior.
Jack tomó una bocanada de aire, como si estuviera preparando sus palabras.
—Mack, sé que te he dado muchas razones para dudar de mí, para sentirte insegura. He sido... un desastre, por decirlo de alguna manera.
—Suspiró, bajando la mirada por un momento, antes de volver a mirarme a los ojos.
—Pero lo que quiero que sepas es que todo lo que hice, todo lo que pasé, no fue para esconderme de ti. Fue para protegerte, aunque no de la manera correcta.
Sentí que mi corazón se apretaba. No sabía si lo que estaba diciendo era lo que realmente pensaba, o si era solo otra excusa más. Pero su voz era sincera, y algo en sus ojos me decía que no estaba mintiendo.
—¿Protegerme de qué? —pregunté, aunque ya sabía la respuesta. Pero necesitaba escucharla.
—De mi pasado. De lo que soy en realidad. No soy solo el tipo divertido que conociste, el que te hace reír, el que parece tener todo resuelto. Tengo mucho peso sobre mis hombros, Mack. Y no quería que lo llevaras también. —Jack hizo una pausa, como si tomara el momento para reunir sus pensamientos. —Antes de que te conociera, mi vida era... caos. Me metí en drogas, en apuestas. Todo era un escape para no enfrentar lo que realmente me estaba destruyendo. Y no te lo dije antes porque pensaba que no iba a ser capaz de seguir adelante contigo si sabías todo lo que había hecho.
No podía creer lo que estaba escuchando. Lo había intuido, lo sabía en el fondo, pero escuchar todo de su boca de esa manera me dejó sin palabras.
—¿Y? —pregunté en un susurro, como si al decirlo pudiera romper algo que ya estaba quebrado.
Jack cerró los ojos por un momento, como si el dolor de esa pérdida aún lo estuviera matando por dentro.
—Mack... —empezó a decir, pero luego algo lo detuvo. Se quedó en silencio, mirando al suelo, como si estuviera luchando contra sus propios demonios.
Entonces, antes de que pudiera seguir, la voz de Naya resonó en mi mente. La conversación de la noche anterior, la conversación que había tenido con ella. Naya había dicho algo, algo clave que había quedado grabado en mi cabeza. Pero no sabía por qué no me lo había dicho directamente.
Me giré hacia él, un nudo en el estómago y un torrente de dudas. Pero antes de que pudiera hacerle más preguntas, algo dentro de mí me decía que debía dejar que él hablara a su propio ritmo.
—Jack...? —le pregunté suavemente, tratando de no presionarlo.
Jack se quedó en silencio. Mi mirada se fijó en sus ojos, buscando alguna pista que me dijera lo que realmente había sucedido, pero aún había tanto misterio en su historia, tanto sin resolver.
Era claro que había algo más, algo mucho más profundo que él aún no estaba listo para contarme.
- Hay algo, mucho mas fuerte que me carcome por dentro, necesito que por el momento no insistas, me e abierto a ti y te dije la verdad. Pero necesito tiempo... no quiero que te alejes, te aseguro que yo no lo hare a menos que me lo pidas, pero aun así seguirás teniendo mi apoyo siempre
No sabia que decir, ¿ Que no podía decirme?¿Cual era ese gran problema?
-Solo te pido eso, dame tiempo - Suspiro
Yo solo pude asentir, no podía hablar, tenia un nudo en la garganta
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NUESTROS CAMINOS CRUZADOS
Teen Fiction¿Quién dijo que después de la tormenta sale el sol cuando puede haber un rayo? Leer es una gran palabra, para mi leer es... transportarme. Al leer la primera pagina ya estoy en otra realidad, donde tengo una vida. Dejo de ser la antagonista de la m...