°Mackenzie° | °meses a tu lado°
—Ya me voy, Jack. Todas las cosas de Anthony están en su mochila. Cualquier cosa, no dudes en llamarme si... —mi voz se cortó antes de terminar la frase. Tenía la necesidad de decir más, de explicarle lo que sentía, pero las palabras simplemente no salían.
En vez de eso, me limité a mirarlo a los ojos por unos segundos. No quería que él me viera tan frágil, tan vulnerable. Pero la verdad es que la presión de todo lo que había sucedido me estaba empezando a afectar. Y más aún, la incertidumbre de lo que podía ser nuestro futuro, o si alguna vez encontraríamos la estabilidad que ambos deseábamos.
Jack asintió en silencio. Estaba claro que él también se sentía incómodo, como si hubiera algo más que no estaba siendo dicho. Me ofreció una ligera sonrisa, la misma que había estado dando durante días, pero ahora la veía a través de una capa de tristeza.
—Está bien, mi Mack. Nos vemos pronto —respondió con una voz que sonaba algo apagada, como si también quisiera hablar de lo que había sucedido, pero no sabía cómo hacerlo.
Salí del departamento, sentí el aire fresco en la cara, como si de alguna manera el estar fuera de ahí me diera algo de espacio para pensar.
Sin embargo, en cuanto me subí al coche, mi mente volvió a lo mismo. Jack, su pasado, su futuro, todo parecía un acertijo que aún no podía resolver.
Y entonces, sin pensarlo demasiado, decidí que necesitaba despejarme, aunque solo fuera por un rato. Así que me dirigí al antiguo piso, a ese lugar lleno de recuerdos, donde todo empezó.
Al llegar, me encontré con Naya, Will y Sue en el salón, charlando como siempre. Era raro, después de todo lo que había pasado con Jack, encontrarme en un lugar tan familiar. Pero en ese momento, necesitaba el apoyo de ellos, el de aquellos que conocían mi historia, mi pasado, incluso mi relación con Jack.
—Mackenzieeee, ¡qué bueno verte! —exclamó Naya al verme entrar, levantándose para darme un abrazo. Will sonrió y Sue levantó la mano, saludándome desde el sofá.
Me dejé abrazar, agradecida de tenerlos cerca en un momento como ese. Después de todo lo que había sucedido, saber que aún podía contar con ellos me daba algo de tranquilidad.
—¿Cómo estás? —preguntó Sue, su tono de voz suave pero atento. Todos sabían que me había estado alejando un poco, pero ninguno se atrevió a hacer preguntas directamente.
—Estoy... bien. O no. —Suspiré, buscando mis palabras mientras me sentaba junto a ellos. —Es solo que, hay tantas cosas que no entiendo. Ya no sé si lo que estoy viviendo con Jack es real, o si todo lo que ha pasado es solo una ilusión que estoy aceptando porque quiero que las cosas funcionen.
Naya, con su característica franqueza, se acomodó a mi lado y me miró con una mezcla de preocupación y curiosidad.
—¿Por qué? ¿Qué te está pasando con él? —preguntó, algo sorprendida, como si esperara que la relación entre Jack y yo fuera algo que simplemente se había resuelto.
No pude evitar soltar una pequeña risa irónica. Mi mente no dejaba de dar vueltas a todo lo que había sucedido, y sabía que tenía que contarlo, tenía que desahogarme.
—Porque Jack... tiene miedo de mostrar su vulnerabilidad. A lo largo de los años, aprendió a esconder su dolor detrás de una fachada, y no está acostumbrado a compartir lo más profundo de sí mismo con los demás. Sabes que le importa, Mack, pero está atrapado en su propio miedo. Y quizás no quería que tú lo vieras como alguien roto, como alguien incapaz de amar. En su cabeza, su amor por ti debería ser perfecto, sin que tú cargues con su historia.
Las palabras de Naya hicieron clic en mi mente. Era cierto, Jack nunca había hablado de sus demonios. Había sido protector, atento, pero nunca había mostrado el verdadero peso de su pasado. Y aunque entendía por qué lo hacía, no podía evitar sentir que me estaba quedando atrás, sin saber quién era realmente.
Will, que había estado callado durante todo este tiempo, levantó la mirada y habló con su habitual tono calmado pero penetrante.
—Mack, ¿quieres saber quién es Jack de verdad? —me preguntó, su voz tranquila pero firme. —Entonces no se trata solo de su pasado. Se trata de lo que es ahora. Sí, cometió errores, pero también aprendió de ellos. Yo lo vi pasar por esas oscuridades, y aunque nunca lo dijo directamente, siempre tuvo la capacidad de levantarse. Y ahora, después de todo eso, es el hombre que conoces, el que está luchando por ti, por Anthony, por lo que quiere construir. Es una mezcla de todo, Mack. No tienes que conocer cada detalle de su pasado para saber que lo que importa es cómo es ahora.
Me quedé pensativa, mirando a Will. Su mejor amigo siempre había tenido la capacidad de ver más allá de lo que los demás podían ver. Sus palabras eran un bálsamo, aunque la duda seguía ahí, como una sombra que se negaba a desvanecerse.
Sue, que había estado escuchando en silencio, finalmente intervino, pero sus palabras fueron más filosóficas, más profundas.
—Tal vez lo que necesitas entender, es que la gente no siempre te muestra su verdadero yo de inmediato. El amor, la confianza, no se construyen solo sobre lo que ves al principio. Todos tenemos heridas, recuerdos, momentos de oscuridad. El verdadero desafío es si estás dispuesta a caminar con esa persona, a aceptarla con todo lo que es, incluyendo lo que aún no sabes.
Sue me miró con una intensidad que me hizo sentir que sus palabras eran más que simples reflexiones. Eran una verdad profunda que no podía ignorar.
Las horas pasaron mientras hablábamos sobre Jack, su pasado y lo que significaba para mí. Cada uno tenía una perspectiva diferente, pero todos coincidían en que el camino no era fácil. No tenía todas las respuestas, ni siquiera sabía si Jack y yo teníamos un futuro claro. Pero algo en mi interior me decía que, a pesar de todo, había algo genuino entre nosotros. Algo que no debía dejar escapar tan fácilmente.
Me levanté de la silla y respiré hondo, agradecida de tener a Naya, Will y Sue a mi lado, pero también consciente de que el verdadero desafío venía ahora. No se trataba solo de entender a Jack, sino de aceptar sus sombras y mis propias inseguridades. Y, tal vez, si lograba hacerlo, ambos podríamos encontrar la paz que tanto buscábamos.
—Gracias por hablar conmigo —dije con una sonrisa, aunque sabía que no tenía todas las respuestas. Pero al menos ya no me sentía tan sola.
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NUESTROS CAMINOS CRUZADOS
Teen Fiction¿Quién dijo que después de la tormenta sale el sol cuando puede haber un rayo? Leer es una gran palabra, para mi leer es... transportarme. Al leer la primera pagina ya estoy en otra realidad, donde tengo una vida. Dejo de ser la antagonista de la m...