|Mackenzie| °meses a tu lado°
Los días se deslizaban en una suave rutina, entre risas y juegos, y la vida en nuestra nueva casa se sentía cada vez más como un sueño. Jack se había convertido en una parte esencial de nuestro mundo, y Anthony lo adoraba con cada fibra de su ser. Era maravilloso ver cómo su relación se fortalecía con cada pequeño momento compartido.
Una mañana, mientras el sol comenzaba a calentar el aire, decidí sorprender a Anthony con una actividad especial. Con la ayuda de Jack, planeamos una tarde de jardinería en el patio trasero. Anthony había estado hablando de plantar flores y árboles, así que era el momento perfecto para hacer que su deseo se hiciera realidad.
—¡Anthony! —llamé, asomándome a su habitación—. ¿Te gustaría ayudarme a plantar algunas flores en el jardín?
Su cara se iluminó de inmediato, y salió corriendo de su habitación con una sonrisa radiante.
—¡Sí, sí! ¿Podemos plantar girasoles? —preguntó emocionado.
—Por supuesto, campeón —respondí, guiándolo hacia el patio trasero, donde Jack ya había preparado el terreno y había conseguido varias macetas y herramientas para nosotros.
Cuando llegamos, Jack estaba allí, vestido con una camiseta cómoda y un sombrero de jardinería, listo para trabajar. La imagen era divertida y entrañable a la vez, y no pude evitar sonreír al verlo.
—¿Listos para convertirnos en jardineros profesionales? —dijo Jack, tomando una pala en una mano y un par de semillas en la otra—. Hoy plantaremos girasoles, y también vamos a hacer un pequeño rincón de fresas.
Anthony miraba a Jack con admiración, listo para seguir sus instrucciones. Comenzamos a cavar, sembrar y regar las plantas mientras reíamos y compartíamos anécdotas sobre nuestras propias experiencias con el jardín.
—Cuando era pequeño, mi mamá me enseñó a plantar un rosal —dijo Jack—. Recuerdo que me dijo que cuidar las plantas era como cuidar a las personas, que necesitaban amor y atención para crecer.
Esa simple metáfora resonó en mí. Jack no solo era un buen ejemplo para Anthony, sino que también había asumido un papel paternal que, en mi corazón, sabía que era sincero. Me miré en sus ojos, donde brillaba un reflejo de determinación y cariño.
La tarde transcurrió entre risas y tierra, y al final, nos sentamos en el césped para admirar nuestro trabajo. Las macetas llenas de semillas esperaban el sol, y el rincón de fresas había quedado perfectamente dispuesto.
—¿Podemos volver a hacerlo mañana? —preguntó Anthony, con la voz llena de esperanza.
—Claro, pequeño jardinero —dijo Jack, dándole una palmada en la espalda.
Mientras contemplábamos el jardín, el ambiente se tornó más tranquilo, casi mágico. Anthony se quedó dormido sobre mis piernas, agotado por el día lleno de actividades. Jack se quedó a mi lado, disfrutando del silencio que nos rodeaba.
—Me encanta esto —susurró Jack, mirando a Anthony—. No solo los girasoles, sino todo. Ser parte de esto contigo y él, me hace sentir completo.
Tomé su mano, sintiendo su calor y el vínculo que se había formado entre nosotros. La conexión era palpable, un lazo que se fortalecía con cada momento compartido.
—Gracias por ser tan increíble, Jack. Lo que haces por Anthony significa el mundo para mí —le dije, sintiendo una mezcla de gratitud y amor.
Él sonrió, y en ese instante supe que esta vida que estábamos construyendo juntos era un reflejo de los sueños que había tenido durante tanto tiempo. Un hogar lleno de amor, risas y esperanza.
Cuando la tarde se despidió y el cielo comenzó a pintarse de colores, supe que, pase lo que pase, estábamos listos para enfrentar cualquier desafío que se presentara. Nuestro jardín no solo crecería, sino que también lo haríamos nosotros, juntos, como familia.
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NUESTROS CAMINOS CRUZADOS
Teen Fiction¿Quién dijo que después de la tormenta sale el sol cuando puede haber un rayo? Leer es una gran palabra, para mi leer es... transportarme. Al leer la primera pagina ya estoy en otra realidad, donde tengo una vida. Dejo de ser la antagonista de la m...