|Mackenzie| °meses a tu lado°
Esa noche, después de dejar a Anthony dormido, Jack y yo decidimos dar un pequeño paseo por el jardín. El cielo estaba despejado, y las estrellas brillaban con una intensidad que casi no parecía real. Jack me rodeó con su brazo, y juntos nos sentamos en la hamaca que habíamos instalado al borde del patio, balanceándonos suavemente mientras un silencio cómodo se extendía entre nosotros.
Después de un rato, Jack rompió el silencio.
—¿Sabes? Hoy me estuve acordando de la primera vez que viniste a la casa —dijo, mirando hacia las estrellas—. Nunca pensé que, años después, estaríamos aquí, así.
Sonreí, recordando esos días confusos y todo lo que habíamos superado desde entonces.
—A veces siento que toda esta vida es un sueño —respondí, apoyando mi cabeza en su hombro—. Uno que nunca pensé que iba a tener.
Jack se inclinó un poco hacia mí, entrelazando sus dedos con los míos. Me quedé en silencio, sintiendo la tranquilidad de estar en su presencia, de saber que no necesitábamos palabras para entendernos. Era como si, de alguna forma, estuviéramos comunicándonos en un lenguaje solo nuestro, uno hecho de pequeños gestos, miradas y momentos compartidos.
—¿Y qué piensas ahora de... todo? —preguntó Jack suavemente, refiriéndose al encuentro con Marcus, pero sin mencionarlo directamente.
—Pienso que fue necesario —respondí, apretando su mano—. Creo que, en algún momento, necesitaba enfrentarme a ese capítulo de mi vida para dejarlo atrás de verdad. Y me di cuenta de que lo que más quiero es seguir adelante contigo, con Anthony, y con lo que sea que venga.
Jack me miró, y pude ver el alivio y la calidez en sus ojos. Parecía que mis palabras lo habían tocado profundamente. Tomó una bocanada de aire y, después de una pausa, habló con sinceridad.
—Mackenzie, nunca te dije cuánto temí perderte cuando llegó él. Sé que me lo demuestras todos los días, pero... el miedo está ahí. No puedo evitarlo.
Lo miré con una mezcla de ternura y sorpresa. No había visto esa vulnerabilidad en él de esta forma antes. Rodeé su rostro con mis manos y lo acerqué a mí.
—Nunca, nunca quiero que dudes de eso, Jack. Tú eres mi hogar, el único lugar donde quiero estar —le susurré, mirándolo directamente a los ojos.
Jack me besó entonces, y ese beso fue diferente, lleno de una intensidad que recordaba todo lo que habíamos vivido juntos. Era un beso que confirmaba lo que teníamos, que sellaba todo lo que queríamos construir juntos.
La noche avanzó, y el frío se hizo sentir. Sin decir nada, regresamos a la casa, abrazados y en paz. Era como si, con cada paso, estuviéramos dejando atrás cualquier inseguridad, cualquier rastro de duda.
Antes de irnos a dormir, me quedé un momento mirando a Anthony, que dormía plácidamente en su habitación. Era increíble pensar en todo lo que habíamos superado para llegar hasta ahí, y cómo cada obstáculo nos había fortalecido, no solo como pareja, sino como familia.
Jack se acercó y, sin decir una palabra, me rodeó con sus brazos. Sabía que entendía exactamente lo que estaba sintiendo en ese momento. Sin importar lo que el pasado nos hubiera puesto en el camino, estábamos juntos, y eso era lo único que realmente importaba.
Con esa certeza en el corazón, ambos nos fuimos a dormir, sabiendo que, pase lo que pase, siempre estaríamos ahí para enfrentar cualquier cosa juntos.
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Acabo de volver a leer todo y me atrae mucho, espero a ustedes también, de todo corazón.
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NUESTROS CAMINOS CRUZADOS
Teen Fiction¿Quién dijo que después de la tormenta sale el sol cuando puede haber un rayo? Leer es una gran palabra, para mi leer es... transportarme. Al leer la primera pagina ya estoy en otra realidad, donde tengo una vida. Dejo de ser la antagonista de la m...