|Mackenzie| °meses a tu lado°
Los días pasaron como una neblina pesada. Cada segundo sin noticias de Jack se sentía como una eternidad. Intenté seguir con mi rutina por el bien de Anthony, pero la preocupación me carcomía por dentro. Sus palabras seguían resonando en mi mente, una mezcla de desesperación y dolor que no podía borrar.
Jack no había vuelto al departamento desde aquella noche, y no respondía ni mis llamadas ni mis mensajes. Lo intenté todo: mensajes de texto, llamadas a cualquier hora, incluso dejé notas en su buzón. Nada.
Anthony empezó a notarlo también. Aunque no lo decía abiertamente, me hacía preguntas que me rompían el corazón.
—¿Por qué Jack no ha venido a jugar conmigo? ¿Está molesto?
—No, cariño. Solo está ocupado.
Era una mentira, y ambos lo sabíamos, pero no podía explicarle lo que realmente estaba pasando.
Una tarde, después de varios días sin señales de Jack, decidí llamar a Will. Él era su mejor amigo, la persona que probablemente tendría alguna pista de dónde podría estar.
—¿Will? —pregunté cuando respondió al tercer timbre. Mi voz sonaba más débil de lo que esperaba.
—Mackenzie, ¿qué pasa?
—Es Jack... no he sabido nada de él desde hace días. Estoy preocupada. ¿Sabes dónde está?
Hubo un silencio en la línea, y el sonido de su respiración me hizo pensar que estaba dudando.
—Lo único que sé es que me llamó esa noche —admitió finalmente.
—¿Esa noche? ¿Qué te dijo?
—Estaba molesto, Mack. Muy molesto. Dijo que había tenido una discusión contigo y que necesitaba despejarse. Estaba en un bar, pero no me dijo cuál. Le pregunté si quería que lo recogiera, pero me colgó.
Mis dedos se apretaron alrededor del teléfono, sintiendo una mezcla de alivio y pánico. Alivio porque, al menos, alguien lo había escuchado esa noche, y pánico porque no sabía dónde estaba ni qué había hecho después.
—¿Desde entonces no te ha llamado?
—No. Y créeme, lo he intentado. Pero Jack tiene esa maldita costumbre de desaparecer cuando está herido.
—¿Crees que...? —Tragué saliva, incapaz de terminar la pregunta.
—No lo sé, Mack. Pero Jack te quiere. Eso es lo único que sé con certeza. Si no ha vuelto, no es porque no quiera estar contigo. Debe estar lidiando con algo, como siempre lo hace. Solo que esta vez parece más grande.
Las palabras de Will me dejaron fría. Sabía que Jack tenía un pasado complicado y una forma muy particular de procesar el dolor, pero esta vez se sentía diferente.
—Will, no sé qué hacer.
—Dale tiempo, Mack. Pero no dejes de buscarlo. Si alguien puede hacerlo regresar, eres tú.
Después de colgar, me sentí más perdida que antes. No sabía si debía seguir insistiendo o esperar a que Jack apareciera por su cuenta. Anthony notaba mi inquietud, y aunque intentaba mantenerme fuerte, la verdad era que estaba rota.
Esa noche, después de acostar a Anthony, me senté en el sofá con mi teléfono en la mano, mirándolo como si pudiera darme las respuestas que necesitaba.
"Jack, por favor, dime que estás bien. Anthony te extraña, y yo también. No importa lo que pase, solo quiero saber que estás a salvo".
Presioné enviar, aunque no tenía muchas esperanzas de recibir respuesta. Me quedé allí, con los ojos fijos en la pantalla, esperando un milagro.
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NUESTROS CAMINOS CRUZADOS
Teen Fiction¿Quién dijo que después de la tormenta sale el sol cuando puede haber un rayo? Leer es una gran palabra, para mi leer es... transportarme. Al leer la primera pagina ya estoy en otra realidad, donde tengo una vida. Dejo de ser la antagonista de la m...