𝑨 𝒍𝒂 𝑺𝒐𝒎𝒃𝒓𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝑬𝒍𝒆𝒈𝒊𝒅𝒐 || 𝑫𝒓𝒂𝒄𝒐 𝑴𝒂𝒍𝒇𝒐𝒚 ღ

Halloween

- Especial de Halloween -

Hola, mami

Ya está empezando a hacer frío pero estamos bien.

Estuve ayudando con las decoraciones este año. Con Rose y James pusimos calabazas repletas de caramelos, murciélagos, serpentinas y toda clase de adornos relacionados con Halloween por el salón. A Minnie le gusto mucho nuestro trabajo y el profesor Flitwick me permitió poner algunos en la sala común de Ravenclaw, quedo genial.

El cabeza hueca de mi hermano me dijo que te quiere mucho y que te extraña más, lo mismo a papá. También dice que quiere un equipo de protección nuevo para navidad porque el suyo se rasgó en el último partido.

Es un tonto, te juro que se cayo solo, yo no lo tumbe....

TE AMO, MAMI.

Pd: No olvides poner a la abuela en la ofrenda, ya se cumplió un año.

Sonreí al terminar de leer la carta y la guarde en mi cofre especial. Le escribí una breve respuesta en que le decía que esperaba la pasara muy bien con sus amigos en la fiesta de Halloween en el castillo, que dejara de tirar a su hermano en todos los partidos que estaban Ravenclaw vs Slytherin, que papá y yo le mandábamos besos y que ya teníamos todas las fotos para la ofrenda.

Draco y yo, en Halloween decidimos empezar a hacer la ofrenda que en México hacen durante el día de los muertos. Me parece una forma preciosa de recordar a quienes no están cada año. Luego, cenamos y celebramos en un ambiente agradable aunque nostálgico.

- ¡¿PORQUE LAS FLORES PESAN TANTO?! - escuche quejarse a Draco desde la planta inferior.

Negué, divertida, y me asomé por las escaleras a verlo. Él elevó su mirada y me miró mal.

- ¿Disfrutando?

- Cómo no te imaginas - apoye mis brazos sobre el barandal apoyando mi cara para verlo mejor.

Había establecido la regla de no usar magia hoy en la casa. Me encantaba ver como se remangaba a medio brazo la camisa blanca y el cabello se le revolvía cuando hacía esfuerzo en cosas de la casa. Él suspiró pero sonrió.

- ¿Y si mejor me ayudas, cabeza de tomate? - propuso.

- Son solo pétalos, amor.

- ¡Es como un kilo!

Reí, para celebraciones especiales venimos a la mansión Malfoy, que ahora se había vuelto como nuestro lugar de vacaciones. Lucius se había retirado a una mansión más tranquila a las afueras de Irlanda pero venía cada año en navidad para dejarl a los niños su regalo en el Valle de Godric.

Finalmente, Draco siguió protestando con su bolsa mientras yo fui por las cajas con demás cosas. Baje al salón con unas cuantas cajas y mande a Draco por las más pesadas. Él protestó pero con un beso obedeció, al menos seguía teniendo ese efecto sobre él. Trajo dos cajas más y nos pusimos a organizar.

No podía negar que la única razón que le prohibía usar magia era ver lo guapo que se veía con la camisa remangada, los músculos tensionándose, su rostro de concentración y su cabello revuelto.

Teníamos varias bases altas para formar la ofrenda. Coloqué en ellos manteles junto a jarrones con flores de cempasúchil mientras Draco hacía el camino de pétalos desde el altar hasta la puerta. Colocamos frutas, panes y dos vasijas para el agua y la sal. Había conseguido varias veladoras hermosas con temática y las coloque por la mesa junto con los perritos de barro que Draco me trajo de su viaje a México hace unos meses.