𝑨 𝒍𝒂 𝑺𝒐𝒎𝒃𝒓𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝑬𝒍𝒆𝒈𝒊𝒅𝒐 || 𝑫𝒓𝒂𝒄𝒐 𝑴𝒂𝒍𝒇𝒐𝒚 ღ

🪦Capítulo 3🪦

Ya de nuevo en las calles el aire frío era opacado por los nervios que todos sentíamos por haber comenzado la escapada antes de lo previsto.

- ¿Cómo nos encontraron? - preguntó Harry.

- Tal vez aún tienes el detector - explicó Hermione.

- Por ley el detector se retira al cumplir 17 - razonó Ron.

Me detuve e hice un puchero.

- ¿Qué? - Draco me miró preocupado.

Mire a mi hermano -. ¡No celebramos tu cumpleaños, Harry! Nosotras hicimos un pastel y lo íbamos a sacar al final de la boda.

- Hermanita, en serio, saben que aprecio el gesto de las tres - acarició mi mejilla rápido -. Pero considerando que casi nos matan unos mortifagos hace unos minutos...

- Si - murmuré.

- Perspectiva - asintió Hermione.

- ¡Ya sé! - exclamó Draco y todos nos sobresaltamos -. Vamos al cuartel de la orden. Ahora es tuyo... ¿no, Harry?

- Sirius te dejo su casa en la herencia - recordé.

- Nos - corrigió -. ¡A ti te dejo todo lo que había en su maldita bóveda!

- ¡La casa también tiene muchísimas cosas!

- Discutamos el patrimonio después - intervinó Ron poniendo los ojos en blanco -. Tenemos que llegar a un lugar seguro.

Asentimos y unas apariciones después llegamos a Grimmauld Place. Los edificios se trasladaron como siempre, hacia los lados, descubriendo la puerta del número 12. Nos acercamos y entramos en la propiedad.

La casa estaba completamente deshabitada y las luces tenues del pasillo en medio de la noche la hacían ver como una mansión embrujada. Dimos unos pasos al frente hasta que nos sobresaltamos por una figura de polvo que se formaba. Di un brinco hacía atrás escondiéndome detrás de la estatura de Draco. Era una figura humana: Dumbledore se acercó a nosotros amenazador y con una mano extendida. Hermione gritó y también corrió a esconderse conmigo detrás de Draco.

La figura explotó y respiramos aliviados.

- ¿Qué fue eso? - preguntó Ron asustado, estaba detrás de nosotros tres.

- Debió ser idea de Ojoloco - murmuró Hermione soltando mis hombros -. Por si Snape venía a fisgonear.

Tras verificar con un encantamiento que no hubiera nadie en la casa comenzamos a instalarnos. Nos acomodamos en la sala de estar. Draco y yo en el sofá principal, Harry y Hermione en los dos sillones de los extremos y Ron se acomodo con un montón de almohadas en el suelo.

Parecía una pijamada, tal vez en otra realidad hubiera sido solo eso.

A la mañana siguiente me levanté primero que todos, mire alrededor Draco dormía con la boca ligeramente abierta soltando tenues respiraciones a mi lado. Ron y Hermione tenían las manos cerca, parecían querer tocarse pero estaban muy cerca pero a la vez tan lejos. Harry descansaba, aunque a veces fruncía un poco el ceño lo que me permitía dudar en si dormía tranquilo o tenía una pesadilla.

Me levanté aún un poco adormilada para ir a la cocina. Seguía tan deprimente como la recordaba, solo se vio bonita la navidad en que los Weasley vinieron durante quinto año: Molly le daba vida al espacio.

Acaricie la madera del mesón y mire el arco de la puerta. Una inmensa nostalgia invadió mi pecho, ahí había estado Sirius, sonriéndonos con su copa en la mano. Suspire y me senté en una de las sillas mirando las ventanas de la otra pared.