La noche sigue tranquila en el barco, con el suave crujir de la madera y el murmullo del agua como únicos sonidos de fondo. Po y Zhen están sentados en unos sacos de arroz, iluminados por las lámparas de aceite que oscilan suavemente. Tigresa y Tai Lung patrullan en silencio por la cubierta, dejando que la charla entre los omegas fluya en un ambiente casi íntimo.
—Ya, ya entendí, panda —suspira Zhen, rodando los ojos—. Honestidad, lealtad... lo que sea que estás diciendo. No necesitas gastar saliva.
Po sonríe, acostumbrado a su actitud evasiva, y decide cambiar de táctica.
—Ser honesto con alguien puede hacer mucho más que solo "no mentir", Zhen. A veces, siendo sincero y abierto, puedes cambiar no solo lo que piensan de ti, sino también lo que tú piensas de ti misma.
Zhen levanta una ceja, intrigada.
—¿Cómo... de qué estás hablando?
Po mira hacia el suelo, recordando su propia historia, y con una sonrisa melancólica comienza a hablar.
—Hubo una época en la que yo no tenía ni idea de quién era ni de lo que quería ser. Tenía miedo, sentía que no encajaba... y si alguien me decía que no era suficiente, lo creía...
Empieza a contar su historia, todas las adversidades y prejuicios por los que ha pasado. Zhen escucha, y su expresión aburrida se desvanece lentamente, mostrando un interés genuino.
—¿De verdad nunca te rendiste? —pregunta en voz baja, casi como si hablara para sí misma—. ¿No te molestaba que todos pensaran que no eras lo suficientemente bueno?
Po sonríe y se encoge de hombros.
—Claro que sí, me dolía... mucho. Pero cada vez que dudaba de mí, intentaba recordar por qué había empezado este camino. Mi maestro creyó en mí, y creo que parte del desafío fue aprender a creer en mí también.
Zhen lo observa, captando algo en sus ojos que la impulsa a seguir hablando sin pensar demasiado.
—Es... complicado, Po. No es como si tuviera un maestro de Kung fu ni nadie que me dijera que podía ser mejor. Cuando vives en las calles, nadie te da una segunda oportunidad; aprendes a cuidar de ti misma —mira al suelo, incómoda—. Tal vez es por eso que la vida me hizo de esta forma... tengo que depender de nadie más que yo.
Po asiente en comprensión, escuchándola con atención.
—Sí, pero ¿no crees que ya eres fuerte? Quizá es hora de ver si puedes ser algo más que fuerte... algo que tú misma elijas ser.
Zhen queda callada, meditando sus palabras. Nunca nadie le ha sugerido que puede elegir un destino diferente; siempre ha pensado que su vida está sellada desde que aprendió a robar para sobrevivir.
—¿Crees que es posible... cambiar? —pregunta en voz baja, dudosa—. No soy como tú, Po. No tengo nada que ofrecer que sea... bueno.
Po niega con la cabeza, serio.
—Zhen, nadie empieza siendo "bueno" o "malo". Lo importante es querer hacer algo positivo, aunque parezca insignificante. ¿Sabes? Mi papá ganso siempre me dijo que a veces las cosas pequeñas que hacemos son las más importantes, aunque no lo parezca.
Zhen lo mira, con una mezcla de sorpresa y escepticismo.
—¿Cosas pequeñas? —pregunta, confundida—. ¿Qué podría hacer yo?
Po sonríe suavemente y, con un tono cálido, continúa:
—Por ejemplo, podrías empezar por no dar por hecho que todos están en tu contra. Sé que tus bromas o burlas son tu manera de estar a la defensiva. Y con lo que me has contado sobre tu pasado, debes tener en cuenta que no todos los que conoces intentan herirte. A veces, ayudando a otros encuentras lo que has estado buscando.
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Kung Fu Panda: Omegaverse
Fanfiction¿Cómo sería la trama de las películas de kfp pero en omegaverse? ¿Cómo sería el trato y cuánto cambiaría la historia si Po además de ser un panda también es un Omega? ¿Y como se desarrollará un romance entre él y la maestra tigresa, una alfa? He aqu...