Extra II: Feng

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Los meses pasan y la reconstrucción del Palacio de Jade empieza a cobrar forma. Al enterarse, maestros de otras regiones envían a sus mejores trabajadores sin dudarlo. La mayoría son alfas de todos los tamaños, listos para ayudar. Li Shan tampoco se queda atrás; con entusiasmo, explica a Shifu que no es la primera vez que su gente participa en una reconstrucción.

—Recuerde, Shifu —dice Li Shan mientras carga un pesado trozo de madera—, siempre hemos estado aquí para ayudar. ¡Esto es pan comido para nosotros!

En pocos días, pandas jóvenes y adultos se unen al esfuerzo, levantando pilares y construyendo muros. Gracias a la ayuda colectiva, el palacio ya va a medio camino de completarse. Es una ventaja que muchas de las piezas, estructuras y rollos hayan quedado intactos; perder las escrituras de Oogway hubiera sido una tragedia. Parece que Kai, cegado por el poder, no fue meticuloso al destruir todo, y ese descuido es un alivio.

Mientras el sol brilla intensamente en el cielo de verano, el calor lleva a muchos trabajadores a descansar bajo la sombra o a beber agua fresca. Los Cinco Furiosos y el Guerrero Dragón, atentos, se encargan de que nadie sufra por deshidratación.

—Aquí tienen, amigos —dice Po, entregando bolsas de agua fresca a un grupo de alfas que descansan.

Un lince grande le sonríe agradecido.

—¡Gracias, Maestro Po! No sabe cuánto necesitábamos esto.

Un búfalo intimidante, aunque de voz suave, agrega:

—Tiene un gran corazón, Guerrero Dragón.

Po sonríe, quitando importancia a su gesto.

—Es normal ayudar en estas situaciones. ¡Mejor prevenir que lamentar!

Mientras conversa, algunos alfas, que son en su mayoría padres de familia, le preguntan respetuosamente sobre sus aventuras para contarles a sus hijos. Po, siempre amable, relata algunas historias de su reciente enfrentamiento con Kai, omitiendo detalles sobre el Reino de los Espíritus o el Chi, como Shifu le sugirió.

De repente, al pasar otra bolsa de agua, siente un toque en su hombro. Al volverse, se encuentra cara a cara con un oso alfa: su primer amor y su primer corazón roto, Feng.

—Po... —dice el oso, sorprendido.

El silencio se vuelve incómodo, y los demás alfas perciben cómo el ambiente cambia de alegre a tenso. El búfalo, sintiendo la tensión, interviene respetuosamente:

—Disculpe, Guerrero Dragón, ¿no debería ir con el resto de los grupos a entregar agua?

Po asiente rápidamente, agradeciendo la intervención del alfa antes de alejarse.

—Sí, claro... ¡Gracias! —dice, intentando sonar despreocupado mientras se retira lo más rápido posible.

Sin embargo, no se da cuenta de que Feng logra escabullirse del grupo y lo sigue. Po camina, inmerso en un torbellino de recuerdos, hasta que siente una mano en su hombro y se vuelve bruscamente.

—¿Po? —pregunta Feng—. Solo quería hablar...

—Eh... —Po titubea, sin saber qué decir. El silencio entre ellos se vuelve denso.

Feng baja la mirada y aclara su garganta.

—Escucha, sé que las cosas no terminaron bien entre nosotros por mi culpa, y... quería disculparme por cómo actué.

Po respira hondo, tratando de calmar las emociones que resurgen.

—No, Feng, no tienes que... —Pero antes de que pueda terminar, Feng lo interrumpe.

Kung Fu Panda: OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora