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Monza, Italia, 02 de Septiembre del 2024.
AUTUMN
Abrí los ojos con un ligero dolor de cabeza notando como mi cuerpo estaba algo dolorido, frunci el ceño unos segundos intentando descifrar donde estaba hasta que mis ojos enfocaron las paredes blancas. Miré a mi lado viendo el perfil de Charles que todavía seguia dormido, sonreí embobada viendo con detalle su rostro. Acerqué mi mano hacia su mejilla para acariciarla, al sentir su piel en contacto con la mía me hizo soltar un suspiro. Vi como se removió pero no se despertó, sonreí con ternura acercándome hacía el para dejar un beso en su mejilla luego dejando varios.
—Mmm. —su voz ronca se hizo presente.— Éstos si son buenos días. —me tomó de la cintura para colocarme encima de su cuerpo.— Hola, chéri. —levantó su rostro queriendo besarme pero me alejé juguetona.— Hey, quiero mi beso de buenos días.
—Primero ve a lavarte la boca. —lo molesté, enarcó una ceja volviendo a intentar besarme.— Ya dije, ve a cepillarte.
—¿Así qué estamos en esas? —me tomó con algo de fuerza para darnos vuelta colocándome en la cama para empezar a besar mis mejillas varias veces haciéndome reír.— ¿Seguirás rechazando mis besos?
—Tal vez. —se río tomando mis mejillas uniendo nuestros labios suavemente sintiendo como soltaba un suspiro, relajé mi cuerpo levantando mis manos acariciando su cabello.— Hola Chaz.—murmuré viendo sus ojos haciéndolo sonreír.
—Hola Brielle. —acarició mi mejilla con delicadeza.— Te amo, chéri.
—Te amo más. —robé un beso de sus labios haciéndolo sonreír.— mucho más.
—Te extrañé. —sonreí.— Estoy feliz de que estés aquí, como no tienes idea.
—También estoy feliz de estar aquí.
—¿Qué quieres hacer hoy? —se sentó en la cama.— Se que debemos hablar por lo que pienso que hagamos las cosas a su tiempo, no apresurarnos a volver inmediatamente. —me senté a su lado asintiendo.
—Pienso lo mismo. —sonreí.— Creo que primero deberíamos de hablar entre nosotros, exactamente ver lo que estamos buscando del otro. —asintió.— Después debemos hablar con nuestras familias juntos e individualmente, si queremos hacer las cosas bien, hay que hacerlo desde el inicio.
—Me parece bien. —sonrió.— También debo hablar con Alexandra, sé que con ella tengo demasiado que conversar. —sonreí.— Lo haré si te sientes cómoda, si no, está bien por mí.
—Debes hablar con ella, creo que podrían darle el final que merecían a su relación. —asintió.— Pero ¿Ustedes en las redes siguen siendo novios?
—Anunciamos que terminamos a los días que nos fuimos de Portofino, yo estaba en Hungría cuando ambos subimos que habíamos terminado en junio. —asentí en silencio.— ¿Qué más deseas hacer?
