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MINI MARATÓN ESPECIAL 80K 2/2
Monza, Italia, 01 de Septiembre del 2024.
AUTUMN
Abrí los ojos por el rayo de sol que entraba por la ventana, miré la ventana que todavía seguíamos en el cielo. Tomé mi celular para ver que eran las doce de la tarde, tenía configurado el horario de Italia por lo que estaba confundida ¿No se suponía que íbamos a llegar más o menos a esta hora? Vi que algunos de mis amigos estaban sentados comiendo mientras que otros estaban dormidos todavía, con cuidado de no despertar a Pascale me levanté de su lado yendo hacia mis amigos para llamar su atención.
—Hey. —susurré sentándome frente de mí amigo.— ¿Cómo estás?
—¿La verdad? —asentí dudosa.— Fatal, pero supongo que ir a un viaje puede distraerme o al menos eso espero.
—Alex, no hemos hablado sobre eso. —soltó un suspiro.— Si no te sientes cómodo, no debemos hacerlo ahora pero estoy aquí, no pienso dejar que te hundas ¿ok? Eres alguien que me ayudó a salir a mí de la oscuridad y pienso estar a tú lado siempre que me necesites. —él sonrió un poco.
—Gracias. —extendió un pedazo de pancake a lo que lo tomé para comerlo.— No quiero cargarte con mis problemas, se que tienes muchos como por ejemplo salir corriendo por tú amado.
—Idiota. —nos reímos.
—Yo también sabía que Charles no lo hizo a propósito. —volteé a verlo.— No dije nada porqué sé que estabas negada a que te dijeran nada sobre él por lo que simplemente lo guarde para mí, ahora me hace sentido porqué Stella se enojó conmigo siendo agresiva al decirle que no era culpa de Charles. —hizo una mueca.— Pensé que lo hacía para protegerte pero ahora pienso que tal vez era porqué no sabía dónde meter la cabeza al saber el desastre que había hecho. —suspiré.
—Sigo sin entender porqué no me pidieron dinero, podría haberlos ayudado perfectamente, no se como se le ocurrió usarme para beneficiarse. —negué con la cabeza.— En serio lamento que hayas tenido que enterarte de la misma manera que yo.
—Al menos se que siempre tuve razón con Charles, no es un mal chico. —sonrió un poco.— Espero que ésta vez funcione de verdad.
—Espero que sí. —tomé su mano.— Y si no, se que siempre podremos volver a vivir juntos para llorar de nuestras desgracias.
—¿Yendo a fiestas a Miami como antes? —asentí soltando una risita haciendo que me abrazara.— Me alegro que al menos nosotros seguimos siendo nosotros.
—Nada cambiará eso, lo prometo. —nos separamos.— Oye ¿Sabes porqué estamos todavía volando? Se suponía que íbamos a llegar a éstas horas a Italia.
—El vuelo tiene un atrasó. —mi sonrisa se borró.— Al parecer el piloto tuvo que tomar otra ruta por el cambio de clima viniendo para Italia, así que aterrizaremos a la una cuarenta.
