LXIV - Reencuentros Parte II

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espués de caminar al menos media hora, llegan a otro lugar bardeado que abarca toda una manzana, en la parte superior se aprecian cables de alta tensión, cada esquina tiene dos cámaras de seguridad y suficientes lámparas distribuidas para iluminar...

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espués de caminar al menos media hora, llegan a otro lugar bardeado que abarca toda una manzana, en la parte superior se aprecian cables de alta tensión, cada esquina tiene dos cámaras de seguridad y suficientes lámparas distribuidas para iluminar la calle, el portón en este caso era de hierro a dos aguas, en color azul grisáceo con decoraciones muy elegantes en acabados color hueso, la apariencia es de una reja pero se nota que la sellaron para que no sea visible el interior.

Iris se detiene en seco, no puede evitar sentir las ganas de huir de ese lugar que la aprisionó por años. Ángel la esquiva por poco y se le queda viendo extrañado.

—¿Pasa algo?

Como si la sacaran de trance, ella se asusta un poco y sin saber donde poner la mirada, le dice a su amigo que todo está bien. Ángel la nota ansiosa y coloca su mano en el hombro de Iris intentando calmarla.

—Oye, todo estará bien, enfrentaremos esto juntos… estoy seguro de que es más fuerte el deseo de ver a tu familia, ¿o no?

Iris asiente y respira profundamente, intentando obtener fuerzas para avanzar pero su cuerpo no le responde. Angel no la presiona, se coloca a su lado dejando que sus brazos topen, intentando hacerle notar que se quedará ahí y esperará todo lo que sea necesario. Al contacto, ella siente la calidez de su amigo, pero el efecto es diferente al intencionado, el nerviosismo ahora es por la cercanía y se sonroja, pero ella baja la cabeza lo suficiente para que el cabello cubra su rostro, impidiendo que él note lo que sucede. La sensación es tan fuerte que se separa de él, pero como no quiere preocuparlo, o que note lo que pasa, se pega unas palmadas en las mejillas.

—Tengo que avanzar… 

Frase que repite varias veces como si fuera mantra a cada paso que da para acercarse al portón; cuando llega, presiona el botón del intercomunicador, se emite un sonido de timbre y al poco tiempo responden.

—Diga. —La voz es de hombre y suena algo profunda.

Ella se asusta un poco y titubea.

—B-buenas noches, soy I-iris…

El silencio invade el lugar por breves segundos y luego le piden esperar un poco. Varios minutos después se escucha la activación de un mecanismo y las puertas se abren lentamente; el que aparece entre ellas no es otro que André y se le ve agitado, este se queda pasmado por unos instantes al ver a Iris y camina con un poco de duda hacia ella, pues teme que la oscuridad le esté ocasionando visiones y pronto sus ojos se llenan de lágrimas.

—Ruego al cielo que mis ojos no me estén engañando… —dice con la voz cortada.

—No… es un sueño, tío —responde Iris entre sollozos.

Al escuchar su voz, no puede evitar correr a abrazarla e Iris le responde de la misma forma. La necesidad de confirmar si lo que sucede es real los consume, causando que se queden por varios minutos así. 

AngelineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora