Perdición (+21)

Capítulo 49: Ruido del silencio (Parte I)

Dedicado a: Kathy04_, ErikaYamiraSanhuezaA, Yenisita01, higopicoflawer, LucianaFuentes4, DelmyLorenz

Capítulo 49: Ruido del silencio (Parte I)

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MAXIMILIAN HOFMANN

Estaba observando a lo lejos como la chica tranquila que conocí, siempre moderada, juiciosa y moralista, perdía los estribos, salía de sí, o más bien, mostraba quién era realmente. Esta era la verdadera Jana, una arriesgada, que no tenía miedo a decir lo que pensaba, ni a expresarse, podía ver que salió del caparazón en el que había estado metida el primer día que la vi en mi oficina.

Me crucé de brazos entretenido, viendo como por fin Jana tenía el valor de decirle a Donovan que era un hijo de puta, la satisfacción no cabía dentro de mí. Desde que el equipo alemán llegó a nosotros, no paraba de escuchar comentarios acerca de que Jana era bonita e inteligente, no comprendía por qué la elogiaban tanto, hasta que llegó a mis oídos una conversación más profunda de una de las tenientes que le contaba a la coronel Indira Merchan todas las cosas que hicieron con el doctor Gustin en una expedición previa, fiestas, descontrol, trío, orgias, porque su expedición anterior en Alemania era en una zona cercana a la ciudad, por lo que salían cada fin de semana a hacer desastres.

No juzgaba su forma de divertirse, sino la forma en la que se aprovechaba de la ingenuidad de Jana.

El doctor Gustin, al parecer, nunca le dio su lugar a ella, se emborrachaba y hablaba mierdas de ella o ligaba dejando el nombre de Jana por el piso porque todos sabían de la relación que él tenía. No se me hizo difícil de creer, realmente el doctor Gustin parecía ser un idiota, pero, lo confirmé con mis propios ojos cuando al acampar aquí y el primer grupo se fue a bañar, vi como el doctor Gustin no desaprovechaba la oportunidad de hablar con las tenientes en conversaciones bastantes subidas de tono y manoseos "discretos", probablemente él no sabía que yo también hablaba Alemán y lo entendía perfectamente.

—Comandante Hofmann ¿no debería separarlos?

«Ah, ya lo hice» pensé con superioridad.

La teniente Schwarz parecía esperar que impusiera el orden, viendo que ellos dos se habían convertido en el centro de atención de todos por los gritos y reproches que estaban haciendo, por supuesto a todo el mundo le gustaba el chisme, en especial de los dos doctores principales.

—No veo que necesiten ayuda —respondí.

—Están haciendo un espectáculo —dijo la teniente Schwarz pareciendo incrédula al ver mi calma.

En otra situación hubiera intervenido, pero, ver esto me llenaba de una buena diversión.

—Ya veo —me limité a decir, viendo como Jana le gritaba a Donovan:

—¿Y sabes qué? ¡yo también te engañé!, ¡te engañé cada maldito día que pude!

Definitivamente esta mujer más que enojada con él, parecía resentida por haber aguantado tanto de alguien que nunca la valoró. Jana se encargaba de aumentar mi admiración por ella al ver cómo le echaba en cara que disfrutó conmigo.

De repente y sin previo aviso, Donovan le dio un puñetazo a Jana que la tumbó al suelo. Todo el entretenimiento que había estado teniendo se fue a la mierda y en vez de estar tranquilo y controlado pasé a estar furioso y en descontrol al ver que se atrevió a ponerle una mano encima.

No razoné cuando en un pestañeó me precipité hacia Donovan, le di un puñetazo en la cara que lo hizo caer casi a medio metro de distancia en el suelo, de cero a mil la ira alimentaba la furia de mis puños, hacía mucho tiempo dejé atrás las peleas, pero que se metieran con lo mío, sacaba lo peor de mí. No razonaba, solo accionaba, mi visión tornándose roja. Lo sujeté del cuello de la camisa y le solté otro golpe en la cara, golpe tras golpe.

—¡Lo va a matar! ¡Lo va a matar! —escuché, pero era como si los gritos estuvieran muy lejos de mí.

Fui consiente de que nos intentaron separar y de mis manos ensangrentadas, pero me los quité de encima sin dejar que me controlaran. Agarré a Donovan del cuello con una mano levantándolo en el aire, él empezó a mover los pies rogando por ayuda, apreté mi agarre asfixiándolo, quería romperle los huesos del maldito cuello. Cuando de repente diez personas me jalaron hacia atrás y me quitaron a Donovan de mí agarre. Me intenté zafar para terminar de romperle la cara pero me tenían aprisionado.

—¡No vuelvas a tocar a mi mujer! —le grité señalando con mi dedo en amenaza,  perdiendo los estribos, sentía que de mi boca salía fuego.

La nariz de Donovan sangraba al igual que un costado de su boca, su pecho subía y bajaba en una mezcla de cansancio e incredulidad cuando sus ojos se enfocaron en mi muñeca donde estaba la moña rosa que Jana me dio y volvió a mirar mi rostro como si por fin comprendiera el nivel de traición a la que había llegado Jana; conmigo.

—¿Tu mujer? —repitió, y agregó en un susurro:— Fue contigo...

Mis labios se estiraron en una amplia sonrisa cínica cuando respondí:

—Claro que fue conmigo.

Donovan quiso correr hacia mí furioso al ver que su ex novia y yo le vimos la cara de estúpido  todo el tiempo, pero los tenientes lo sujetaron. A mi alrededor me soltaron al ver que ya había tomado nuevamente el control de mi furia y limpiaba mis manos con los costados de mí pantalón.

—¡Maldito hijo de puta! —me gritó Donovan— ¡Eres el comandante de la misión! ¿Por qué te metiste con mi novia?

—¿Necesitas razones? —repliqué en burla.

—¡Dijiste que seríamos amigos!

Bufé.

—¿Tan estúpido eres?

Donovan contrajo el gesto al ver que solo fue un completo estúpido que dio a Jana por sentado.

En el juego de poderes, ganaba el que sabía mover y controlar las piezas.

Donovan pareció que quería decir otra cosa cuando de repente un fino silbido irrumpió en el ambiente, me tensé al reconocer ese sonido, el inquietante ruido del silencio...

—¡Busca las armas! —ordené volteando para mirar al coronel Freddy Hill.

...Y entonces la primera bomba explotó.

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Ya subo el siguiente, Hey pero vota o te dará diarrea con hipo D: