Capítulo seis.

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No podía ser un sueño, de eso estaba segura. Un recuerdo, un recuerdo que mi cerebro libero y que aún mantenía intacto, no se desvanecía y podía recordar cada detalle con precisión.

Pero si era un recuerdo, mis padres debían haber muerto.

Quería sentir algo, pena, dolor, pero estaba en un estado de amnesia, insensible. ¿Influía el que no los recordara con todo aquello?, ¿Por qué mi yo pequeña había dicho tal cosa con total fluidez y desenvoltura?

Deseché esos pensamientos para más tarde. Me precipité lo más rápido que mi cuerpo permitió, directo hacia la puerta en donde quien sabe cuánto tiempo habían cruzado Newt, Minho y Thomas.

Abrí la puerta, casi chocando con Minho, quien descruzo los brazos de su pecho en un rápido movimiento.

-¿Dónde está Newt?

Las palabras salieron guturales de mi boca. Debían de haber pasado horas de la última vez que había hablado.

-¿Newt?, ¿Por qué quieres a Newt?

Ignoré con todas mis fuerzas sus preguntas, no quería más discusiones. Necesitaba contarle todo esto a Newt, sentía que era lo que correspondía y que se lo debía después de él haya sido el primero y quizás único que confiaba en mi palabra.

-¿Tendré que ir a buscarlo yo?

Minho mascullo una maldición y se alejó cruzando la estancia que separaba mi habitación con otra puerta, que supuse era donde se encontraba Newt y el resto de los demás muchachos.

Pasaron segundos eternos, los cuales me dedicaba a repasar una y otra vez mi recuerdo, empecinada en que no se me escurriese nada. Por fin, después de lo que fue una eternidad, Newt salió de aquella puerta, proseguido por Minho.

-¿Qué fue lo que...?

Interrumpí la pregunta de Newt con un ademan ansioso para que se callase. Ignore olímpicamente la presencia de Minho, que nos miraba con expresión adusta primero a mí y luego a Newt intermitentemente.

-Mientras dormía creo que mi cerebro logro desbloquear algún tipo de fragmento y pude recordar algo. A de pequeña, veía todo de un segundo plano pero sabía que se trataba de mí, no preguntes como, solo lo sé. Iba por un corredor con un hombre que me llevaba de la mano, me dejo en una habitación diseñada con cosas para niños y ahí estabas tú, sí, Newt, tú. Debías de tener alrededor de once años. Me...me preguntaste si era nueva y luego por mis padres, yo te respondí que habían muerto y luego tú me dijiste que no veías a los tuyos desde un tiempo y que a todos les pasaba igual...Teníamos razón, sí nos conocemos.

Miré a Newt expectante, él seguía con la misma expresión de desconcierto que en un principio. Casi podía ver los engranajes de su cerebro trabajando a toda velocidad, tratando de comprender.

-¿Estas completamente segura que no era un sueño?

-Completamente, no preguntes como, solo lo sé.

-Solo lo sé, ¿Qué clase de garlopa es esa?

Cerré los ojos con fuerza, reprimiendo la ira que aquel comentario de Minho había provocado. Me arrepentí inmediatamente de haber dicho todo esto frente suyo, que no perdería ocasión para dar pasos a comentarios sarcásticos o desagradables.

-¿Cuál es tu maldito problema?

Masculle las palabras con las mandíbulas apretadas, sí habría la boca más de lo necesario comenzaría a gritarle.

-¿Cuál es mi maldito problema?, tú. Vaya recuerdo aquel, enserió, que útil. ¿De qué nos servirá toda esa garloperia para salir de aquí?, ¿Qué clase de información nos proporciona?, solo que ustedes dos se conocen, hurra. Teresa y Thomas los harán miembros de su club oficialmente si se lo piden.

La Recluta A-0. PRUEBA DE FUEGO. [Terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora