El descenso por la montaña resultó ser lo más duro de todo el proceso. El calor del día nos comenzaba a sofocar y nosotros no podíamos detenernos a tomar un respiro, porque hoy era el gran día, el último del plazo y en el cual debíamos llegar al refugio. La expectación del final del viaje era casi palpable, al igual que el cansancio. Respirabamos aire seco, la tierra que levantábamos al caminar formaba nubes de polvo a la altura de nuestros tobillos y el olor a sudor asfixiante flotaba a nuestro alrededor como un cruel fantasma.
Llegamos a un punto especialmente abrupto en el camino en donde no podíamos sostener a Luke y ayudarlo a seguir sin arriesgarnos a caer y romper nuestro cuello, por lo que nos separamos. Luke, que estaba algo más recuperado, nos tomó la delantera y bajo por delante de Newt y yo, sorteando las piedras y la maleza. Espere que estuviera a una distancia prudente para seguir, tropezando de vez en cuando pero siendo respaldada por Newt desde atrás, quien detenía mis repentinas caídas justo antes de darme contra el suelo.
Estaba tan ensimismada en no matarme mientras bajaba por la cuesta que no repare en un nuevo acontecimiento hasta que Newt lo menciono.
-¿Son ideas mias o el clima a cambiado?
Tenía razón. El calor había cedido un poco, aunque el aire seguía siendo caliente, el viento había aumentado inquietantemente y agitaba todo a nuestro alrededor. Solté un débil gemido.
-Me recuerda a la tormenta.—Dije. Escuche a Newt proferir una maldición.
-Tienes razón.—Coincidió él, con voz apesadumbrada.—Esa infernal tormenta.
Para cuando llegamos a la base de la montaña el cielo se había teñido oscuro, y el viento agitaba nuestra ropa con fuerza inusitada. En el cielo, los truenos rugían de forma estridente.
Uno a uno se fueron congregando alrededor de Minho a medida que terminamos el último tramo de montaña. Al final llegamos nosotros, cerrando la comitiva. Minho tenía las manos en las caderas y miraba el cielo frunciendo el ceño. Luego se volvió al páramo llano y desolado que se extendía frente a nosotros y por donde debíamos seguir. A lo lejos podíamos distinguir a lo que sin duda eran las chicas del grupo B. Intente localizar a Thomas entre ellas, pero aunque hubiese estado ahí, cosa que ponía en duda, me era imposible distinguirlo.
Minho bajó la mirada a su reloj digital y se dirigió a nosotros, hablando más alto de lo normal para que su voz no se perdiera con los rugidos de los truenos.
-Tenemos cinco horas.—Dijo, a la vez que extendía una mano y nos mostraba sus cinco dedos.—Andando, suficiente descanso.
-¿Alguien ve algo?—Preguntó un Habitante, pasados unos minutos de completo silencio mientras caminábamos por la reseca tierra. Pero tal como él, solo veíamos desolación y llanura. Nada de edificaciones o siquiera una pequeña choza, ni rastros de algo que pudiera llamarse refugio. Nadie contestó su pregunta.—Estamos en la dirección correcta, ¿no?
-Ellas siguen la misma ruta.—Contestó Minho, con aquella voz cargada de fastidio y mal humor.—Este es el camino, no soy tan inútil como para equivocarme en algo tan sencillo. ¿Tienes más preguntas estúpidas como esas?
Abochornado, el chico le lanzó una mirada asesina a Minho, pero no agrego nada.
A medida que avanzabamos, el viento se hacía más fuerte, lo que nos obligaba a caminar cada vez más inclinados para no ser arrastrado por él. Las nubes, cada vez más densas, oscurecían todo nuestro alrededor a una velocidad alarmante.
-No podemos hacernos los ciegos.—Exclame. El viento ahogo mis palabras, y solo me oyeron Luke y Newt, cada uno a mi lado. Habíamos dejado de transportar a Luke ahora que él podía caminar por su cuenta. Newt me miró sin lograr disimular del todo él pánico que sentía.—Ya deberíamos ver el refugio. A lo sumo faltan cuatro o cinco kilómetros. No hay nada.
-Lose.—Me contestó Newt. Se mordía el labio inferior en señal de nerviosismo y miraba la extensión de páramo desierto con gesto anhelante, como si con eso surgirá de repente el refugio.—Pero tenemos que seguir. Está en nuestras indicaciones, es todo lo tenemos.
-¡Estallara una tormenta eléctrica!—Farfulle.—¡No hay refugio! ¡Nos freiran los rayos!
-¡Les servimos!—Replicó Newt con vehemencia.—¡No nos lanzarán aquí para vernos freir! ¡Son unos sádicos, pero todo esto debe tener una razón!
Asentí, en el fondo tenía razón. Dejarnos morir no cuadraba con lo que se suponía estaban haciendo. Claro que parecían querer hacernos todo lo más difícil posible.
Nos faltaban cuatro kilómetros....solo tres....Dos...uno más...
Había estado los últimos kilómetros observando a las del Grupo B, por lo cual fui la primera en notar que habían dejado de caminar y formaban un especie de circulo. Había comenzado a abrir la boca para comentarlo, cuando Minho comenzó a correr. Una fracción de segundo más tarde, todos nosotros, con un renovado ímpetu, corríamos detrás de él.
Las chicas repararon en nuestras pisadas y se volvieron hacia nosotros. Abrieron aquella especie de circulo justo antes de que Minho llegará.
Minho se paró en seco. A la distancia, observe cómo cruzaba los brazos por sobre el pecho y miraba hacia el suelo, a medida que me acercaba, pude distinguir un especie de relieve.
No podía más con expectación. Olvide por un segundo que me dolía el pie y corrí como nunca lo había hecho. Aunque iba cerrando la comitiva momentos atrás, ahora era la primera en llegar luego de Minho.
Con el corazón palpitante, mire hacía bajo, el punto en donde Minho mantenía clavada la mirada.
Se trataba de una simple vara que se asomaba en el suelo árido, con una cinta en su extremo; EL REFUGIO.
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La Recluta A-0. PRUEBA DE FUEGO. [Terminada].
FanfictionEste es un Fanfic ambientado en los libros de James Dashner, la saga de Maze Runner. Antes que nada quiero aclarar que es totalmente invención mía. El fanfic en sí lo ambientare más que nada en Prueba de Fuego, luego veré si es que hago algo tambi...