Capítulo veintisiete.

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Intentamos pasar desapercibidos el mayor tiempo posible, lo suficiente para salir de la ciudad con Thomas a la cuesta, pero fue imposible. La suerte nos había sonreído un gran tramo de camino, pero no fue eterna. 

Jorge nos había indicado que solo nos faltaban un par de kilómetros para salir de la ciudad cuando oímos los chillidos. 

Parecían provenir de todas partes a la vez. Aullidos dementes, pasos que golpeaban contra el pavimento. No fue necesario que alguien lo dijese, todos comenzamos a correr en ese instante. 

Las montañas, cada vez más cercanas, eran nuestro punto de referencia. Si llegabamos a ellas estaríamos a salvo, los Cranks no acostumbraban a abandonar la ciudad o en eso nos fiabamos. 

-¡Maldición!--Oí gritar a un Habitante. 

No tardé en darme cuenta el porqué. Justo frente a nosotros, a un par de metros, un corrillo de cuatro cranks, con lanzas, nos esperaba. 

-¡Es el único modo de salir de aquí!--Señaló Jorge. 

Repase nuestras opciones. Los hombres más fuertes estaban cargando a Thomas, los que nos reducía a Luke, Brenda, un par de habitantes más y yo para deshacernos de los Cranks. 

-Shuk. --Masculló Minho, llegando a la misma conclusión que yo. 

No fue necesario pararnos a trazar un plan de ataque. Simplemente los que no estábamos ayudando a cargar a Thomas nos posicionamos en el frente y corrimos hacia los Cranks. 

Vi de reojo como Brenda cargaba contra uno, a dos Habitantes desarmando al segundo, Luke esquivando la lanza de un tercero. Yo, como antes, tan solo deje de pensar. Mi cuerpo reaccionaba por si  mi mismo. Antes de colisionar contra el Crank y su lanza que me apuntaba, di un salto, tome la lanza entre mis manos, flexionando sobre el Crank. Antes de detenerme a pensarlo, atravesé su pecho con la punta de esta. 

No me detuve a ver que tal lo hacían los demás. Tan solo me asegure de que los que cargaban a Thomas se habrían paso y luego seguí corriendo detrás de ellos. 

Después de unos metros note que Luke nos alcanzaba, seguido de Brenda y los demás Habitantes. 

Corrimos. Corrimos y no descansamos hasta que el resplandor dorado del atardecer cayó sobre nosotros. Estábamos fuera de la ciudad. Las montañas se abrían paso por delante de nosotros, imponentes. 

Oí a Jorge farfullar que debían parar, sacarle la bala a Thomas y descansar. 

Minho dio la orden. Tan pronto como lo indico, deje de correr. Mis piernas temblaban. Habíamos estado corriendo bajo un sol calcinante. Me desplome nada más pensarlo. Sentía la garganta seca y un hambre voraz. 

-____. --La voz de Newt, sin duda. Cansada, raposa y agitada. --____, ¿estas bien? 

Ni cuando él está en peores condiciones que yo puede dejar de preocuparse primero de mí. 

-Nunca he estado mejor. --Masculle. A duras penas logré sentarme, Newt se dejó caer a mi lado. -¿Qué tal tú? 

Newt estaba empapado de sudor y cubierto de tierra. El cabello que le caía por los ojos se le pegaba en ciertas partes y su cara, por el calor y quemaduras, estaba completamente roja. 

-No respondas. --Me adelanté a decir. --Ya presiento que tal estas. 

Newt soltó un especie de risa que pronto se transformó en un tosido. Se le formo una lastimera sonrisa en sus labios partidos. 

-Que sepas que tú no estás mejor que yo. Creo que podría freír un huevo en tu rostro y...shuck. ¿Cuantas cicatrices tienes ahí? 

Intenté reír, pero solo logré soltar un especie de bufido y tos. Newt frunció los labios. 

-Después podremos beber y comer algo. 

-¿Después de que? 

Newt hizo un gesto. Miré en la dirección que señalaba. Jorge, Minho y Sartén se hallaban de espaldas, arrodillados junto a una especie de fogata pequeña. En medio de ellos se encontraba Thomas, aún inconsciente. 

-Jorge le sacará la bala con un cuchillo al rojo vivo. --Me aclaró Newt. 

-No me gustaría ser Thomas en este momento. 

Newt asintió. 

Aproveche el silencio para mirar a mi alrededor. Brenda se arrastraba hasta el corrillo que ayudaba a Thomas. Unos Habitantes populaban de aquí para allá, otros se mantenían quietos, tratando de recuperar el aliento y reunir fuerzas. Luke estaba a unos metros de mí, sólo, echado de espaldas y mirando al cielo. 

-Tú y él parecen muy cercanos. --Masculló Newt. Lo miré. Sus ojos eludían los míos, pero no necesitaba examinarnos para darme cuenta de que estaba molesto. 

-De los momentos difíciles nace la unión. --No tenía idea de donde exactamente pertenecía esa frase, pero sabía que la había leído. Un libro. Alguna vez. --No lo sé, Newt. Ha sufrido mucho, ¿sabes? como todos. 

-No confió en él. 

-Y yo no confió en Brenda y Jorge. 

Newt levantó la vista, sorprendido. 

-Jorge nos ayudó a salir de aquel basurero. 

-Y Luke estaba dispuesto a ayudarme a escapar. --Replique. Newt frunció los labios. --Escucha, Newt, tengo una...sensación con respecto a Jorge y Brenda. No es tan fuerte como la que sentí hacia ti cuando te vi por primera vez, pero es algo. Como si los hubiese visto anteriormente. 

-Imposible. --Replicó Newt. --Tú y yo nos conocimos por CRUEL. Sí sientes que también los conoces a ellos querría decir que...

-Son de CRUEL. 


La Recluta A-0. PRUEBA DE FUEGO. [Terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora