Capítulo siete.

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Newt se precipito hacia la puerta en lo que yo me recuperaba del aplomo. Intercambiamos una rápida mirada antes de decidir que hacer.

-Quédate aquí.

-Ni lo sueñes.

No sé de donde provenía tanto coraje, quizá fomentado por mi repentina curiosidad. No iba a quedarme atrás en todo esto.

Newt dudo por un segundo, pero mi expresión firme logro aplacarlo. Se encogió de hombros y con un ademán me indicó que me parase detrás de él.

-A la mínima señal de problemas, corres y te encierras acá.

Puse los ojos en blanco.

-Lo que usted ordene capitán.

Newt traspasó la puerta y yo lo seguí de cerca, otra vez quedándome sin aliento ante lo que mis ojos veían.

Aún lado de la estancia, una pila de alimentos que podía jurar no había estado ahí unos minutos atrás se acumulaba desordenadamente, como si hubiese sido tirada sin mucha preocupación.

-¿Que demonios...?

Me interrumpí sin terminar la frase cuando mis ojos se toparon con otra cosa fuera de lo común.

Un hombre, leyendo un libro, con los pies sobre un gastado escritorio. Su traje blanco parecía enfermizo, sus ojos parecían ansiosos aun cuando estuvieran fijos en su lectura, se relamía los labios con nerviosismo.

Newt pasó hecho una furia por mi lado, directo a donde aquel hombre, pero unos cuantos metros antes de llegar a él, Newt se detuvo en seco, para luego tambalearse y caer hacia atrás.

-¡Shuck! ¡Esta maldita pared otra vez!

¿Pared?, ¿Que pared?, yo solo veía aquel hombre y su escritorio en el mismo lugar en donde, si mis cálculos no me fallaban, había estado yo en cautiverio

¿Y sí...?

-Newt, cuando yo estaba...atrapada, ¿ustedes como podían verme?

Mientras se incorporaba, Newt contesto mi pregunta mirando con fijeza al hombre.

-De la misma forma en la que estas viendo a este garlopo. Cuando fuimos a hablarte chocamos con esta especie de pared trasparente, protección, como quieras llamarle.

-Yo no los veía. Estaba en un tipo de...habitación con paredes que eran solo espejos que iban desde el suelo hasta el techo. Quizá él tampoco nos pueda ver.

Pero mi sospecha fue rápidamente desmentida. Apenas deje de hablar, aquel tipo levanto la mirada de su libro y fijo sus ojos en los míos.

No se trataba de la misma situación en la que me había visto envuelta. 

-No solo nos ve...--Murmuré, sorprendida. -- También nos oye.

-!Tú!--Grito Newt. --¿Quien eres? ¿Por qué estas aquí?

Aquel hombre nos miró con gesto altivo e irritado.

-Hablare cuando este listo.

Su voz nasal hizo juego con su aspecto. Volvió a fijar su vista en el libro, dejándonos tanto a Newt y a mí estupefactos.

-Es inútil. --Me adelante en decir, Newt volvía a abrir la boca para conferir más preguntas o gritos. --No dirá nada.

Newt resoplo, pero dándome la razón.

-¿Y que es todo esto?--Inquirió en dirección de la comida acumulada. Frutas, verduras, cosas en sobres desperdigados por el suelo.

-Todo parece en buen estado. --Dije.

Newt tomo una manzana del montón y le dio un mordisco. Rápidamente una expresión de gloria disfumino todo lo demás de su rostro.

-Iré a avisarle al resto.

Mientras Newt se perdía dentro de la habitación en donde estaban los demás, tomé un paquete de frutos secos y me senté a comerlos. Era como degustar el paraíso.

Rápidamente la estancia comenzó a llenarse de chicos, que proferían toda clase de palabras para describir al hombre de traje blanco y luego a la comida. Después del aplomo inicial, todos dejaban a un lado la interrogante del tipo y se dedicaban a llevarse comida a la boca.

Newt volvió pasados unos minutos, me tendió una naranja y luego se sentó a mi lado.

-Todo esto ha logrado desviar la atención de ti.

-Hurra por eso.

Newt soltó una pequeña risa. La presencia de comida lo había animado por completo.

-¿Sabes? después de todo te pareces un poco a Minho.

Resople con fastidio. ¿Yo?, ¿parecerme a ÉL?

-Cambia de tema antes de que te rompa esa boca.

Newt se llevo la naranja a la boca comiéndosela como si se tratara de una manzana, lo imité mientras observaba a mi alrededor. Thomas había salido a trompicones de la habitación y al igual que la mayoría su primer objetivo fue el hombre del escritorio, pero como todos, termino dándose por vencido, dirigiéndose al montón de comida.

-Minho lo bautizo como la Rata. --Me dijo Newt, con la vista fija en aquel personaje.

-Minho y su sofisticada manera de poner apodos. ¿Quien crees que es?

-Bueno, en su traje tiene las siglas de CRUEL y por su carácter, debe ser uno de ellos.

-Y esas son malas noticias, ¿no?

-En efecto.

Nos quedamos en silencio. Solo se oía el jadear de los demás chicos y la forma brutal en que masticaban.

-Estamos preparados para cualquier cosa.

La voz de Minho interrumpió mis cavilaciones. Levanté la mirada, ahí estaba él, apoyado en el marco de la puerta, mirando en dirección a nosotros.

-Así habla todo un líder. --Dijo Newt. --Viejo, presiento que este shank no trae buenas noticias.

Minho suspiró, asintiendo.

-CRUEL nos dará buenas noticias el día en que a Winston se le vaya el acné.

Arqueé una ceja mirando a Newt mientras Minho comenzaba a poner el orden entre los demás muchachos.

-Eso jamás pasará. --Añadió en forma de explicación. --Muy bien, ha llegado la hora de saber que quiere este garlopo. 

La Recluta A-0. PRUEBA DE FUEGO. [Terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora