Capítulo cuatro.

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-¿Qué haremos con ella?

Miré a Minho con cara de pocos amigos, hablaba de mí como si no estuviese presente y con una hostilidad que iba más allá de la desconfianza.

''Sí, debió influir que le haya pateado el trasero'', masculle para mis adentros. Oh Minho, ¿tu frágil ego se vio afectado por una chica más ruda que tú?

-¿No será una de las compañeras de laberinto de Aris?

-No, Newt. Minho ya lo interrogo al respecto.

-¿Qué haremos con ella?—Repitió Minho, cada vez más irritado.

-Creo que lo mejor será mantenerla apartada de los demás, de momento. Aquí estará bien. –Opino Newt, apoyado por Thomas quien asentía con cada palabra. –Tal vez sea un disparate con lo que está sucediendo, pero dudo que nos esté mintiendo. Pero para estar seguros mantengámosle vigilada.

-Aunque te haya golpeado, dudo que pueda contra todos nosotros. –Añadió Thomas, con una repentina nota de humor en la voz.

-Cierra el hocico. –Mascullo Minho. –Bien, así se hará. La vigilaremos por turnos.

Dicha la última palabra, Minho salió de la habitación sin volverme a echar una última mirada. Thomas le siguió de cerca, palpándole el brazo a Newt para que le prosiguiera.

Pero él no se movió.

-¿Newt?

Thomas lo miró frunciendo el ceño.

-Yo comenzaré los turnos.

-Creo que Minho preferiría que vigilaras la puerta.

-¡Yo sé lo que hago, Tommy!, ¡Ahora veté!

Thomas dudó, mirandolo con suspicacia, pero al final accedió y al marcharse cerró la puerta detrás de sí.

Miré a Newt en silencio. Desde aquí podía escuchar las voces de los demás chicos y los inconfundibles gritos de Minho.

-¿Qué quieres?—Le pregunté. Había pasados segundos eternos y él no se había dignado a hablar. Era obvio que se traía algo entre manos, de lo contrario hubiese salido con los otros y vigilando mi puerta desde fuera.

-Supongo que no vas a golpearme. –Dijo él. No supe si se trataba de un comentario humorístico o una constancia sería.

-No si no me provocas.

Lo mío no fue para nada en broma.

Newt negó con una sacudida de cabeza y luego dio un largo suspiró. Parecía ansioso.

-Escucha, no sé quién demonios eres pero Siento que te conozco. No preguntes como, pero sé que es así. No quise mencionar esto frente a Minho en el caso de que eso lo llevara a desconfiar más de ti.

Aquello me tomo por sorpresa.

-¿Entonces tu si me crees?

-Digamos que la sensación de reconocimiento no fue del todo desagradable, lo que me lleva a pensar que no eres...de ellos.

Ellos, supuse que así le denominaban a ''CRUEL''.

-También sentí eso respecto a ti. –Murmuré. Newt contuvo la respiración. –Pero no pude recordar. Quiero decir, cuando te vi fue como si algo se activara en mi cerebro y por un segundo creí saber a ciencia cierta quien eras pero entonces lo que sea que fuese se alejó fuera de mi alcance y...

Cerré los ojos con fuerza, completamente frustrada. ¿Cómo era posible que mi cerebro me traicionara de esta manera?

-Sé lo que se siente, créeme. –Repuso Newt. Abrí los ojos y ahí estaba él, ahora con una expresión de decepción. Supuse que él había esperado algo más de información.

-¿Quién robo mis recuerdos?—Le pregunté, con un hilo de voz.

-CRUEL.

-Ese chico estúpido me contó que ellos los pusieron en un laberinto.

-¿Por chico estúpido te refieres a Minho?

-Sí.

-Buena esa. Y sí, así es. Ellos son los causantes de todos los malditos males que estamos pasando.

-También menciono algo sobre unos rescatistas.

-Ah, claro. Al salir del laberinto ellos irrumpieron en el lugar en donde nos encontramos cara a cara con los creadores, los mataron a todos y nos trajeron aquí. Pensábamos que estábamos a salvo.

Dejó escapar una risa amarga. Su decepción era ahora más notoria que nunca.

-Entonces aparecieron colgados y luego llegue yo. –Completé, recordando lo que Minho me había dicho.

-Lo que nos alteró aún más. Sin mencionar que desapareció una chica, que en su lugar nos pillamos con un Larcho que nos dijo que venía de otra versión del mismo laberinto en el que estuvimos nosotros.

-¿Qué...?

La información que Newt me daba no hacía más que confundirme aún más, como si no estuviese ya lo bastante confusa.

Todo eso se debió reflejar en mi semblante, por lo que Newt volvió a negar con la cabeza.

-Suficiente por hoy, no importa lo que diga no lo comprenderás y la verdad es que no importa. El pasado es el pasado, ahora tenemos cosas más urgentes a las que atender.

Asentí distraídamente.

Por un lado me intrigaba saber más de lo que ellos habían pasado, tal vez algo de esa información pudiera aclarar algunas de mis dudas, pero por otro sabía que, como Newt había mencionado, habían cosas más importantes a las que atenerse.

-Acá estarás bien. Ningún Garlopo entrara.

Hice una mueca repentina en reacción del ademan de Newt de salir de la habitación.

Me arrepentí enseguida al notar que él me había visto, lo que hizo que la sangre me subiese a la cara. Era sin duda la cosa sin más sentido que había hecho hasta el momento, venirme a sonrojar en estas instancias tan apremiantes y aterradoras.

-Vendré más tarde si quieres...Tal vez podría contarte con más calma lo que sé o intentarlo por lo menos.

-Sí quiero.

No sacaba nada con tratar de rescatar un poco de dignidad, el daño ya estaba hecho.

Newt se fue luego de asentir, sus mejillas estaban repentinamente rojas.

La Recluta A-0. PRUEBA DE FUEGO. [Terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora