32.Marta

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- Llevábamos tiempo esperandos. El alcalde hasta llegó a pensar que debía de haberos sucedido algo que explicara vuestra tardanza.-Suelta una risita tonta.- Sin embargo, aquí estáis, aunque habéis tardado en encontrarnos el doble que la media. Eso demuestra vuestra capacidad para permanecer solos porque os tenéis el uno al otro; habéis congeniado muy bien. Espero que no hayáis pasado demasiadas complicaciones durante La Prueba, parecéis sanos y salvos.- La secretaria se ríe otra vez tontamente, y yo tengo ganas de pegarle en la cara por vacilarnos y soltar tranquilamente frases que me producen un escalofrío, como "La Prueba" o "os tenéis el uno al otro". ¿Acaso pretende confundirnos soltando tonterías aleatoriamente? Bueno, pues lo ha conseguido.
- Oiga, no sé si sabe que no tenemos ni idea de lo que nos habla. Quizá se ha equivocado de persona o simplemente nos está tomando el pelo, pero después de lo que hemos pasado no estamos para bromas. Además, aún no nos ha dejado que le contemos lo que nos ha sucedido.- Nacho habla muy serio y con voz realmente disgustada al tiempo que me pasa un brazo por el hombro.
- No es ninguna broma, chico.- nos contesta con una voz amable, tan amable que aumentan mis ganas de pegarle, sólo para que se calle y deje de decir estupideces.- Y sé perfectamente lo que...
- No me llame chico.- le interrumpe Nacho realmente enfadado. En otras circunstancias, yo le habría regañado por ser maleducado, pero le entiendo a la perfección. Esta señora nos está vacilando con alguna broma de mal gusto, y no estamos de humor ahora que por fin hemos encontrado un lugar seguro. Además, no he entendido ni la mitad de lo que nos ha contado y ella se muestra amable y paciente ante nuestro desconcierto, como si estuviviera calmando a dos niños pequeños y tuviera que aclararles algo obvio.
Sé que con Nacho así de cabreado no vamos a conseguir nada, así que tomo la palabra intentando serenarme.
- Por favor, ¿nos puede llevar hasta el alcalde ya?
- Claro,chica. Él os lo explicará todo.- Estoy a punto de pedirle "por favor" que no me llame chica cuando veo que Nacho pone los ojos en blanco, y me obligo a dejarlo pasar puesto que no tiene sentido protestar, para qué. Además, me gustaría preguntarle qué quiere decir con que el alcalde "nos lo explicará todo". ¿Qué hay que explicar? Es justo al revés, somos nosotros los que tenemos que explicarle al alcalde nuestra situación. Sin embargo, vuelvo a cerrar la boca porque sé que si le pregunto, sólo me va a responder más cosas que no entiendo y que me confunden y malhumoran.
Nos conduce por un largo pasillo hasta la puerta del fondo, que está entreabierta. La secretaria entra en el despacho y cuchichea unos minutos con alguien. Cuando la voz de un hombre dice: "Puedes retirarte, Matilde", Nacho no puede evitar sonreír. Así se llama una peculiar chica de nuestro instituto, de esas que recuerdas su nombre toda la vida por la cantidad de veces que ha interrumpido las clases haciendo saltar la alarma de incendios o con cualquier otra de sus travesuras. Y no es de extrañar que a Nacho le haga gracia, él es también de los que buscan cualquier pretexto para deshacerse de una clase. Sin embargo, aunque a mi también me ha traído recuerdos del colegio oír su nombre, me ha producido una fuerte añoranza a mi vida en vez de una sonrisa. Es entonces cuando salgo de mi aturdimiento de golpe y vuelvo a la realidad porque el alcalde nos ha invitado a pasar, cómo no, con un tono excesivamente amable. Pero Nacho tiene que darme un empujoncito por la espalda para que me mueva, pues no sé por qué pero presiento que en esta habitación va a ocurrir algo importante, y me atemoriza.
Aún así, entro. Entro y dejo que mi yo inconsciente se muestre amable devolviendo el apretón de manos al hombre, mientras que mi yo consciente está algo asustado por el recuerdo todavía de las palabras de Matilde.

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