47. Marta

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- Suena bien.- digo tan solo. Me parece una gran noticia que por fin hayamos encontrado algo para ganarnos el pan, pero por otro lado me da miedo trabajar por primera vez. Y ahora que lo de tener un puesto está tan cerca, me entran todas las dudas sobre si se me dará bien... Bueno, muy difícil no tiene que ser eso de pasar las llamadas, organizar la agenda, atender clientes... Tiene buena pinta.
- Es genial. ¿Y para mí te han dicho algo?- pregunta Nacho.
- Lo siento chico, pero no. Tendrás que seguir buscando. Quizá algún amigo necesite un camarero en su restaurante, pero lo dudo porque ya he preguntado a la mayoría. Pero no te preocupes, que lo seguiré intentando y algún trabajo encontrarás.
Finalmente nos despedimos y nos dirigimos al gimnasio, para hablar con Santiago y ver cuándo puedo empezar. Por el camino, Nacho me dice que quiere encontrar algo pronto. No le parece bien que yo trabaje para mantenernos a los dos mientras él no hace nada. "Tú por eso no te preocupes, será solo hasta que encuentres trabajo, como mucho unos días", le aseguro. Pero sigue pensando que ni siquiera debo trabajar yo unos días y él no hacer nada, que en cuanto hablemos con el del gimnasio seguirá buscando.
Las indicaciones de Pedro nos han llevado a un moderno edificio que parece fuera de lugar en este pueblo tán rural y sencillo. El gimnasio "In Shape" es grande, con una puerta automática de cristal y un interior decorado con esmero y buen gusto. La recepción (y donde se encuentra la mesa de secretaría) tiene unos cuantos sillones con revistas y libros sobre deporte. También hay unas pesas y pedales para hacer ejercicio mientras esperas sentado. Me extraña que la sala de espera de un gimnasio esté tan bien preparada, ya que supuestamente en un gimnasio entras y haces deporte, y no esperas. Pero bueno, me gusta que el establecimiento tenga de todo (incluso cafetería al lado de la recepción), ya que eso significa que es más bien pijo y, por lo tanto, no demasiado cutre.
Como era de esperar, no hay nadie en secretaría, así que preguntamos por el dueño a un chico que sale con una bolsa de deporte y sudando de una puerta del fondo. "En su despacho, al fondo a la izquierda." nos señala amablemente. Así que nos dirigimos allí y llamamos a la puerta. Un "adelante" nos indica que pasemos, al entrar cerramos y, tras presentarnos, nos sentamos frente a Santiago.
- Así que tú eres la chica nueva. Hacía tiempo que no venía una chica tan joven a Ariam. ¿Cuál era tu nombre?- Santiago tiene al rededor de unos treinta años, quizá algo más. Es de piel bronceada y ojos muy oscuros, es tán corpulento y musculoso que parececiese que usase su gimnasio más que su propios clientes.
- Marta, y él es Nacho. Muchas gracias por recibirnos, Santiago.
- Oh, llámame Santi. Nadie me llama Santiago y, además, creo que me hace parecer más mayor.- Solo se dirige a mí, sin prestar la mínima atención a Nacho. Yo confiaba con que al verle pudiera ofrecerle un trabajo o algo... no quiero estar sola en este sitio los primeros días. Pero no parece que Santi vaya a ofrecerle nada, es más, se podría decirse incluso que su presencia le desagrada... aunque quizá sean imaginaciones mías.- Y bueno, yendo al grano. ¿Que estés aquí significa que quieres el trabajo? Puedo hablarte hoy mismo de horarios y cuánto cobrarías.- me dice muy dispuesto. He de señalar que no parece que el hombre se moleste mucho en formalismos, tanto por su vocabulario como por su postura y confianzas al hablar. Quizá le estoy inspeccionando demasiado, pero quiero saber cómo es mi futuro jefe.
- Claro que acepto el puesto. Y me parece estupendo que me informe cuanto antes.- Yo intento guardar la compostura y hablar con educación, pero su respuesta hace que me olvide de todo eso.
- Lo primero, no me hables de usted, guapa, que no soy un anciano. Sobre los horarios, te necesito aquí todas las mañanas de 10 a 13 de lunes a viernes, y las tardes de 17 a 21.  Tendrás como pequeño despacho el espacio que hay al entrar en el que pone "secretaría", habrás visto que es una gran mesa y varios muebles con archivadores. Creo que es suficiente para que lleves a cabo tu trabajo, que será: atender a los clientes tanto en persona como por teléfono, llevar las cuentas de cada uno de ellos y encargarte de tenerme al día sobre cualquier avería, queja de un cliente o necesidad de mejora de cualquier actividad o instalación. Además deberás estar en contacto con los profesores de las actividades para elaborar los horarios de cada sala y de los clientes habituales. En estas hojas- me pasa un dosier con más de veinte folios por las dos caras.- tienes todo esto escrito y bien explicado, así que con esto deberías no tener ningún problema para empezar mañana mismo, pero puedes preguntarme si tienes alguna duda estos primeros días. En esta otra hoja están los pagos, que se realizan a final de cada semana, así que léetelos y espero que te parezcan justos. Como sé que acabáis de llegar puedo adelantarte un poco de dinero tu primer día de trabajo, será un porcentaje de lo que cobrarás cada semana, así que te lo descontaré de tu sueldo de este mes. Puedes leerte todo esto en las próximas horas y, si estás conforme, vienes esta tarde antes de las 10 y te paso algunas tareas que me urgen para que empieces mañana mismo con ellas. ¿Te parece?
- Me parece perfecto.- respondo sonriendo, de repente entusiasmada.
Nacho ha estado muy callado durante la breve entrevista, así que le pregunto. Pero tan solo responde que no tenía nada que decir, y me coje las hojas de las manos para leerlas bien.
- Parece todo en orden. Aunque apuesto a que todo esto lo ha escrito su anterior secretaria, no tiene pinta de haberse molestado él mismo en explicarlo tan bien.- Yo no comento nada, así que sigue hablando.- ¡Guau! Y el salario es una pasada. Este trabajo está muy pero que muy bien pagado... estoy seguro de que yo no voy a conseguir algo así ni trabajando como médico.
- No exageres, tampoco será para tanto.
- ¿Es que ni siquiera lo has mirado? Anda toma.- Me pasa el dosier en de los salarios.
- Vale... creo que sí está muy bien pagado. Con esto tenemos de sobra para comer y dormir en un sitio barato. ¿Cuál es la trampa? Solo voy a ser secretaria.- Estoy alucinada, me sorprende que la anterior secretaria dejara el trabajo...
- No le restes importancia al puesto, encargarse de la administración de un gimnasio no es cosa simple, son muchos los clientes y el trabajo por hacer. Y... sobre la trampa... debe ser tan solo que es el gimnasio más famoso de esta mini-ciudad y que debe ser caro y tener muchos clientes. El tal Santi se lo ha montado bien.
-Mira, ¿no son esas Carol y su amiga Sandra?- Las dos están hablando alegremente y, al pasar por nuestro banco, se detienen a saludar.
Nos pasamos una hora hablando, sobre mi nuevo trabajo, el gimnasio y sus actividades, el ariamista de Sandra, lo exagerado de mi salario... Carol piensa que es normal, pues la secretaria de Santi siempre ha hecho todo el trabajo y son muchas horas y mucho ajetreo, sumándole a eso lo prestigioso que es "In Shape". Nos invitan a comer a una terraza en la plaza del Hostal en el que nos alojamos hace dos días. Durante la comida, Sandra nos intenta convencer de que no hay de qué preocuparse, Carlos siempre será así pero por ahora la cosa está controlada. Por su parte, Carol no se muestra ya tán incómoda de que la pareja de su amiga se fije en ella. Dice que ha habido otros casos y que, en la mayoría de ellos, el ariamista se da cuenta de a quién debe querer realmente o simplente se cansa de perseguir un amor imposible. A mí todo eso me suena a cuento chico. Pero lo que me impresiona más es la respuesta de las chicas cuando Nacho vuelve al tema de que les tienen aquí a todos encerrados y con el cerebro lavado. Ellas responden con risas y palabras comprensivas, como si fuera un tema de conversación de lo más natural e inocente, y nos intentan convencer de que ellas al principio pensaban exáctamnente igual y que solo el tiempo nos hará verlo todo como realmente es. Nacho y yo no pensamos quedarnos el tiempo suficiente como para comprobarlo. El trabajo es solo algo provisional para sobrevivir, pero en cuanto comer y dormir ya no sea un problema seguiremos buscando la forma de que alguien nos diga cómo salir de una vez de este pueblo surrealista (aunque bueno, la parte difícil no sera hacer que nos lo digan, sino encontrar a alguien que lo sepa).

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