20.Marta

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No me lo puedo creer. Se ha girado.
-¡¿Qué haces?!- oigo cómo retumba mi propio grito, estoy furiosa y todo lo veo y oigo borroso.-¡¿Qué haces?!- repito, porque Nacho no responde y, si lo hace, no le oigo. Sólo puedo verle a él, aún dado la vuelta mirándome, como si nada, pasmado.-¡Nacho!- le grito, porque no reacciona. Aunque yo también estoy atontada, es como en esos momentos de las películas en los que el tiempo va despacio, sólo que yo no oigo ni siento nada con claridad, sólo puedo ver a Nacho.
-Marta...- se atreve a decir.
Entonces me doy cuenta, reacciono por fin y soy consciente de lo que ha pasado; mejor dicho, de lo que está pasando, porque Nacho aún no se ha dado media vuelta. Y es cuando caigo en por qué lo veía todo borroso, estoy llorando. Entonces me invade un sentimiento de furia, decepción, enfado, tristeza por su traición y ganas de huir, escapar de él y alejarme de esto. Ni siquiera siento vergüenza porque me esté viendo desnuda, todos los sentimientos anteriores nublan mi mente y no dejan espacio para nada más.
-¡¿Qué te crees que haces?!- la rabia me domina, y mis palabras son esclavas de ella. Creo que él intenta decir algo entonces, pero no le dejo.- ¡Eres un cabrón!- recojo mi ropa tirada en el césped a toda prisa y me tapo como puedo con ella.-Joder, Nacho.- Él se acerca despacio para intentar hablarme. Retrocedo.- Aléjate de mí. ¡Vete a la mierda!
Entonces echo a correr hacia la selva, adentrándome en lo frondoso del bosque, huyendo.

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