Treinta y dos.

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Bree.

--¡Ouch Austin! --dije con una mueca de dolor en el rostro--. Ten más cuidado.

Austin rodó los ojos riendo. ¡Se estaba vengando!

--¿Te arrastras varios metros en el suelo y no puedes soportar unos pequeños cortecitos?

Reí falsamente.
--Ja-ja-ja ¡mierda Austin! Duele, joder --lloriqueé cuando Austin me apretó un poco la herida de la cara--. Espero que no estés disfrutando esto, Miller.

--Para nada --respondió con una sonrisa--. Terminamos.

Me bajé de la mesa en la que estaba sentada y camine hacia la sala con Austin a mi lado.

Carter hizo una mueca al verme.

--¿Tan mal luce? --pregunté sonriendo. Carter asintió. --Espero quitarme unos cuantos idiotas de encima con esto.

Austin rió.
Puse la cámara de mi IPhone y observe la raspada que tapaba la mitad de mi mejilla.
Una larga y ancha raspada que iniciaba desde mi barbilla y disminuía de intensidad hasta llegar a la mitad de mi mejilla.
No esta tan mal.

Mis rodillas estaban peor.

--He estado peor --murmuré--. ¿A qué hora planea llegar Daemon? --pregunté ansiosa, tratando de cambiar de tema--. Dios, necesito burlarme de él.

Y justo como si el destino me escuchara, tocaron la puerta.
Y solo había una persona en el mundo que en lugar de tocar el timbre, tocaba la puerta, Daemon.

Mi sonrisa se ensanchó a más no poder. Probablemente parecía una loca psicopata, pero a quien le importaba realmente.

--¡Bree ábreme! --gritó Daemon del otro lado de la puerta, impaciente--. Hay que acabar con esto antes de que llegue John y me vea.

Oh Daemon, si supieras...

Caminé lentamente hacia la puerta, y no porque quisiera torturarlo, sino porque mis rodillas querían abrirse con cada paso.

--Al fin --murmura Daemon en cuanto le abro--. Empecemos.

Ruedo los ojos y niego con la cabeza.
--Por supuesto que no Daemon, hay que esperar a Kellan y a Ryan.

Daemon bufó.
--Bien.

Los dos caminamos hacia la sala --cada quien a su paso--, y cuando por fin llegue, Austin y Daemon estaban sumergidos en una conversación que no llegaba a escuchar.
Suspiré y me senté aun lado de Carter.

--Parecen un par de niñas chismeando, ¿a qué sí?

Carter rio suavemente, pero asintió con la cabeza.

--¿Te duele? --me preguntó, después de varios segundos de silencio.

--Bueno, he estado en peores. Así que, creo que no.

Carter negó con una sonrisa.
--Eres algo así como un iman hacia las caídas.

Esta vez fui yo quien rió.
--Bueno, así es mi deporte. No es que yo sea precisamente un amuleto de golpes.

--Considerando que vienes de casi morir asfixiada... Creo que sí lo eres.

Suspiré.
--Todos se preocupan demasiado --susurré--. Solo porque soy mujer piensan que soy más débil.

Carter rió fuerte. Lo mire curiosa y un poco molesta.
--Bree --dijo con esa sonrisa suya--. Nadie cree que eres débil, te lo juro. Es solo que... Bueno, somos caballeros.

She's... Different?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora