She's... Different?

Cincuenta y cuatro, parte II.

Austin.

--No lo sé, ¿tú qué crees? --pregunté indeciso.

--Creo que... No, no lo sé man. Esto no se siente bien.

--No importa, lo haré --respondí ignorando a Daemon, quién solo rodó los ojos.

--Si ibas a hacer lo que te diera tu gana, ¿para qué molestarme?

--Daemon, amigo, cálmate. Pensé que debías saberlo, no sé, sentí que Ryan no me comprendería y por lo tanto, no debía saberlo.

Daemon bufó pero varios segundos después sonrió.
--Así que... ¿Ya superé a Ryan en tu top de mejores amigos? --preguntó emocionado.

Me burlé de su emoción y caminé hacia la cocina en busca de algo de comer, con Daemon siguiéndome.
--Man, tengo hambre.

--Tú siempre tienes hambre marrano --repliqué mientras me servía agua en un vaso--. Ya tenemos que ir con Ryan, allá comes algo.

Daemon bufó pero asintió. --Y no soy ningún marrano, solo que este cuerpecito necesita proteínas.

--¿Cuerpecito? ¿El tuyo? --preguntó Bree con una falsa carcajada entrando a la cocina.

--¿Y tú de dónde saliste? --preguntó Daemon--, y no hablo de cuando saliste de la...

--No te atrevas a decir nada de mi madre, idiota --amenzó llegando frente a él y apuntándolo directamente a la cara.

Reí al verla haciendo eso. Siempre era gracioso ver lo pequeña que se veía comparada con Daemon.
--Ella sabe dónde escondo mis llaves Daemon --respondí.

--¡Qué injusto! --murmuró--. Bree siempre está por delante de mí.

--Eso te pasa por idiota --respondió ella, pero al ver la cara de Daemon añadió--, pero así te quiero amigo.

--¿Escuchaste eso? ¡Bree me quiere! ¡Wohoo! --la agarró entre sus brazos y la apretó contra su pecho. Bree no tuvo tiempo para replicar cuando el teléfono de Daemon sonó y rápidamente soltó a Bree para contestar.

--Hola rubia bebé --murmuró--, ¿mañana? Seguro bebé. Del color que quieras, todo te sienta bien. Sí, te veo mañana cariño, besos. ¡Dile adiós a Bree y Austin! --gritó mientras ponía su celular en alta voz.

--Hola Bree, Austin. Cuiden de mi gran hombre, que no haga nada malo.

--Yo lo golpeo por ti --murmuró Bree mientras le hacía señas a Daemon de que cortara la llamada.

--Adiós bebé, me tengo que ir.
Daemon colgó y no pasó mucho para que Bree y yo comenzáramos a burlarnos.

--Hola bebé --murmuré mientras pasaba mi brazo por los hombros de Bree.

--Hola cariño, ¿de qué color llevo mi vestido a la graduación? --murmuró ella haciendo pucheros.

--Cualquier color te sienta bien --respondí riendo al igual que ella.

--Graciosos --murmuró Daemon mientras nos lanzaba una manzana, que los dos esquivamos--, pero ya los veré así.

Bree continuó riéndose y Daemon decidió ignorarla.
--Ya vámonos que tengo hambre --dijo y camino hacia la salida. Bree lo siguió de cerca y yo me quede hasta el último. Le dejé una nota a mi madre y salí.