Capítulo 64

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-Daniel: Si, es preciosa. -Sonreimos- Venga vamos a cenar.

Me tendió la mano y caminó hacia el restaurante de la última planta de la torre eiffel.

Yo paré en seco.

-Yo: Daniel, ¿Tú sabes lo que vale eso?

-Daniel: Más o menos -Vaciló-

-Yo: Además hay que cojer mesa con más de un año de antelación.

-Daniel: Yo no, soy el señor Oviedo cariño.

Solté una carcajada y seguimos andando.

Llegamos.

-X: Bonjour.

-Daniel: Bonjour, J'ai Mr. Oviedo.

-X: Señor Oviedo, su mesa para dos está lista. Acompáñeme.

Yo miré a Daniel asombrada y me guiñó un ojo.

Llegamos a la mesa y nos sentamos. Es todo tan... lujoso y tan.... bonito.

-Yo: Oye Daniel, ¿Cada vez que vas a un lugar fuera de España y dices que eres el señor Oviedo les estás obligando a que hablen tu idioma o qué?

Daniel soltó una carcajada.

-Daniel: Se podría decir. Bueno que vas a querer.

-Yo: Mmm... vino.

Daniel me miró pícaro.

-Daniel: Vaya coincidencia.

-Yo: De comer no losé Dani.

-Daniel: Déjamelo a mi.

Se acerca el camarero.

-X: ¿Señores, lo han pensado ya?

-Daniel: Si, el mejor vino que tengan. Y de comer dos espaguettis a la carbonara.

-X: ¿Los especiales o los normales?

-Daniel: Los especiales. -Le miré y me guiñó un ojo.

-X: Enseguida se lo traigo.

El camarero se fue.

-Yo: Oye Dani.

-Daniel: Dime.

-Yo: ¿Qué pasó con la música? ¿Con 'Gemeliers'?

Daniel tragó saliva y bajó la mirada.

-Yo: Está bien Dani, losiento. -Dije arrepentida-

Levantó la vista y me miró a los ojos.

-Daniel: Nos echamos novia 'oficial' y se nos fue medio fandom. Seguímos pero al fin y al cabo éramos adolescentes y dejamos la música para centrarnos en los estudios.

Yo asentí con la cabeza y le dí la mano sobre la mesa.

Me sonrió y le devolví la sonrisa.

Se acercó el camarero y trajo el vino y dos copas. Sirvió el vino justo en ambas copas. Segundos después trajo los platos de espaguettis. Dios mio que pinta.

Daniel y yo probamos la comida a la vez. Nos miramos y sonreimos.

-Yo: Joder que bueno -Dije poniendo los ojos en blanco-

-Daniel: Está espectacular.

Bebí un largo sorbo de vino. Pero qué es esto. Vino o un trozo del cielo. Hoy voy a acabar bien contentita si me ponen esta delicia de vino.

-Yo: ¡Daniel, vas a tener que llevarme a rastras después de que me haya bebido media botella de esta delicia!

Daniel soltó una carcajada.

Terminamos de comer, yo había bebido dos copas, Daniel no me ha dejado más. Nosé porqué.

-Daniel: Patri.

Yo le miré.

-Que si, que estoy loco por tí.

Recordé lo de esta tarde al llegar al hotel.

-Yo: Lo que quiere decir que... -Dije animándole a continuar-

-Daniel: Que estoy perdidamente enamorado de tí y digo esa clase de tonterías. -Sonreí- Cuando éramos adolescentes y coincidimos en ese hotel, tú eras una chica más, me pareciste especial, pero una más. Luego, cuando apareciste en mi despacho, con tu larga melena morena, y con tus preciosos ojos marrones me gustaste. Tanto, que me ví en la necesidad de contratarte. Y poco a poco me has ido enamorando más y más. Se que te desesperabas y estabas confusa porque te demostraba mucho amor pero no llegaba el día en el que te pidiera salir. Pero cariño, estaba esperando el momento indicado para pedírtelo. Patri ¿Quiéres ser mi novia?

-Yo: Sí -Dije con lágrimas en mis mejillas-

Rápidamente me levanté y me senté sobre él.

-Te quiero -Dije mirándole a los ojos-

-Te amo -Susurró él-

Cerré los ojos y dos lágrimas recorrieron mis mejillas.

Me quitó las lágrimas con sus pulgares y me cogió de la barbilla. Nos miramos a los ojos y me besó. Cuando nos separamos le abracé.

Me giró para quedar sentada sobre él pero dándole la espalda. Hace algo que no consigo ver. Noto algo en mi cuello. ¡Me está colocando un collar! Noto sus manos alrededor de mi cuello y mi piel se eriza, como de costumbre. Se da cuenta y noto cómo sonríe. Abrocha finalmente el collar pero sus manos siguen en contacto con mi cuello y me vuelvo a erizar. Acerca su boca a mi cuello y lo roza con sus labios. Abre su boca contra mi cuello y pasa su lengua por la zona.

-Daniel: Eres mía, mía y solo mía.

-Yo: Solo tuya -Dije dándome la vuelta- Pero sabes que en el cuello no Daniel. -Dije sonriendo-
-Daniel: ¿Y eso? -Dijo sonriéndo pícaro?

-Yo: Haber... cómo lo digo... Digamos que mi cuello es una linea de alta tensión. ¿Qué pasa cuándo una persona juguetea una linea de alta tensión? Que se acaba electrocutando -Susurré esto último en su oido-

-Daniel: Asumo todas las consecuencias de ser electrocutado. -Dijo y mordió levemente mi cuello-

Me he esforzado mucho escribiendo este capítulo y espero que comenteis porque es muy largo. Si tengo comentarios sigo hoy.

Los Gemelos en mi hotel (Hot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora