Capítulo 49

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Gianluca observa triste cómo Isabella abandona el aparcamiento a paso ligero. Se lleva un pequeño susto cuando un coche aparcado echa para atrás sin ver a Isabella y por poco la pilla. Por suerte, ha sido rápida en esquivarle y pararse. Gianluca respira aliviado, pues no se perdonaría que le ocurriera malo por si culpa. Si no se hubiese puesto celoso, no se hubiese marchado del coche enfadada y esta situación se hubiera ahorrado.

Gianluca sabe que si le llama al móvil, no se lo va a coger. Tiene que esperar un rato. Los dos necesitan tiempo para pensar las cosas, aunque Gianluca es el que se lo debe pensar más. Él quiere arreglar las cosas ya y ale corriendo hacia la dirección a la que ha partido su novia, pero es demasiado tarde. No la ve por ninguna parte, así que regresa frustrado al coche y da un golpe al volante.

Para pensar mejor las cosas, Isabella va al sitio donde conoció a Gianluca. Siempre le ha parecido que es un lugar tranquilo y relajado para darle vueltas a la cabeza y, siempre que necesitaba despejarse, lo ha visitado. Se apoya en el árbol y se pone música para que le ayude a pensar y a calmar las cosas. Isabella no cree que esto haya vuelto a pasar. Pensaba que todo esto había sido tratado y solucionado, pero, a base de pensar, llega a la conclusión de que es difícil hacer que una persona deje de serlo, así que no culpa a Gianluca por su reacción, sino a ella por reaccionar como una persona inmadura, incapaz de ponerse en el lugar de su novio. Es lo que tenía que haber hecho, pero ha sido muy egoísta y se ha dado cuenta tarde.

Gianluca la va a buscar a su casa para hablar las cosas, pero se desilusiona al ver que no está. Se ha dado una vuelta por la ciudad en coche y no la encuentra: ni en la palaya, ni en su casa, ni en casa de su mejor amigo... Luego, se acuerda del lugar que le dijo Isabella que le gustaba ir para despejarse. Es su única esperanza.

Aparca en el coche en la "Ribera del río ____", se para en medio del puente donde habló por primera vez con Isabella y mira hacia el yerbín y la ve apoyada en un árbol con la cara tapada. Seguro que está llorando y él es el culpable. Va corriendo hacia ella. Tiene que disculparse.

Isabella se destapa la cara al oír a alguien correr hacia ella. Se levanta rápidamente al ver que es Gianluca y corre a abrazarle.

- Lo siento. Lo siento -repite Isabella en los brazos de Gianluca mientras ontinúa llorando.

- No -le corrige Gianluca -. Soy yo quien tiene que pedirte perdón -se separa y le coge de la barbilla -. Fue muy estúpido por mi parte tener celos cuando estabas haciendo tu trabajo.

- No. La culpa es mía. No puedo exigirte que cambies tu manera de ser. Eres celoso y ya está. Lo debo aceptar, a no ser que llegues a un punto en el que sea intolerable -le aclara Isabella calmándose -. Yo te quiero como eres y si eres celoso, no te lo puedo cambiar totalmente. Perdóname, cariño -se vuelven a abrazar -. He sido una inmadura por marcharme de repente y una egoísta -continúa.

- No es cambiarme -le asegura Gianluca -es ayudarme a que no lo pase mal cuando te vea con alguien más. Es una forma de hacerme sentir mejor y todas tus ayudas te las estoy mandando al traste poniéndome celoso por una tontería.

- ¿Lo ves así? -la mirada de Isabella denota inseguridad.

- Sí, princesa -le besa para tranquilizarla.

- Bueno, pues digamos que la culpa es de los dos y en paz -finaliza Isabella.

- Vale. Te quiero.

- Te quiero.

Se besan durante un largo rato, sellando la paz, el fin del enfado. Después, se sientan en el árbol donde ha estado Isabella sentada antes. Todavía le queda una hora para irse al aeropuerto. Isabella se apoya en el pecho de Gianluca mientras él se lo acaricia. Le va a echar de menos y no quiere separarse otra vez de ella.

Grande Amore [Gianluca Ginoble] Il Volo // TERMINADA //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora