Capítulo 86

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Isabella ya tiene las maletas preparadas para regresar a Roseto degli Abruzzi. Tiene muchas ganas de ver a Gianluca y de poder disfrutar del poco tiempo que le queda de vacaciones. Pero antes, Isabella va a la habitación de Thomas para despedirse de él, pero se lleva consigo las maletas para irse directamente y no tener que volver a su habitación.

― ¡Buenos días! –le saluda Thomas con una amplia sonrisa cuando abre la puerta -¿Ya te marchas?

― No, he venido a mudarme contigo –dice sarcásticamente Isabella ante la pregunta obvia de Thomas. Thomas se ríe y deja paso a su amiga.

― ¿A qué hora tienes el taxi? –Thomas cierra la puerta.

― En quince minutos. Vengo a despedirme –informa Isabella, sentándose en la cama.

― Espero que este adiós no sea para siempre y que nos encontremos de nuevo en algún sitio –desea Thomas.

― Eso tenlo por seguro –Isabella sonríe –. Cuando me invites a Los Ángeles, nos veremos.

― ¡Ah! ¿Qué te tengo que invitar? –dice Thomas, en tono de broma.

― Sí. Solo habitación y comida. Yo me pago el vuelo –responde Isabella con simpleza.

― ¡Ah! Bueno, si solo es eso.... –se conforma Thomas riendo.

― Yo te invitaré a mi ciudad. Bueno, a donde vivo actualmente –se corrige Isabella.

― ¡Vale! ¡Eso está hecho! –acuerda Thomas, sonriendo –Pero, ¿no le incomodará a tu novio?

― No. No creo que tenga algún problema –responde Isabella. Mira su reloj y mira la hora que es –. Creo que me voy a ir yendo ya. No quiero hacer esperar al taxista, aunque me lo pague Luigi, no quiero hacerle pagar de más –se levanta.

― Ha sido un placer conocerte. Me he divertido mucho contigo –dice Thomas levantándose también.

― Igualmente. Que todo te vaya bien y consigas muchos éxitos –se abrazan –. Cuando ganes un óscar me lo dedicas –bromea –. ¡Cuídate!

― Cuídate, también. Nos mantenemos en contacto, ¿vale?

― Vale –Isabella le sonríe.

Se dan dos besos, se sonríen e Isabella coge sus maletas y se baja a la calle. El taxista ya le está esperando. El taxista mete las maletas en el maletero y, después, se introducen en el taxi, que le lleva al aeropuerto.

Roseto degli Abruzzi

Hoy llega Isabella de su estancia en París y Gianluca le tiene preparada una sorpresa que seguro que le va a encantar o eso espera. No es una gran sorpresa, más bien es sencilla, pero Gianluca sabe que a Isabella le encantan la simpleza y los pequeños detalles. Gianluca está ansioso por tenerla de nuevo entre sus brazos y besarla. Han sido unos días sin ella que se han pasado lentamente.

Gianluca espera en la sala de espera del aeropuerto. Cuando ve que un montón de pasajeros entran a la sala, se levanta y se coloca el cartel delante de su cara, tapándola. Por otra parte, Isabella entra en la sala de espera para atravesarla y pedir un taxi hacia su casa cuando ve a un chico sosteniendo una pancarta con su nombre. Sonríe al suponer quién se encuentra tras esa pancarta. En ella pone: "Un loco enamorado busca a su corazón, se llama Isabella". Va hacia ella muy feliz por la pequeña sorpresa que le ha dado. Valora mucho estos pequeños detalles. Cuentan más para ella que cualquier objeto de valor o cualquier dedicatoria a lo grande.

― Una loca enamorada acaba de encontrar su lugar –dice Isabella cuando llega al lugar donde está su novio.

Gianluca echa a un lado la pancarta y abraza a Isabella y se quedan unos segundos abrazados, sintiéndolo. Después, se besan y se agarran de la mano para ir al coche de Gianluca.

Grande Amore [Gianluca Ginoble] Il Volo // TERMINADA //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora