Capítulo 51

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Isabella está muy ilusionada porque va a volver a ver a su abuela después de mucho tiempo. Después de salir de clase, se come un bocadillo rápidamente y conduce dirección Nápoles.

La música le acompaña durante todo el trayecto. Una sonrisa de nostalgia le sale cuando lee el cartel donde pone el nombre de su ciudad. Ya está de vuelta en casa. Aparca lo más cerca posible de la casa de su abuela y saca la maleta del maletero. Suspira antes de llamar a la puerta.

- ¡Nieta! –exclama Magdalena emocionada. Se abrazan y Magdalena empieza a llorar –Te he echado mucho de menos, pequeña –le confiesa.

- ¡y yo, abuelita!

- Pasa, cariño –Isabella se adentra y cierra la puerta –. ¿Vas a quedarte aquí a dormir?

- Sí, ¿puedo? –pregunta dudosa.

- Por supuesto –Magdalena le sonríe –. Es tu casa –dice riendo.

- Es TU casa –le corrige.

- Tú me pagaste la deuda, así que es tuya también. Será tu herencia.

- Pero dentro de muchos, muchos años –le avisa Isabella.

- ¡No creo! –dice Magdalena por lo bajini pero Isabella lo escucha.

- ¿Te pasa algo malo? –le pregunta preocupada.

- No. No –se apresura a responder.

- ¿Seguro?

- Sí. Tú serías la primera en enterarse si me pasa algo.

- Vale –dice Isabella aliviada. Empieza a subir por las escaleras y su abuela le sigue.

- ¿Has hablado con tu madre?

- No. Solamente me llamó una vez y fue por una noticia.

- La de la pelea, ¿no? –recuerda Magdalena.

- Sí y la colgué.

- ¿Vas a visitarla? –entran a la habitación donde se instalará Isabella.

- No me queda otra...

- ¡Es tu madre! –le recuerda Magdalena e Isabella rueda los ojos.

Deja la maleta encima de una silla y comienza a meter la poca ropa que se ha traído en el armario. Después, bajan al salón y se sientan en el sillón.

- ¿Qué tal con Gianluca?

- Muy bien, abuela –a Isabella le brillan los ojos al hablar de su novio –. Es perfecto. Tiene todo lo que busco en una persona. Le quiero como nunca he querido a nadie. Es algo especial. No sé –se encoge de hombros –. No puedo definirlo muy bien.

- Eso significa que estás enamorada de verdad –le señala Magdalena sonriendo e Isabella asiente.

- Le amo –admite Isabella emocionada –. Ahora le echo mucho de menos y no veo la hora de estar con él.

- Vas a ir el puente, ¿no?

- Sí. Ya lo he hablado con él y lloró el pobre.

- Tiene ganas de estar junto a ti, Isa. Me alegro tanto de que seáis felices juntos –Magdalena le coge las manos a su nieta –. Hacéis una pareja perfecta.

- Gracias –Isabella le abraza –. No me arrepiento de haber tomado la decisión de mudarme a Rosetto para luchar por nuestro amor –asegura Isabella –. Creo que es lo mejor que he decido en mi vida.

Grande Amore [Gianluca Ginoble] Il Volo // TERMINADA //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora