PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO
Yulian, una joven que no creía en nada más de lo que tuviera frente a sus narices. Estaba confiada en que el mundo era bueno, pero la vida decidió jugarle una mala pasada obligándola a elegir entre la vida, la muerte y el amor...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
2017
Nos pasamos la mayor parte del tiempo subestimando hasta donde llegarían los seres humanos por conseguir aquello que desean y anhelan mucho más que incluso su propia, aunque, eso también implique perder al amor de su vida, ¿o al amor para su vida?
Yo lo obligué llegar a su límite, lo obligué a que conociera el cielo y el infierno, lo hice caminar por sobre las nubes para luego simplemente lanzarlo al vacío solo para no perderme a mí, pero fui yo quien terminó perdiéndolo a él. Ahora pregúntenme si me arrepiento, ¿lo hago? No.
Tenía miedo, no sabía qué hacía ahí, no tenía la menor idea de cómo había llegado, pero, lo que más me preocupaba era que no sabía dónde se encontraba Mark.
Me encontraba con los ojos vendados por lo que no podía ver lo que pasaba a mi alrededor.
Sentía un fuerte olor a quemado y mis oídos estaban inundados por gritos y frases incomprensibles, no podía ni siquiera descifrar lo que en mi cabeza pasaba.
Escuché los pasos de alguien, y mi piel se colocó de gallina al sentir su presencia frente a mí. Me quitó de un jalón la venda del rostro y mis ojos comenzaron a escanear con total velocidad el lugar donde me hallaba.
Estaba atada de manos y pies. Había ángeles con los ojos puestos como halcones sobre mí. Unos gritaban mi nombre, otros me abucheaban y otros simplemente se limitaban a observarme en silencio, ¿qué era todo esto?
—¿Cómo estás Yulian? ¿Ya tienes lo qué te pedí hace unas semanas? —su voz aguda y chillona me sacó de golpe de mis pensamientos.
—¿Perdona? —enfoqué mis ojos en el suyos, y de inmediato puede ver ese odio que guardaba dentro de sí. —¿Tú eres? —alcé la ceja.
—¿Quién crees que soy, querida?
—¿Si supiera crees qué te estaría preguntando? —quise sonar valiente y sin miedo, pero la verdad es que cada partícula de mi ser temblaba luego de finalizar cada palabra.
—Ay querida, tanto tiempo y sigues sin elegir las respuestas correctas— se llevó la mano al rostro y con las yemas de los dedos rozó sus labios—. ¿Tienes una idea quién podría estar conmigo?
—¿Debería saberlo? —suspiré.
—¡Ahh! —gritaba alguien de dolor tras de mí, pero no podía distinguir su voz, no hasta que lo oí gritar mi nombre. —¡Yulian, por favor!
—¿Qué le estás haciendo? Déjalo, no lo lastimes.
—Dejaré de lastimarlo cuando me entregues lo que me pertenece— susurró junto a mi oído.
Asentí al tiempo que me mordía la lengua. No sabía de qué me hablaba y de saberlo no podría dejarlo acercarse, aunque fuera un poco.
Él se rio por lo bajo, y de inmediato supo que yo no estaba siendo sincera, sabía que no le iba a entregar nada porque, no tenía nada.
—Ay Yulian, Yulian —se acercó y me dio un beso en la frente. —Pobre pequeña.
Un silencio rotundo llenó el lugar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.