Carta #06 que Mark nunca entregó.

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Yulian,

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Yulian,

Hoy es el día de tu cumpleaños #18, no sabes lo feliz que me tiene eso.

En este momento te están coronando como reina de ambos reinos; su majestad. 

Mi majestad.

Yo ando en una celda. El diablo mismo a veces viene a quemarme o a golpearme con su cola, incluso luego de que le dijiste que no lo hiciera. Es el ser más aterrador y asqueroso que he visto en toda mi vida.

El diablo se ha estado metiendo en mi cabeza, para hacer cosas que no debo hacer. Algo parecido como hizo Martin con Kristin. Espero me perdones porque hoy cuando vengas haré algo que ni yo me lo perdonaré. Si pudiera te diría que vengas sola, pero solo haría que vinieras con más personas, porque haría sentirte insegura.


Me sigues amando aún después de todo lo que hicimos para que no fuera así.

Yulian, como quisieras que al ver mis ojos supieras que soy yo. Mis recuerdos sobre ti ahora son borrosos y son muy pocos los que me quedan, por eso te suplico que me mates lo más rápido posible. No puedo quedarme sin recuerdos de ti; de ellos es que vivo.

Cada día que pasa estoy más débil, sin fuerzas. Ni siquiera puedo ser sarcástico como me gustaría serlo. Ahora solo puedo esperar que acabes con mi agonía.

Por cierto, ¡hoy soñé contigo!

Estábamos en un gran campo de girasoles, llevabas un vestido blanco y tu cabello suelto se movía al compás del viento. Yo te observaba bailar y saltar, eras feliz. Éramos felices.

Tal vez en otra vida podamos amarnos eternamente, pero en esta no. Esta no fue la ocasión, y con lo poco de consciencia que me queda te pido me perdones por ello.

Cuando me desperté me dieron ganas de salir a comer contigo, pero... no recordaba que estaba en esta celda. Soy un caso perdido. El hambre esta acabando conmigo...

Espero hayas disfrutado nuestros días juntos, pero los días buenos. Espero no recuerdes los malos, te lo pido por favor, te lo suplico. 

Espero que recuerdes cada noche juntos, cada beso de la mañana. Cada una de las risa cuando te cargaba. Cada salida, cuando íbamos cogido de las manos y ni siquiera el sudor podía separarlas. Espero que recuerdes nuestro primer y último baile.

Espero que recuerdes que de verdad te amaba. ¡Dios! Soy demasiado ridículo escribiéndote cartas que luego quedaran en un bote de basura porque no te las voy a entregar y no las vas a encontrar.

Cor meum ad te pertinet, et ad reliquam erit in aeternum.

Mi corazón te pertenece y será así por el resto de la eternidad.

Te lo puedo decir en todos los idiomas que conozco.

Por favor, te pido que me recuerdes siempre.

Mark.

Mark

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Amarrada [Libro 1] (COMPLETA Y EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora