Capítulo 22 - ¿Me quieres?

327 58 11
                                    

Me despedí de Santin y abrí la puerta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me despedí de Santin y abrí la puerta.

Para mi sorpresa Mark se encontraba de pie al otro lado. Comprobó la hora en su reloj.

—Puedes entrar, Yulian —me señaló los muebles—. Tengo cosas que hablar con Santin.

—¿Disculpa? —pregunté cruzándome de brazos.

Santin me miró y se encogió de hombros.

—Cualquier cosa, estaré dentro.

Cerré la puerta de un golpe, y pegué mi oreja a ella, para ver si podía escuchar algo.

—¡Te dije a la hora que la tenías que traer! —le gritaba Mark.

—Ella quería irse, no podía obligarla a quedarse —se quejó—. ¡Además no soy su niñera!

—¡Le hubieras sacado cualquier maldita excusa!

Santin suspiró y guardó silencio.

Aproveché para quitarme los tacones, sin hacer mucho ruido y los dejé junto a la puerta.

—No puedo ir con ella —susurró Mark—. Sabes que es demasiado peligroso.

—Pues déjala aquí. Ella es lo suficientemente grande como para cuidarse sola por una hora.

—No, no lo entiendes. Tengo que tenerla vigilada, al menos por un tiempo...

—No me digas —se burló Santin—. Ahora crees que está haciendo las mismas porquerías que tú. ¡Ella no es igual, Mark!

—¡Cállate, no digas babosadas! —le riñó Mark—. La están buscando y necesito tiempo para saber quién y el por qué.

—¿En qué te afecta eso a ti? —se bufó.

—Más de lo que crees, más de lo que crees.

La piel se me puso de gallina al oír a Mark.

Había alguien más que me estaba buscando, parecía ser que esta vez no eran Martin, porque si así fuera él ya lo sabría.

La mente en ese momento se me puso en blanco. Juro que no entendía las razones.

«¿Qué había hecho yo?»

Me comenzó a doler la cabeza, así que decidí subir a la habitación para quitarme el vestido y poder dormir.

Me ardían los ojos y me sentía más agotada de lo normal.

Estaba comenzando a bajarme la cremallera del vestido cuando Mark entró hecho una furia, empujando la puerta con una patada.

Me hice la boba y seguí quitándome el vestido, aun sabiendo que él tenía su mirada clavada en mi espalda desnuda.

Me coloqué a buscar mi pijama, pero Mark me pasó un jean.

—¿Qué? —pregunté señalando el pantalón.

Amarrada [Libro 1] (COMPLETA Y EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora