Amarrada [Libro 1] (COMPLETA Y EDITANDO)

Capítulo 9 - Recuerdos

—¿Sí? —pregunté a la vez que empujaba a Mark para girarme.

Un joven alto, de tez blanca como el nieve, cabello rubio y ojos azules como si fueran un espejo, tenía la mirada enfocada en mí, sin siquiera parpadear.

Su rostro se me hacía conocido, pero no recordaba de dónde. Además, estaba en otro país.

—Soy Liam.

—¿Liam? —Repetí.

Miré a Mark por un segundo, dejó de apretarme la mano y llevó su mirada al suelo.

—Sí.

Me quedé en silencio unos segundos mientras miraba su rostro y divagaba entre mis recuerdos buscando alguno que tal vez nos conectara. Luego de unos momentos me topé con uno de cuando estaba en tercero de preparatoria.

Solo habían pasado 3 años desde entonces. Era imposible que el chico que estaba frente a mi fuera el mismo de esa época, eran mínimos los rasgos que seguían siendo de él.

Yo estaba sentada en el parque del instituto con Kristin y Liam estaba al otro lado del parque frente a nosotras. Recordé que Kristin todo el tiempo se la pasaba diciendo que había escuchado rumores en los pasillos, que decían, que Liam estaba enamorado de mí y buscaba la manera de atraer mi atención. Nunca sucedió algo más de allí, él no me buscó y yo no le di importancia.

Meses después y sin saber cómo, Liam y yo ya éramos inseparables. Terminamos involucrados en una relación, una relación que duro poco menos de un año, y de la que perdí la mayoría de los recuerdos.

—Oh, sí —sonreí—. Ya te recuerdo, ¿cómo has estado?

—He estado bien —me devolvió la sonrisa—. Ha pasado tanto tiempo, Yulian.

Me tomó una de las manos, pero de inmediato me solté, y antes de que pudiera decir algo, Mark ya se había abalanzado sobre él.

—No le vuelvas a poner una mano encima, ¿oíste? —gruñó—. Puede que seas parte de su pasado —me miró por una milésima de segundo—, pero yo soy su presente y nada lo va a cambiar.

Ambos estaban en el suelo, pero Mark estaba sobre él tomándolo por el cuello de la camiseta, con los ojos rojos inyectados de ira.

—La perdí una vez, no la perderé dos.

—¡Mark, no! —grité, cuando lo vi mandar el primer golpe al rostro de Liam.

Mark se separó y dejó a Liam tirado sobre el suelo. Me acerqué para auxiliarlo.

—Liam, lo lamento —Miré a Mark y le dediqué una mirada asesina—. En serio, qué pena contigo.

—No te preocupes por eso, belleza —escupió sangre a mi lado—. De todos modos, fue un placer volverte a ver.

Me dio un beso rápido en la mejilla y se alejó.

Me giré para encarar a Mark, pero él ya se estaba alejando; iba rumbo al hotel.