Capítulo 1 - El Desconocido

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Suspiré cuando la luz del día que entraba por la ventana, me golpeó en el rostro

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Suspiré cuando la luz del día que entraba por la ventana, me golpeó en el rostro.

Me senté en la cama, me acomodé el enredo que ahora era mi cabello y me dispuse a levantarme con la mejor actitud.

Era fin de semana, no tenía escuela y había decidido no meterme a ninguna clase extracurricular al menos durante este último semestre, ya que mi rendimiento había bajado y debía ponerme al corriente de todo si quería lograr graduarme.

Me acerqué a la ventana y admiré la mañana. Estaba soleado, los vecinos habían salido a trotar junto con los niños, uno de los perros de la otra calle ahora pasaba corriendo por mi jardín mientras la dueña le seguía el paso.

Extrañamente me sentía con una sensación de nostalgia. Había algo que no estaba bien y nuevamente no sabía que era, por lo que decidí no prestarle mucha atención al sentimiento, y me centré disfrutar mi descanso. Tomé mi libro favorito "Romeo y Julieta" porque soy fan de todos los romances trágicos que no siempre terminan con un final feliz, sino más bien con un golpe de realidad. No es que no me guste el romance o las historias de amor y finales felices. Me gustan, pero también me recuerdan que no se puede tenerlo todo en la vida. No siempre tendrás tu final feliz, y el leerlo solo me hace recordar lo patética que me veo deseando un amor de película; tan intenso, tan irreal, tan inexistente.

Cuando salí del baño, me quedé unos segundos frente al espejo. Mi cabello húmedo caía sobre mi frente, era una mezcla entre lacio y ondulado, no estaban en sintonía. Mis ojos color miel a los que ahora adornaban unas ojeras bajo si a causa de no poder pegar el ojo la última semana. Tengo 17 años y no sé qué camino tomar luego de graduarme del instituto.

Salí del cuarto de baño y me vestí. Me puse un vestido azul oscuro que hacía juego con mi piel pálida, lo completé con una chaqueta de jean y mis converse negras.

Tomé mi mochila y salí de la habitación.

Cuando estaba bajando las escaleras sentí la presencia de mi madre detrás de mí.

—¿A dónde vas, Yulian? —preguntó casi en un susurro. Su sonrisa de oreja a oreja y sus ojos verdes llevaban dentro el don de la paciencia que no pudo heredarme.

Vacilé un segundo la respuesta, pero ella ya lo sabía.

—¿Irás a leer un rato? —se acercó, me tomó un mechón de cabello y lo colocó detrás de mi oreja.

Asentí.

—Está bien —me dio un beso en la frente—. ¿Vendrás para cenar?

Asentí nuevamente.

Quería sentir el viento acariciando suavemente mi rostro cada que avanzaba, quería observar con más detenimiento a todos los que se encontraban a mi alrededor, por lo que decidí que era un buen día para caminar.

Cuando llegué al parque, que la verdad no está tan lejos de casa me sorprendió ver lo vacío que se encontraba. Estábamos en temporada de verano por lo que debería de haber niños corriendo, parejas sentadas bajo el sol con un picnic, adultos mayores con sus mascotas, pero no, nada.

Amarrada [Libro 1] (COMPLETA Y EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora