Capítulo 7 - Turín

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Desperté sobresaltada

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Desperté sobresaltada.

—¿Qué pasa, Yulian? —preguntó Mark, que se encontraba parado al lado de la cama—. Has estado toda la noche gritándote, moviéndote.

—¿Qué? ¿No viste lo qué pasó en la madrugada? —me incorporé sobre la cama—. ¡Tú estabas ahí!

—En la madrugada no paso absolutamente nada, Yulian. Nada aparte de tus gritos. Estuve aquí toda la noche, traté de despertarte en varias ocasiones, pero era imposible.

Me quedé mirando hacia la ventana un segundo; tratando de recordar todo lo que había pasado. Porque yo estaba más que segura que si había pasado.

Mark me miraba, pero no se atrevía a decir palabra, y la verdad es que se lo agradecía. Ahora mismo no había entendido que había pasado entonces. ¿Había todo eso sido una pesadilla? ¿Mark si me quería?

Me pasé toda la mañana callada.

Cuando me fui con dirección a la ducha, Mark me preguntó qué si quería que él se bañara conmigo, a lo que le negué con la cabeza; él asintió y salió del cuarto de baño.

Cuando salí y me organicé, bajé al comedor y Mark ya me había preparado el desayuno.

No mencionó nada, y salió de la cocina.

Mis padres habían salido muy temprano a trabajar. Últimamente no los veía mucho, pero suponía que era algo normal.

Antes sacaban tiempo de donde no lo tenían, porque era una niña pequeña, que necesitaba toda la atención del mundo, porque no podía cuidarme sola; ellos ni locos me pagaban una niñera, pero las cosas cambiaron cuando fui creciendo. Sigo necesitando la misma atención y dedicación de cuando era una niña, el hecho de que haya crecido y pueda "cuidarme sola" no quiere decir que no necesite de ellos.

Las horas pasaban, y yo me encontraba sentada en la sala de estar, viendo la tv.

Mark ha estado conmigo todo el tiempo, pero sigue sin preguntar o decir algo al respecto.

Mantiene su mirada fija en mí, observando cada movimiento que hago.

—Yulian, llevas sentada horas ahí y la televisión está apagada —se rinde y me habla.

—Lo sé —respondí casi en un susurro.

La verdad es que no me había dado cuenta de ello. Estaba tan inmersa en mis pensamientos que se me había pasado por alto prender la televisión.

—¿Qué pasa, Yulian? —inquirió.

—¿Qué me pasa de qué?

—Has estado rara toda la mañana.

—¿Cómo quieres qué esté? —solté de golpe—. ¡Me querías matar!

—¿Yo quería matarte? ¿De qué mierda estás hablando, Yulian?

Amarrada [Libro 1] (COMPLETA Y EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora