El mundo mágico siempre ha tenido secretos, unos más importantes que otros.
Secretos en cada esquina, en cada familia y más si dos personas que no debían estar destinadas a estar juntas, quieren estarlo.
Nadie debe saber sobre sus miradas, caricias...
— ¿Estás seguro? — preguntó Hermione siguiendo a su hermano.
— Yo lo vi... Igual que con el señor Weasley... Alrededor había profecías — explicó Harry se detuvo para mirar a las chicas.
— La profesora Trelawney me dijo que las profecías se encuentran en el Departamentos de Misterios — comentó Hermione.
— Yo sé dónde está el Departamento — dijo, Ginny — obviamente en el Ministerio, pero es algo como un laberinto, ser la única que escucha a Percy en sus platicas es algo bueno en estas circunstancias.
— Sirius dijo que Voldemort quiere algo que no tuvo la última vez... Del Departamentos de Misterios — confesó Demetria.
— Harry escúchame... ¿que si Voldemort quería que vieras eso? — pregunto, Hermione — ¿qué tal si Voldemort está lastimando a Sirius para encontrarte?
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— Pues me encontró — aseguró, Harry subiendo las escaleras.
— ¿Y qué?... ¿Lo dejamos morir? — exclamo, Demetria desafío a la castaña.
— Hermione va a tener otro hijo, ¿lo vas a dejar sin conocerlo? — comentó, Pansy — no podemos dejar que eso suceda.
— Entonces... ¿qué hacemos? — preguntó, la castaña siguiendo a Harry.
— Hay que usar la Red Flu — sugirió, Harry.
— Umbridge vigila las chimeneas — aseguro, Pansy.
— No todas — recordó Harry — avisen a la orden.
— Vamos contigo — dijo segura Demetria.
— Es muy peligroso — aseguro, Harry.
— ¡Es mi padre! — exclamo, Dem.
— ¿Cuándo te va a entrar en la cabeza?, estamos juntos en esto — exclamó Hermione.
— Eso sin duda — dijo, Umbridge detrás de ellos.
La Brigada obligo a los que estaban ayudando ir a la oficina de la directora.
— Este quería ayudar la chica Black — aseguro, Goyle aventando Neville a la oficina
— ¿Dónde está Draco? — pregunto, la rosada.
— No está disponible... — respondió, el regordete.
— Ni siquiera Zabini — agrego, Millicent.
— Como sea... No los necesitamos... — exclamo, la señora que aun tenia los residuos de las quemaduras de sus inútiles reglas — Ibas a ir con Dumbledore, ¿no? — le pregunto a Harry.
— No — respondió seguro.
— ¡Mentiroso! — grito dándole una bofetada, Hermione trataba de respirar para no enojarse por la manera en que estaba tratando a su hermano.
