Capítulo 25: Insufrible Rata

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Pasó el tiempo y la comunicación entre Draco y Hermione había convertido en muy poca, ambos estaban esperando la consecuencia por lo que habían hecho.
La castaña decidió volver a la clase de adivinación para así tener su mente ocupada en otras cosas y no en la situación.

— ¡Amplíen sus mentes! — exclamó, la profesora — deben mirar más allá. El arte de mirar la bola de cristal yace en abrir el ojo interior. Sólo entonces podrán ver. Inténtenlo. — la profesora se acercó a la mesa del trío — ¿qué tenemos aquí? — preguntó

— ¿Puedo intentar? — sugirió Hermione.

— Volviste, sabía que volverías a la noble arte de la adivinación — exclamó, Trelawney.

— Sí, sí, sí. Lo que diga — dijo la castaña mientras veía la bola de cristal paso un segundo — el grim, yo lo vi.

— Sinceramente, me alegra que hayas vuelto a clase, pero, desde el primer momento en que pusiste pie en mi clase yo sentí que no posees el espíritu apropiado para el noble arte de la adivinación — dijo mientras tomaba la mano de la castaña — no. ¿Ves, ahí? — señalo una línea de su palma.

— ¿Debo ser una persona loca? — preguntó y al mismo tiempo insultando a la profesora.

— No, déjame terminar, mi niña — apretó su mano — tu corazón está tan marchito como el de una solterona, al igual que el de... — la miro un segundo, luego cambio de tema — tu alma, tan seca como las páginas de los libros a los que tan desesperadamente te pegas.

— Suélteme — agitó su mano — Yo que le ofrecí otra oportunidad a esta estúpida clase — se levantó ofendida — perdí mi tiempo — golpeo la bola de cristal haciéndola caer.

— Suélteme — agitó su mano — Yo que le ofrecí otra oportunidad a esta estúpida clase — se levantó ofendida — perdí mi tiempo — golpeo la bola de cristal haciéndola caer

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— ¡Hermione! — exclamó, Harry.

— ¿Qué te sucede? — preguntó, Ron completando lo que iba a decir su amigo.

— Esta clase, me saca de mis casillas — exclamó, para salir del aula.

— ¿La ofendí? — preguntó, la profesora.

— No, por supuesto que no — dijo Harry sarcásticamente.

...

Terminando la clase ambos se encontraban en camino a su sala común.

— Hermione ha perdido la cabeza, no es que siempre no haya estado chiflada pero ahora cualquiera puede darse cuenta — reclamó, Ron.

— Yo pienso que sólo está siendo presionada con algo — comentó, Harry — espera — se agachó por la bola de cristal que había golpeado su amiga — tenemos que devolvérselo.

— Yo no voy a regresar — exclamó, Ron

— Bueno, nos vemos luego — dijo, subiendo las escaleras de regreso al aula.

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