El mundo mágico siempre ha tenido secretos, unos más importantes que otros.
Secretos en cada esquina, en cada familia y más si dos personas que no debían estar destinadas a estar juntas, quieren estarlo.
Nadie debe saber sobre sus miradas, caricias...
Días después, el primer juego de la temporada de Quidditch estaba comenzando. El tradicional Gryffindor contra Slytherin. Animados por el bramido de la multitud que les apoyaba, los catorce jugadores se elevaron hacia el cielo plomizo. Harry ascendió más que ningún otro, aguzando la vista en busca de la snitch.
Durante un angustioso instante, Harry permaneció suspendido en el aire, sin atreverse a dirigirse hacia Malfoy a toda velocidad, para que éste no mirase hacia arriba y descubriera la snitch. Malfoy dirigió su mirada a las gradas, donde su padre se encontraba observando el juego, un poco más a la derecha en las gradas de los leones, observo a Hermione.
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Ella miraba algo con preocupación, el siguió la mirada de la castaña para descubrir que tenía toda su atención y era Harry siguiendo a la Snitch y una bludger siguiéndolo a él, rápidamente se dirigió hacia Harry.
Estaban volando muy cerca del suelo, se fueron a la parte baja del campo, la bludger comenzó a seguir a los dos pequeños, Malfoy va unos metros más adelantado que Harry — Nunca vas a alcanzarme, Potter— gritó Draco, mientras se acercaba más a la snitch, perdieron de vista la bludger y la bola dorada se elevó rápidamente, ambos se elevaron junto a ella justo enfrente de las gradas de los leones.
Hermione observaba la escena preocupada por los niños, Malfoy ha estado muy agradable con la castaña, a un punto en que conversan por las noches con notas mágicas, son como lechuzas pero van a una distancia corta, como por ejemplo, de la torre de Gryffindor hasta la mazmorra de Slytherin. Harry y Draco volvieron a la parte baja del campo, Hermione no lograba ver a ninguno de los dos, volvieron a salir y el rubio le dedico una sonrisa a la castaña que lo observaba, ella igual sonrío, la snitch raramente se dirigía a las gradas de Gryffindor, Malfoy se adelantó y golpeo levemente la snitch para que no golpeara a la castaña, esa bola dorada no es como la bludger pero aun así, Draco no quería que sucediera nada malo.
— ¡Ten cuidado, Granger! — gritó, el rubio — podrías subir un grave daño... — dicho eso volvió al juego, voló detrás de la snitch
— ¿Escuchaste eso? — pregunto, Ron — vas a ser la siguiente... lo evitaré... — el pelirrojo apunto su varita hacia Malfoy que volaba a gran velocidad detrás de la snitch
— ¡No! — grito Hermione
La castaña bajo el brazo de Ron para evitar que hechizara a Draco, pero fue muy tarde, el pelirrojo ya había soltado el encantamiento e hizo que el rubio cayera al piso abierto de piernas.
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